El campo se enfrenta a otro año incierto

El hecho de que a mitad de este año recién estrenado se celebren elecciones europeas, merma la capacidad decisoria del Parlamento Europeo.

Actualmente parecen ya encaminados tanto la Directiva sobre emisiones industriales (de la que se ha caído en el último momento la ganadería vacuna pero no la porcina o la aviar) y el Reglamento sobre restauración de la naturaleza.

Pero hay otras propuestas que se han presentado aunque será difícil dejarlas encauzadas antes de las elecciones. Es el caso de las relativas al packaging; a las nuevas técnicas genómicas y el uso sostenible de productos fitosanitarios; a la calidad del aire; a la resiliencia en el ámbito del agua, incluida la protección de las aguas superficiales y subterráneas, o a las importaciones de productos producidos recurriendo al trabajo forzoso.

Entre tanto, persisten las quejas de que las exigencias de la nueva PAC van más allá de las prácticas sostenibles (teóricamente la nueva normativa recompensa el compromiso de los productores riojanos con la sostenibilidad) sino que también aumentan significativamente la burocracia, algo que juega en contra de los agricultores y ganaderos de la región porque en La Rioja el sector tiene una media de edad muy elevada, y sin relevo generacional, tiene serias dificultades para cumplimentar formularios de telemáticos.

La PAC sigue generando muchas dudas –cuando no rechazo– entre el campo riojano, pero al menos, el sector primario también se ha encontrado con noticias positivas para el año 2024.

Por tercer año consecutivo podrán los agricultores y ganaderos riojanos deducirse el coste del gasóleo y de los fertilizantes.

El Ministerio de Hacienda ha dado el visto bueno a mantener la deducción del 35% del precio de adquisición del carburante agrícola y del 15% en el caso de los abonos. De esa forma, agricultores y ganadores verán compensados desembolsos que deben realizar para hacer frente a estos dos productos esenciales para el desarrollo de su trabajo, pese a que en los últimos meses parecen haber estabilizado los precios, o al menos, frenado la tendencia alcista.

Se extenderá, de esta manera, una medida que comenzó a aplicarse en 2022 con el objetivo de compensar a los profesionales del campo por el encarecimiento de los insumos que se produjo como consecuencia del inició de la guerra derivada de la invasión rusa de territorio ucraniano.

No obstante, hay que tener en cuenta que la medida afecta únicamente a los agricultores y ganaderos que cotizan por módulos. Es en el momento de realizar la declaración de la renta anual cuando los empresarios del campo deben solicitar la deducción.

En el documento de Hacienda se establece que para el periodo impositivo de 2024: el rendimiento neto previo podrá minorarse en el 35% del precio de adquisición del gasóleo agrícola y en el 15% del precio de adquisición de los fertilizantes.

Eso sí, siempre que ambos productos sean necesarios para el desarrollo de la actividad agrícola. Por supuesto, será necesaria la factura de compra a la hora de justificar el gasto.

Otra buena noticia que han recibido en los últimos días es que, contra todo pronóstico, Europa no ha recortado el uso de fitosanitarios. Con 207 votos a favor; 299, en contra; y 121 abstenciones, los parlamentarios se opusieron al recorte del uso de fitosanitarios. Inicialmente, la propuesta era reducir a la mitad el uso de productos fitosanitarios en las actividades agrarias durante los próximos siete años. El margen que se establecía para hacerlo era 2030.

En general, el rechazo es aplaudido por el sector agrario nacional al entender que se carecen de alternativas y que los plazos que se planteaban no eran realistas.