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Las razas pasadas de moda que acaban en la perrera
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Las razas pasadas de moda que acaban en la perreraAhora son los teckel, los border collie, los pastores belga y los galgos italianos. Antes lo fueron los golden, los braco weimar y los bulldog francés. Y mucho antes, los pastores alemanes, yorkshire, caniches y cocker. A veces es la publicidad, otras el cine, pero la presencia mediática de algunas razas provoca que estas se popularicen y se produzcan oleadas de estos perros. «Trasciende una simple preferencia estética, actúa como un elocuente espejo de los valores, aspiraciones y dinámicas sociales. Observar qué razas se alzan como 'tendencia' revela mucho sobre cómo nos percibimos a nosotros mismos, cómo buscamos proyectar nuestra identidad y cómo interactuamos con el mundo natural que nos rodea, personificado en nuestros compañeros caninos», expone la psicóloga Raquel Toribio.
La elección de una raza basada en criterios superficiales como la apariencia o la popularidad del momento puede desvelar «una instrumentalización inconsciente por la que el perro se convierte en un accesorio más, un reflejo de un estatus o un deseo de encajar en un determinado círculo social», reflexiona la psicóloga. No siempre es así, pero a menudo vemos que determinadas razas, como los american stanford y el bichón maltés, conforman un binomio con el mismo tipo de personas. El animal también habla por nosotros. A menudo se dice que los perros se parecen a sus dueños.
Raquel Toribio
Psicóloga
«Un border collie puede reflejar una imagen activa, mientras que un bulldog francés puede comunicar tranquilidad», apunta Raquel Toribio. Una de las últimas razas de moda ha sido el pastor belga, perro de gran físico y muy activo, utilizado por la Guardia Civil y la Policía Nacional, que muchos han adquirido por un sentimiento de identificación, sin ser verdaderamente conscientes de la responsabilidad que conllevan. «Las perreras ahora están llenas de pastores belga porque la gente no sabe lo que son, no son capaces de tenerlos», advierte Beatriz Martínez, presidenta de la asociación protectora Animales Rioja.
En ese sentido, el caso se asemeja al del border collie, otro perro muy activo que ha pasado de ser un animal de trabajo, de pastoreo, a ser una mascota. «Es muy bonito, pero hay que saber tratarlos», advierte Beatriz Martínez. En Animales Rioja han tenido varios ejemplares en adopción. Con el último, Enola, de pelaje merlé (la última moda de color, traspasada a los teckel), han tenido que pedir que la gente dejara de interesarse. «Con los perros de raza hay muchas solicitudes pero también descartamos a muchos posibles adoptantes», reconoce Martínez.
Beatriz Martínez
Animales Rioja
«En los 90, con los cockers hubo hasta saturación, pero casi han desaparecido porque tienen un carácter muy complejo y el que tenia no repetía», explica el veterinario Joaquín Laliena. También influyen los criadores y los cruces, que crean nuevas 'razas de laboratorio' con mucho éxito comercial pero de reprobable ética. «Los bulldog francés son enfermos crónicos, con problemas de piel, respiratorios... y no es compatible con el bienestar animal», declara Joaquín Laliena.
Otro ejemplo son los galgos italianos, morfológicamente mucho más pequeños que los españoles e ingleses, tan aparentemente graciosos como frágiles. «Son razas muy temperamentales y dependientes, con muchos problemas en las patas por fracturas», subraya Laliena, quien posee seis galgos italianos, la mayoría cedidos. «Uno de ellos pasó por tres casas antes de quedármelo. Hay que saber llevarlos», señala.
Y es que cuando ampliamos la familia con una mascota hay que tener en cuenta no solo la estética, debe primar la necesidad del animal y lo que podemos ofrecerle. Cuanto más tiempo y actividad podamos dedicarle, más grande, joven y potente será conveniente que sea, y viceversa. «La gente se empecina en razas difíciles, cuando es mejor optar por las más dóciles», recomienda Laliena.
Joaquín Laliena
Veterinario
«La dinámica de 'bola de nieve' hace que la popularidad creciente de una raza la vuelva más visible y atractiva, independientemente de consideraciones prácticas. Y estas tendencias nos ciegan ante las necesidades fundamentales de bienestar animal», considera Toribio. La falta de previsión puede acarrear negativas consecuencias para el perro y el vínculo humano-animal, crear expectativas irreales y frustración, incluso conducir a una tenencia irresponsable y el abandono.
«Un perro con necesidades insatisfechas puede desarrollar problemas de comportamiento», destaca Toribio. «Antes de comprar un perro de raza, especialmente si es tendencia, consideremos la adopción. Los refugios albergan perros de todas las edades y razas, muchos de los cuales fueron en algún momento populares», advierte la psicóloga.
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Javier Campos | Logroño
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