Adrián Alonso, en su nueva tienda, con su 'inspirador' / MIGUEL HERREROS
LOGROÑO

En memoria de Álvaro

El hermano de Adrián Alonso murió de cáncer muy joven | Ahora, Adrián inspira en él su marca de éxito en internet, y dedicará parte de los beneficios a la lucha contra el cáncer

JAVIER CAMPOS

Sábado, 10 de diciembre 2011, 18:03

Publicidad

Mad Powder es mucho más que una marca... es una forma de ser, de ver y de vivir la vida. La misma de la que hizo gala Álvaro Alonso con el snowboard y el bmx como sus dos grandes pasiones hasta que un tumor cerebral se lo llevase sin haber llegado a cumplir los 19 años. Hoy, casi ocho meses después, su hermano Adrián, un año mayor que él, toma su testigo y da testimonio de su vida. La que un buen día del 2009 le llevó a fundar su propia marca de ropa con un logo que poco a poco va haciéndose un hueco: un casco, unas gafas y un bigote fueron y son sus señas de identidad.

«Con esta marca, más que vender un emblema o un diseño bonito queremos que la gente vista un sentimiento, una forma de vida... justo la que me transmitió mi hermano para crear 'Polvo Loco'», explica Adrián, un joven emprendedor logroñés que tras dos años de éxito en Internet ha decidido dar el paso e inaugurar tienda en la capital, ubicada en el 82 de Duques de Nájera, con el recuerdo de su hermano siempre presente. «Él no se preocupaba por una mala caída, un brazo roto o un esguince... vivía el día a día como nadie, despreocupado por el futuro que le aguardaba», rememora.

La esencia del 'chico Mad'

Adrián, ejemplo de entereza, habla con auténtica admiración por su hermano Álvaro, quien ya desde pequeño, «travieso, despistado, extrovertido y sobre todo muy comunicativo», encarnaba como nadie la esencia del 'chico Mad'... «la que nos lleva a dedicar nuestras vidas a los deportes que nos gustan aunque nos juguemos las clases, el trabajo, nos rompamos los huesos o nos deje nuestra pareja», explica. «Siempre seremos felices haciendo lo que nos gusta y lo que nos hace sentir bien», añade. Justo la máxima que aplicó Álvaro incluso en los peores momentos de su terrible enfermedad.

Adrián siempre estuvo a su lado compartiendo buenos y malos ratos; eso sí, nos aclara, «convirtiendo su dura lucha en algo dulce con la misma fuerza, alegría e ilusión que había demostrado toda su vida». Mad Powder quizás comenzase como la aventura de un joven soñador pero hoy es el más sentido de los homenajes... y encima goza del favor del público. «Con tan sólo 17 años creé una pequeña colección que se vendió muy rápido y tuvo gran aceptación; cumplida la mayoría de edad comencé mi viaje por el mundo en busca del fabricante perfecto y diseñando mis primeros patrones», recuerda. Y todo ello siempre con la ayuda de Álvaro: primero en cuerpo y ahora en alma.

Publicidad

«Entre todo lo que he aprendido de mi hermano, también me enseñó a ser mejor persona y a sentir el dolor ajeno, por lo cual parte de los beneficios de este proyecto irán destinados a la Asociación Española contra el Cáncer para poder vencer esta enfermedad y hacerla más llevadera a quienes la padecen», dice.

Hoy, con pedidos de diferentes tiendas de España, Adrián no se olvida de su aspiración inicial, una aspiración compartida y que adquiere todo su sentido tras la desaparición de un ser querido: contagiar la vitalidad de Álvaro, bien presente en la tienda, a todo aquel que se acerque a la 'experiencia Mad'.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta especial!

Publicidad