

Secciones
Servicios
Destacamos
Lo hemos intentado. Y casi lo conseguimos. Después de toda la Navidad procurando alejar a la mascota de los dulces navideños y lográndolo, al final, cuando pensábamos que ya estaba hecho, nos hemos relajado y el perro o el gato ha encontrado una fisura en nuestra vigilancia y se ha comido el roscón de Reyes, el turrón, unos mazapanes o unos polvorones. Ya no tiene remedio. ¿Qué hacemos entonces?
«Hay que saber, lo primero, que la respuesta es muy individual. Hay animales a los que comer un trozo de turrón puede no generarles ningún síntoma y otros a los que el chocolate les puede intoxicar desde muy pequeñas dosis. Depende también del tamaño del animal, eso influye mucho», advierte el veterinario Carlos Bustillo, de la clínica Bustillo Veterinarios de Logroño. Y es que dentro de las razas de perros nos encontramos animales desde 3 hasta 75 kilos, por lo que un dulce o todos esos alimentos considerados prohibidos para las mascotas, tienen efectos diferentes. «Hay razas especialmente sensibles a las toxicidades porque, al final, son temas metabólicos. También influye el estado del animal, los hay más susceptibles a padecer problemas», expone Carlos Bustillo.
Carlos Bustillo
Clínica Bustillo Veterinarios
Obviamente, todo tiene su justa medida. A un perro grande, por un polvorón o un trozo de turrón, aunque debemos evitarlo, no le va a suponer un problema grave si el animal tiene una buena salud. Pero si nuestra mascota es más delicada y pequeña y se ha dado un festín, convendría estimular el vómito para evitar un grave problema de salud. Y es que las mascotas digieren mucho más lentamente este tipo de alimentos. El chocolate, por ejemplo, contiene teobromina, un componente que los perros no metabolizan bien y por el que se pueden intoxicar. «Lo mejor ante este tipo de tóxicos, que no son cáusticos como la lejía, es contactar con un veterinario. Generalmente utilizamos carbón activado, que impide la absorción a nivel intestinal. Por supuesto, si hay síntomas neurológicos, hay que ingresar al animal», informa Bustillo. También debemos tener claro qué es lo que ha ingerido el animal, que los síntomas correspondan con lo que creemos que ha comido. Para ello conviene ser sinceros. Puede que en las comidas familiares alguien haya alimentado a la mascota bajo la mesa sin el consentimiento del dueño, algo que generalmente se hace con buena voluntad pero que no es nada conveniente. «También hay en el mercado unas ampollas que se aplican a nivel ocular y estimulan el vómito. Estas se pueden tener en casa si tenemos un animal muy comilón. Lo importante es impedir la absorción», explica Bustillo.
Pero, como en todo, más vale prevenir que curar. «Hay que educar bien a los propietarios de mascotas de que estas no pueden comer cosas raras, aunque en los gatos es extraño que ingieran turrones o chocolate, no como los perros, aunque todo depende del animal, pues los hay que no comen absolutamente nada y otros que comen un montón», advierte Bustillo.
Igualmente hay que ser conscientes y no creer que el perro ha comido un dulce que creamos inofensivo cuando realmente ha podido ingerir algo en la calle mucho más peligroso. Para eso debemos ser responsables como dueños y supervisar al animal en todo momento para evitar que coma cualquier cosa que le pueda sentar mal. En casa, si la mascota es sagaz, hay que evita que tengan comida a su alcance. Y algo que también es importante: «No debemos esperar a ver qué pasa sino actuar inmediatamente, precisamente, para evitar la absorción a nivel metabólico, que es lo que genera toxicidad», recomienda Bustillo.
Publicidad
Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.