El camaleón Pascal durante una visita al centro veterinario Nakuru de Logroño. D.M.A.
Animaladas | Mascotas

El atractivo y misterioso reptil

El camaleón es un animal exótico de sencillos cuidados pero a la vez exigente, y «son para verlos, no necesitan interactuar»

Diego Marín A.

Logroño

Lunes, 8 de diciembre 2025, 12:36

El camaleón es un animal exótico tan atractivo como desconocido, uno de los reptiles más complicados para poder cuidar adecuadamente en un domicilio. ... No obstante, su bajo precio, entre 20 o 30 euros el ejemplar, anima a adquirirlo, con frecuencia sin ser consciente de lo que supone. «En las tiendas de animales realmente no te informan de todos los cuidados que requieren, porque necesitan unas condiciones de humedad, luz y tamaño del terrario que no todo el mundo los procura, y muchos acaban muriendo por mala alimentación, quemaduras o falta de calcio», expone Elena Llop, delegada de la asociación protectora Difusiones Exóticos Alicante y La Rioja.

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Lo primero es ser consciente de que los animales, sobre todo los exóticos, tienen como hábitat la naturaleza y, por mucho que podamos brindarles un espacio confortable en casa, nunca será lo mismo. «La gente debe entender que los reptiles son para verlos porque no necesitan interactuar, cariño o compañía, son solitarios, solo se juntan para reproducirse. Hay que entenderlo y adaptarse a sus necesidades, no al contrario», advierten los veterinarios del centro experto en exóticos Nakuru de Logroño. Aunque adquirir un ejemplar no es caro, sí que el coste de su adecuado mantenimiento puede resultarlo. El resto de materiales que necesitan, de inicio, pueden suponer 300 euros. Por ejemplo, las bombillas de luz ultravioleta artificial para absorber las vitaminas y calcio que necesitan se deben renovar anualmente.

«Mucha gente no lo hace y si les haces una radiografía tienen los huesos transparentes porque sufren el síndrome metabólico óseo. Y la habitación debe estar caliente. Todo eso sube la factura de la electricidad unos 20 euros al mes», advierte Elena Llop. Otra necesidad básica es un terrario vertical, no el habitual horizontal. «Son como una planta, necesitan cuidados pero no que los toques. Son muy fáciles de cuidar si cumples con todas sus necesidades, por lo que, a la vez, son muy exigentes», subraya el veterinario de Nakuru.

Por otra parte, lo bueno es que no enferman ni necesitan vacunas, solo sufren problemas por culpa de un mal cuidado, como una inadecuada iluminación, humedad o alimentación. En cambio, lo malo es que, inevitablemente, contar con un camaleón supone tener insectos en casa, pues deben ser su alimento principal. «Tienes que criar los propios insectos, como cucarachas, grillos o gusanos, para alimentarlos, y hay gente que no está dispuesta a eso, por lo que se producen trastornos alimentarios», señala Elena Llop.

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El camaleón Pascal, apoyado en una rama. D.M.A.

Pascal y Pascala

La esperanza de vida de un camaleón es de unos 4 años entre las hembras y de 8 entre los machos. También hay que tener en cuenta que los cambios de color que hacen tan singular a este animal no son tan atenuados ni asombrosos como se representa en las películas o dibujos animales en el ámbito doméstico, precisamente, por estar en cautividad, puesto que, en libertad, es un mecanismo de defensa. «Cambian de color por estado de ánimo, si están estresados, si tienen dolor, en época de reproducción, por la temperatura ambiental… son células que tienen en la piel para adaptarse a la situación, pero tienen una gama cromática determinada», especifican los veterinarios de Nakuru. «La gente cree que, si se posa en un lugar azul, se vuelve azul, pero no funciona así, aunque es cierto que, si se enfadan, se les pone la cabeza negra», explica Elena Llop.

A nivel legal, para disponer de un camaleón, solo es necesario el certificado Cites (Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres). Eso sí, hay que evitar la reproducción porque para ello hay que estar inscrito como criador. La asociación Difusiones Exóticos Alicante y La Rioja se ha hecho cargo de varios camaleones entregados por sus dueños, como fue Pascal y Pascala, camaleones velados (o del Yemen) de unos 50 centímetros de cabeza a punta de la cola, ya adoptados. «Son muy vistosos, como los loros, pero complicados, así que filtramos mucho al darlos en adopción para que dispongan de unas condiciones mínimas», expone Elena Llop.

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