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Víctor Ausejo, durante la cata.

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Víctor Ausejo, durante la cata. Irene Jadraque / Sadé Visual
Club de catas lomejordelvinoderioja.com

Víctor Ausejo y Sístole: vinos con raza y frescura

Los pequeños bodegueros de Alberite sorprenden con una cata focalizada en la frescura y en la altitud de los viñedos blancos y tintos de la zona del Iregua

Alberto Gil

Logroño

Viernes, 24 de noviembre 2023

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Frescos y directos. Así son los vinos de Víctor Ausejo y de la misma forma se presentó el viticultor ante los aficionados del club de catas de lomejordelvinoderioja.com el jueves por la noche: «Hasta 2012 no quería saber nada de la viña, y fue entonces cuando mi padre me dijo que me encargara por favor del viñedo, ya que quien nos lo llevaba a renta iba a dejar de hacerlo», confesó el viticultor de Alberite. Hijo de Antonio Ausejo, ingeniero agrícola de Vivanco y gran conocedor del viñedo riojano, Víctor recibió al año siguiente un nuevo 'regalo' paterno: «Había comprado otra hectárea y en 2014 me propuso arrancar la pequeña finca de tempranillo para plantar garnacha blanca». Eran momentos en los que el tinto en Rioja seguía en auge, pero la jugada a la contra a los Ausejo les acabó saliendo redonda. Entre tanto, el viticultor estudió el grado de Viticultura y Enología en La Laboral y fue ahí donde le entró «el veneno». Se formó en bodegas como Vivanco, Gómez Cruzado o Miguel Merino y en 2018 elaboró su primer vino, apenas una barrica de garnacha blanca: «He tenido suerte y me ha ayudado mucha gente, pero si a alguien le debo haber encontrado mi sitio es a Miguel Merino». «Fue él -recordó- quien me animó a sacar al mercado este vino».

Víctor Ausejo cogió la mochila y comenzó a visitar restaurantes de alto nivel con estrella Michelin: «Fue alucinante porque todo el mundo me decía que sí..., así que pensé que de verdad había hecho algo bueno», recordó el jueves entre risas. En 2020 hizo una segunda barrica de su blanco y en 2021 construyó una pequeña bodega, en su pueblo, Alberite, donde hoy en día elabora sus dos vinos más conocidos, los de garnacha blanca, junto con otros dos mazuelos, rosado y tinto, y una garnacha tinta, en todos los casos con el terruño del valle del Iregua (Alberite, Clavijo y Sojuela) como bandera y con un proyecto que, en unos pocos años, se ha asentado en el planeta vitivinícola de Rioja: «Tenía claro que debía posicionar mis vinos en un segmento medio alto, ya que no puedo competir en producción y me gustaría que mi caso pueda servir de ejemplo para que haya nuevos jóvenes que se animen a elaborar porque a Rioja nos irá mucho mejor», aseguró. De momento, el empuje de Víctor ha servido para que Cristófer Ruiz y José Alberto Reinares, en este caso viticultores con 21 hectáreas en propiedad en Clavijo, se animaran en 2019 con Sístole, un pequeño proyecto que elaboran en la propia bodega de Víctor y que el jueves se presentó también en la cata.

La cata

Pero vamos por partes. La cata comenzó con Víctor Ausejo Rosado 2022 (420 botellas) casi un experimento de hace dos cosechas que «salió bien» en palabras del viticultor. Es un vino al 50% de mazuelo y garnacha tinta, con una frescura espectacular, incluso en una añada tan cálida como la 2022, dentro en una firme apuesta de Víctor Ausejo por la variedad mazuelo: «La mazuelo y la graciano, sin olvidar a la garnacha, son soluciones naturales al cambio climático y a mí me gusta mucho la mazuelo que, si bien requiere mucho trabajo y sobre todo control de producción en el campo, aporta una personalidad muy diferenciada al vino». Víctor Ausejo Parcela 333 es un varietal de garnacha blanca (3.170 botellas), que elabora de la finca en propiedad de Alberite seleccionando las uvas más frescas y que, tras diez meses en crianza sobre lías, pasa del depósito a la botella durante un año aproximadamente: fino, directo, con una grasa en boca que no pesa y una acidez natural de las frescas tierras del Iregua. Lo que se dice un vinazo y una muestra del error que se ha cometido en líneas generales en Rioja al prestar tan poca atención a esta variedad histórica de la que hay plantadas poco más de 200 hectáreas.

Vinos y precios

  • Víctor Ausejo Rosado 2022: 12 euros.

  • Víctor Ausejo Parcela 333 (2022): 17 euros.

  • Víctor Ausejo Mazuelo 2021: 24 euros.

  • Sístole Maturana Tinta 2021: 25 euros.

  • Víctor Ausejo Garnacha 2021: 44 euros.

  • Victor Ausejo Garnacha Blanca 2022: 25 euros.

La tanda de tintos comenzó con Víctor Ausejo Mazuelo 2021, un varietal con una nariz floral y muy directo, con una acidez natural que no deja indiferente. Son 835 botellas de una variedad muy caprichosa: «Como me dijo un día Miguel Merino, la mazuelo es como un hijo de 15 años perpetuos, que nace con oídio, sigue con oídio y que vendimias casi con riesgo de oídio...». Y, como tal, varietal de mazuelo, no deja indiferente a nadie. Cristofer Ruiz y José Alberto Reinares (Sístole Wines) son dos viticultores experimentados. Con 21 hectáreas en propiedad entre ambos, incluso algún tempranillo centenario, apostaron, sin embargo,por elaborar de momento un único vino de maturana tinta: «Había escuchado hablar de ella, y como histórica y minoritaria nos interesamos y decidimos plantar un pequeño viñedo», recordó ayer Cristofer. Sístole 2019 fue el primer latido de este microproyecto basado en la altitud (a 750 metros en Clavijo) y fue también el primer latido de Lucca, hijo de Cristofer: «En la 2019 hicimos 400 botellas y con las 2020 hemos doblado la producción», explicó entre risas el viticultor. Escasa cantidad, pero un vino fantástico y, como los de su amigo Víctor, con una frescura y una franqueza más que interesante para descubrir esta zona alta del Iregua.

Ausejo retomó el timón de la cata con Víctor Ausejo Garnacha (tinta) 2021, en este caso de un viejo viñedo de Sojuela, sin salir del valle del Iregua, que enamoró al viticultor: «Me encanta esa zona, de viejos vasos sobres suelos arenosos y con mucha vegetación, carrascas en este caso rodeando la viña». Lo intentó con el varietal en la añada 2020: «Entendí que no lo había hecho bien del todo, así que lo vendí a granel«, pero con la siguiente cosecha simplemente lo ha bordado. Un vino fluido, vertical, con cuerpo pero nada pesado para una garnacha muy típica entre las más mediterráneas de Yerga y las más atlánticas del Najerilla. Y, como cierre, al estilo Borgoña, Víctor Ausejo Garnancha Blanca 2022, un blanco cremoso (fermentado en barrica), potente, directo, que el viticultor elabora de la misma finca que Parcela 333, pero con las uvas más maduras. Un gran vino de largo recorrido que no pasó desapercibido a Tim Aktin que destacó a Ausejo con sus dos garnachas como uno de los grandes elaboradores de blancos de Rioja. Pero más allá de puntos, el de Ausejo y Sístole son dos pequeños pero grandes proyectos, cargados de cariño, enfocados en el desconocido Valle del Iregua (el 'Iregua Valley') y con vinos frescos, francos y honestos, absolutamente recomendables para quien escribe.

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