
Pelayo de la Mata | Marqués de Vargas
«Rioja superará esta crisis pero se reducirá la superficie de viñedo»El aristócrata e histórico viticultor y bodeguero tiene claro que «la tendencia es beber menos vino pero de más calidad»
Pelayo de la Mata es el XIII Marqués de Vargas y el IX Conde de San Cristóbal. Sus títulos nobiliarios dan nombre a las bodegas de Rioja y de Ribera del Duero del Grupo Varma, un imperio familiar de distribución de bebidas en España con más de ochenta años de trayectoria y que fue fundado por Hilario, padre de Pelayo. Aunque nacido en Madrid, el presidente de Bodegas Marqués de Vargas jamás ha ocultado su pasión por La Rioja, donde su bisabuelo plantó en 1840 los primeros viñedos en la Hacienda Pradolagar y donde el propio Pelayo decidió un siglo y medio después levantar la bodega.
Marqués de Vargas, desde su origen, siempre apostó por la calidad y la exclusividad con la elaboración de sus vinos de sus propios viñedos, mientras que, a través del Grupo Varma, se ha escrito que Pelayo de la Mata enseñó a beber a los españoles, primero con el brandy (con marcas de extraordinario éxito como 103) y luego con el Ron Barceló, el güisqui Cutty Sark y, finalmente, con los gin-tonic y la distribución de marcas como Beefeter o Hendricks.En todo caso, el XIIIMarqués de Vargas nunca ha ocultado que su auténtica pasión es el vino: «Mi familia siempre estuvo vinculada al mundo de Rioja. Mis antepasados, los Quintano, en Labastida, y Galo de Pobes, en Casalarreina, influyeron en la elaboración de aquellos vinos finos llamados estilo Médoc de influencia bordelesa del siglo XIX, y fue mi padre quien mantuvo después vivo el sueño de tener un vino con nuestro nombre», recuerda.
– Rioja cumple su centenario como DO no precisamente en su mejor momento. ¿Cómo está viviendo su bodega esta crisis del vino de Rioja, pero también del sector en general?
– Se están produciendo cambios en la forma de consumir vino en el mercado internacional con descenso del consumo, en general, y en el Rioja en particular. La tendencia es hacia beber menos y de más calidad. En este sentido, los vinos de Marqués de Vargas se están enfrentando a esta tendencia de manera positiva, ya que nuestro modelo de bodega es el que se está imponiendo, produciendo vinos de alta gama con uva de viñedo propio, con viticultura ecológica y prácticas sostenibles.
– Si alguien conoce el mercado de las bebidas alcohólicas, y por supuesto también del vino, es usted. ¿Cómo saldrá Rioja de esta?
– Creo que Rioja debe afrontar una reestructuración de su viñedo cultivando en las zonas que produzcan la mayor calidad de uva y orientarse hacia la elaboración de vinos de más valor añadido.
– ¿Eso significa que habrá arranques de viñedo? ¿Cree que desaparecerán muchos viticultores?
– Creo que, muy a pesar de todos, la superficie de viñedo en Rioja está llamada a reducirse, sobre todo en aquellas zonas que no son ideales para el cultivo de la vid. Habrá que cultivar otros productos que puedan sustituir con rentabilidad a la viña.
El vino de pelayo de la mata: Hacienda Pradolagar

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El vino: Hacienda Pradolagar es un vino de parcela, de producción muy limitada y numerada, que sólo se elabora en las mejores añadas con las uvas de los viejos viñedos de La Victoria, una parcela clasificada como Viñedo Singular por el Ministerio de Agricultura, y está pensado para una larga guarda.
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Precio: 147 euros.
– La tendencia del mundo del vino parece clara desde el año 2017: menos consumo pero de más calidad. ¿Van por ahí los tiros?
– Como decía antes, el consumo mundial de vinos sigue esa tendencia, que acompaña a la mejora de la gastronomía, y Rioja no creo que sea una excepción.
– Ustedes tienen bodega en Rioja, Marqués de Vargas;en Ribera del Duero, Conde de San Cristóbal y también en Rías Baixas, Pazo de San Mauro. ¿Está mejor Ribera del Duero que Rioja? ¿Se han hecho mejor las cosas allí en los últimos años?
– Las trayectorias son diferentes. Ribera de Duero es una DO relativamente joven. No llega a 40 años, por lo que iniciaron su andadura habiendo aprendido de la experiencia de otras como Rioja, que ya es centenaria. En Ribera se ha acertado en el sentido de que su producción ha ido detrás de la demanda, pues su dimensión en hectáreas es menos de la mitad que la de La Rioja. Ello les ha permitido vender sus vinos con mejores márgenes.
– Hablemos un poco de historia. Su bodega, Marqués de Vargas, es relativamente joven, pero no la vinculación de su familia al vino y al viñedo con Pradolagar desde 1840. De su archivo familiar se conoció también a Galo Lucas de Pobes, un auténtico pionero de Rioja que casi había pasado inadvertido. ¿Ha habido otras crisis similares a esta actual en el sector del vino de Rioja?
– Por supuesto que Rioja ha tenido sus vaivenes desde que comenzó a producir vinos finos por la influencia bordelesa, a finales del siglo XIX, hacia 1840. En ese proceso de lo que se llamó vino estilo Médoc, influyeron también mis antepasados por parte de mi familia materna, los Quintano y Galo de Pobes. Muchos agricultores en estos años cultivaron viña por ser muy rentable, entre otros mi bisabuelo Felipe de la Mata, VIII marqués de Vargas. En cambio, a principios del siglo XX hubo zonas donde se arrancó viñedo para volver a plantar cereal.
– Su bodega ha dado un «importantísimo» repaso a sus vinos con la llegada de Ana Barrón, por cierto enóloga del año para Tim Atkin, y el asesoramiento de Javier Ausás. ¿Qué ha cambiado en los últimos años en Marqués de Vargas?
– Nuestro modelo de negocio ha sido, desde el comienzo, elaborar vinos de finca, es decir, exclusivamente con uvas de nuestro propio viñedo, de la Hacienda de Pradolagar, que siempre ha producido uva de gran calidad por el esmero en el cultivo de la viña. De ahí que el Consejo Regulador nos haya calificado una importante parte de la misma como 'viñedo singular'. Es cierto que desde que Ana Barrón, nuestra enóloga, se incorporó a Marqués de Vargas se creó un equipo que ha ejercido un control exhaustivo de todos los procesos de elaboración, lo que ha llevado nuestros vinos a la excelencia. En ello tengo también que agradecer a Javier Ausás que junto con David Pernet nos han asesorado en temas como la cartografía del viñedo, un proceso muy laborioso que trabaja únicamente en favor de la calidad y de obtener de cada parcela lo mejor.
«La clasificación de crianza y reserva la veo muy acertada, pero Rioja ha tardado demasiado en diferenciar pueblos y viñedos»
– Casi todo el mundo, por no decir todo el mundo, coincide en que, pese a la crisis, Rioja está haciendo los mejores vinos de su historia. ¿Lo cree usted también? ¿Quizás es un momento también de vinos más divertidos, por diferentes, que nunca?
– Sí. Estoy convencido de que en la actualidad Rioja está haciendo los mejores vinos de su historia. La competencia obra milagros y eso ha llevado al Rioja a la superación de la calidad, sin olvidar el gran control y la dirección que la Denominación de Origen ha ejercido a través del Consejo Regulador. En cuanto a vinos distintos y más divertidos, creo que Rioja ha seguido la tendencia internacional de vinos más afrutados y menos presencia de la madera con crianzas en barricas de mejor calidad.
– A priori, yo definiría su bodega como 'clásica', aunque siempre elaboraron vinos más o menos modernos. Trabajan en una finca, con numerosas parcelas por supuesto, incluso varias de ellas como viñedo singular. ¿Se queda escasa la tradicional categorización de crianza, reserva y gran reserva? ¿Cree que ha tardado demasiado Rioja en apostar por la diferenciación de zonas, pueblos y/o viñedos concretos?
– Nosotros hicimos hace casi 30 años la primera cartografía de nuestro viñedo con la ayuda de un asesor francés de la época, de Michel Rolland. Desde entonces hemos vinificado por parcelas y adaptado la bodega a esa realidad. Nuestros vinos de más alta gama vienen de las parcelas que constituyen hoy el viñedo singular. Creo que en este sentido Rioja ha actuado con cierta lentitud, pero, como dice el refrán, «nunca es tarde si la dicha es buena». Sin embargo, la calificación de crianza, reserva y gran reserva, la veo muy acertada.
– En los años 90 del siglo pasado, hubo una generación muy importante que, junto con los buenos clásicos, ayudó a revitalizar una, quizás un poco, 'aburrida' Rioja. ¿Qué opina de la nueva corriente de chavales jóvenes, muy bien formados, que están emergiendo en la actualidad?
– Creo que es fundamental para el futuro de nuestra DO que la juventud bien formada y comprometida con el vino de Rioja forme parte activa en el sector. Ellos aportan innovación y creo que están orientados a los vinos de alta gama, pues se supone que es el desafío que ellos desean y para lo que se han formado a fondo.
– Don Pelayo, supongo que tendremos Rioja para al menos otros cien años.
– Como riojano que me considero, tengo una gran confianza en nuestra gente y estoy seguro de que superaremos la crisis y continuaremos con nuestros vinos a lo largo de los siglos.
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