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la rioja
Jueves, 31 de mayo 2018
Tras un largo invierno en reposo vegetativo, cuando la sabia frena su movimiento y las hojas caen y se aprovecha para hacer la poda, la viña vuelve a la vida en primavera.
Como explica Jose Ramón Jiménez ('El Educador en vinos') en este video, ahora, en plena época primaveral, tras los lloros y la floración, la planta se encuentra en uno de los momentos menos conocidos del cuidado de la viña: la espergura. Además de las yemas que se dejan tras la poda y que brotan ahora, en otros lugares de la planta crecen yemas ciegas que le quitan alimento a la planta. Todos esos brotes se quitan a mano para que el resto de planta reciba todo lo que necesita.
Dependiendo del tipo de uva, la altitud o el lugar en el que se encuentre la viña, las cepas pueden encontrarse en uno de estos momentos (aunque la gran mayoría está ya con frutos a estas alturas del año):
Al llegar la primavera, la viña comienza a captar alimentos y a nutrirse. La savia viaja por la planta y aparece los primeros brotes o yemas. Con ellos, comienza un nuevo ciclo de floración que irá evolucionando hasta el momento de la vendimia.
Las pequeñas flores que abarrotan las vides serán en unos mesas racimos de uva. Esa floración determinará el volumen de la cosecha y podrá dar pistas sobre cuándo se producirá la cosecha. Si florece tarde, todo el proceso se retrasa, y se vendimiará también tarde.
Los insectos polinizan esas flores y de ello surge el fruto. Toda la energía de la vid se concentra a partir de ese momento en la generación del fruto.
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Jon Garay e Isabel Toledo
J. Arrieta | J. Benítez | G. de las Heras | J. Fernández, Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Julia Fernández
Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras, Miguel Lorenci, Sara I. Belled y Julia Fernández
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