Mercosur abre nuevas puertas

Después de cerca de 25 años de negociaciones, la Unión Europea y Mercosur parecen haber alcanzado un acuerdo de libre comercio entre Europa y América Latina. No existe un documento definitivo, porque todavía tiene que ir superando algunas fases tanto a uno como al otro lado del Atlántico. En el Viejo Continente aún debe pasar por la Comisión y el Parlamento Europeo, y luego ser ratificado por los parlamentos nacionales, pero el mero hecho de su existencia ya ha generado reacciones divergentes y algunas organizaciones agrarias incluso han alzado la voz de protesta.

El pasado día 6 de diciembre, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció la consecución de un consenso marco diciendo: «Este acuerdo no es solamente una oportunidad económica, es una necesidad política». El documento sobre el que aún se debe seguir trabajando en las diferentes instituciones, contempla la eliminación de la mayoría de los aranceles entre los mercados de ambos continentes, también reduce barreras no arancelarias y armoniza normativas en cuanto a medidas técnicas, medidas sanitarias y fitosanitarias, así como licitaciones públicas. Además, protege las figuras de calidad de los alimentos (DOP, IGP...) de ambas partes del océano.

En La Rioja, como en el resto del país, han surgido diferentes voces a favor y en contra del documento que en el mejor de los casos no entrará en vigor hasta principios del año próximo (2026) cuando concluya su compleja tramitación.

Los dos europarlamentarios riojanos en Bruselas mantienen también diferentes posiciones en torno al Acuerdo con Mercosur, aunque ambos coinciden en que un acuerdo siempre es positivo.

Esther Herranz, europarlamentaria de Grupo Popular, pide prudencia porque «todavía no conocemos el acuerdo al que se ha llegado con Mercosur, únicamente sabemos lo que las notas de la Comisión nos ha transmitido, pero no conocemos las especificaciones, sino líneas muy generales».

Herranz explica que para poder hacer una valoración razonada, «el documento debe ser entregado al equipo de traductores del Parlamento Europeo y trasladarlo a todas las lenguas oficiales, después se trasladará al equipo de juristas para comprobar que todo se ajusta a la ley, y después la Comisión lo trasladará al equipo de legisladores».

Herranz, por ejemplo, explica que se sabe que el acuerdo dice que los productos procedentes de Mercosur cumplirán los estándares de calidad de la UE, «pero nadie sabe cómo se va a hacer eso».

En cualquier caso, la europarlamentaria popular riojana reconoce que también hay cosas, de las que se conocen, que han parecido bien a su grupo: «Se han introducido cláusulas de salvaguarda y una de ellas dice que una de las partes puede suspender el acuerdo cuando afecte o pueda afectar a la industria interna de un país, algo que es muy positivo», pero también advierte que habrá que ver cómo se sustentan esa salvaguardas en temas como el vacuno, azúcar, etanol... «para lo cual hay que esperar a la redacción definitiva del texto».

Herranz mantiene cierto recelo –el mismo que una parte del campo riojano– porque recuerda que «el sector primario no ha recibido un trato equilibrado en los últimos cinco años. Este acuerdo llega después de los firmados con Marruecos y Canadá en los que no se han respetado las cláusulas. Además, el sector se ha visto sometido a una sobrelegislación y este acuerdo, ahora, puede ser la gota que colme el vaso», lamenta.

Herranz entiende las suspicacias del sector porque aunque no se conoce el acuerdo en profundidad: «No se fían del gobierno. Han visto cómo Marruecos violaba los acuerdos en cuanto a los contingentes de tomates, y el gobierno español no los ha defendido... ha hecho dejación de funciones».

En una posición completamente opuesta a la de Herranz se encuentra César Luena, europarlamentario riojano del grupo de los socialdemócratas. El político de Bobadilla afirma que «establecer este tipo de relaciones como las que se abren con el acuerdo, con países como los que representa Mercosur, es para la Unión Europea –en un momento de feroz competencia con China, o en medio de guerras comerciales como la de Estados Unidos–, una oportunidad caída del cielo».

Luena pone en valor lo que supone económicamente la supresión de aranceles y la apertura de nuevos mercados, pero también señala que no es menos importante que el acuerdo contemple «salvaguardas y otra cláusulas más políticas que afectan a aspectos como la ética o la sostenibilidad, por ejemplo. Y también se nos garantiza que los productos de calidad estarán firmemente protegidos y se evitarán duplicidades en ambas zonas comerciales».

El político riojano afirma desconocer si el Partido Popular español respalda el acuerdo con Mercosur, pero sí comenta que «todas la familias políticas del Parlamento Europeo están detrás de él, incluido el Partido Popular Europeo».

Luena admite que como las negociaciones con Mercosur han sido largas, «nos ha ido permitiendo aprender de experiencias anteriores, y por eso, se ha introducido la posibilidad de rectificar con las salvaguardas y se han previsto también compensaciones económicas para los que se vean perjudicados por la aplicación del acuerdo».

«Hemos aprendido de lo que ha pasado con anterioridad, y por ejemplo, queda muy regulado el uso de plaguicidas, pero es que también se incluye en el acuerdo un régimen de sanciones previsto para quienes no lo cumplan».

Por todo ello, César Luena pide reflexión a los agricultores. «Es verdad que han conseguido muchas cosas porque tenían razón y sus demandas eran justas, pero pienso sinceramente que si ahora se oponen al acuerdo con Mercosur, se están equivocando totalmente» y añade: «Entiendo sus suspicacias, pero no las comparto en absoluto», afirma, «sé que no son exclusivas de los agricultores riojanos y españoles, en Francia también ha habido movilizaciones, pero creo que es un profundo error».

En cuanto a la fecha de entrada en vigor del acuerdo, Luena también reconoce que no se puede concretar, porque todavía hay mucho camino por recorrer, y detalla que «todos los elementos del acuerdo, tanto los comerciales como los de diálogo político y cooperación, están incluidos en el acuerdo global. Sin embargo, para simplificar su ratificación, el acuerdo con Mercosur se presenta en forma de dos tratados diferenciados», y el europarlamentario riojano concreta que «por una parte están las disposiciones comerciales del acuerdo, que requieren ser ratificadas únicamente por las instituciones de la UE (Consejo y Parlamento Europeo)» y por otra «las disposiciones referidas al diálogo político y la cooperación, incluidas en el acuerdo global, que necesitan además la aprobación de los parlamentos nacionales de todos los Estados miembros de la Unión Europea. Cuando el tratado global sea ratificado, el acuerdo comercial será integrado a este».

Luena considera que aunque el proceso de ratificación europeo transcurra sin sobresaltos, «el acuerdo comercial tardará más de un año en entrar en vigor y el acuerdo global podría tardar varios años» en la medida que requiere la aprobación de todos los parlamentos nacionales de los Estados miembros de la UE.

El acuerdo comercial deberá ser ratificado también por el Parlamento Europeo, donde en principio –y según se ha podido ver hasta ahora– debería contar con al menos el apoyo de los Socialdemócratas, el Partido Popular Europeo, y Renew (excluyendo a los franceses).