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Carlos Antolín Moreno era ilusionista y en sus espectáculos quería incluir algunos animales, como periquitos y palomas. Además, siempre ha tenido aves tropicales, como pyrrhuras (cotorras) y hace dos años quiso tener un ave más grande y adquirió el que considera el más 'top': un guacamayo. «El cénit del espectáculo iba a ser sacar al guacamayo pero con la prohibición de utilizar animales ya fue imposible», cuenta Charly, nombre artístico de uno de los fundadores del Círculo Ilusionista Riojano. Así, Pippo pasó de ser la estrella de su espectáculo de magia a una de sus mascotas. Por la misma ley ha dejado de haber animales en los circos y en las atracciones de feria.
Para poseer un animal exótico es necesario el documento del Convenio de Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres y el permiso del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, además de mantener su cartilla veterinaria al día. «No es tan fácil tener en regla un ave como esta, pero comprándola legalmente a un criador evitas el tráfico de animales», reconoce Carlos Antolín. En casa, asegura, ha vivido siempre en libertad, pues ha cuidado de Pippo casi desde que salió del huevo. «Tiene una jaula pero solo como refugio, para que la tenga como referente», advierte Carlos.
Carlos Antolín Moreno
Ilusionista Charly
Siempre que puede, además, lo lleva a volar en exterior, se junta con otros guacamayos e, incluso, ha ejercido de modelo en videoclips para algunos artistas. Pippo también es actor. Eso sí, para la comida es delicado. «Come de todo pero no puede, por ejemplo, tomate, aguacate, chocolate... Todo lo acabado en '-ate'. Y si le doy una manzana o una pera le tengo que quitar las pepitas porque son tóxicas para él», explica Carlos. Su desayuno es fruta, verdura o huevo duro, el almuerzo se compone de hojas verdes y frutos secos y, de cena, un pienso especial. «Duerme un mínimo de doce horas y, tengan la edad que tengan, tienen la mentalidad de un niño de 5 años, están todo el día jugando, así que necesita entretenimiento para no estresarse, ya sea jugando con él o buscando su comida», advierte Carlos. Lo que más sorprende es la esperanza de vida del guacamayo: 80 años en cautiverio. Y Pippo aún no ha cumplido tres. «Tiene su carácter y su personalidad, pero es todavía un bebé», dice orgulloso Carlos.
Joaquín Laliena, veterinario especializado en aves y animales exóticos de la clínica Nakuru de Logroño, explica que es esencial la desparasitación del animal. «Los loros son muy sensibles a padecer problemas hepáticos, sobre todo con la edad y por las dietas altas en grasa, y enfermedades víricas, más si acostumbran a hacer vuelo libre con otras aves. Por lo demás, no tienen vacunas obligatorias», explica Laliena.
Joaquín Laliena
Clínica Veterinaria Nakuru
La única obligación es la identificación y correcta documentación del animal. «Además del anillamiento, es muy importante identificarlos con microchip porque, ante un caso de robo, se puede cortar muy fácil la anilla, que es como su DNI, y ha habido casos de decomisos en los que este tipo de aves han acabado en La Fombera porque no se podía demostrar la pertenencia», advierte Laliena.
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Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
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