Señal vertical ya existente limitando la velocidad a 30 km/h, y la horizontal recién pintada. :: DÍAZ URIEL
LOGROÑO

La renovada Gran Vía de dos velocidades

Logroño en Bici recuerda al equipo de Gobierno que actualmente el límite en la céntrica calle ya es de 30 km/hLos ciclistas urbanos aclaran que todos los carriles ya son de uso compartido, y aplauden lo de dar preferencia a las bicis y visualizarlo

JAVIER CAMPOS

Miércoles, 17 de octubre 2012, 02:30

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Carriles derechos de uso «compartido y preferente» para ciclistas. Así será la renovada Gran Vía de Logroño, donde la velocidad quedará establecida en los 30 km/h, con prioridad para las bicicletas, elevándola en los carriles interiores -los izquierdos- hasta los 40 km/h para el resto de vehículos.

La supuesta 'pacificación' del tráfico en una de las principales arterias de la capital de La Rioja es vista con reservas por parte de colectivos ciclistas urbanos como Logroño en Bici, desde donde se recuerda que actualmente el límite en toda la calle ya es de 30 km/h. Su deficiente señalización ha hecho que en la práctica la velocidad media registrada no sea ni de 30 km/h ni siquiera de 40 km/h como en el resto de la ciudad. Al menos así lo entiende la Administración local.

Ya en un principio, Movilidad contempló incluso la posibilidad de instalar cámaras para controlar una velocidad que desde su inauguración en el 2007 nunca se ha respetado. Todo quedó sobre el papel y es ahora cuando el Ayuntamiento ha optado por llevarlo en parte a la práctica. «Los nuevos límites en ningún caso servirán para aumentar velocidades, porque la realidad es que hasta la fecha todos sabemos cómo se ha estado circulando durante años», precisa el concejal de Desarrollo Urbano, Pedro Sáez Rojo, mientras el usuario de la bici se pregunta el porqué.

Las explicaciones oficiales no parecen convencer a Logroño en Bici, que ha reaccionado ante los planes municipales advirtiendo de que «se está presentando como una medida de pacificación cuando en realidad lo que se está haciendo es subir el límite de velocidad en uno de los carriles».

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Pese a todo, Julio Romero, portavoz del colectivo, aplaude lo de dar preferencia a los ciclistas y, sobre todo, visualizarlo para que el común de los conductores comiencen a tener en cuenta que la bicicleta es un vehículo más, concretamente el más débil sobre la calzada. «La reducción de los límites es una técnica básica en toda estrategia de planificación ciclista pues la velocidad de los automóviles constituye el principal problema de seguridad», expone en su tesis. De momento, los trabajos de colocación de la señalización horizontal avanzan a la espera de continuar con la vertical, que quedaría lista a lo largo de la presente semana.

¿Carril «compartido»?

Logroño en Bici también puntualiza el significado del carril «compartido», que a su juicio no tiene nada que ver con lo que se propone en Gran Vía. «Todos los carriles son compartidos entre los diferentes vehículos», recuerda, añadiendo que espacios compartidos como tales, una innovación urbanística que no es precisamente nueva, «sería lo que hay en el entorno de La Gota de Leche-Portales, que es como podría ser todo el centro de la ciudad».

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Y es que desde Logroño en Bici ya se teme que en el futuro lo que se producirá será un aumento del tráfico rodado en Gran Vía tras actuaciones como la rotonda de Carmen Medrano. «¡Y con un peligroso aumento de la velocidad pues raramente se controla!», pronostican.

En teoría, los ciclistas deben circular por las vías reservadas y por la calzada compartiendo el espacio con el resto de vehículos y no con el peatón, salvo en las llamadas 'aceras-bici', y donde esté autorizada la coexistencia entre ambos. «Se debería trabajar por su normalización en todas las vías, educando a los conductores en vez de creando excepciones para los ciclistas», concluyen.

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