Pujanza: el inagotable empuje de una gran saga de bodegueros
Carlos San Pedro, hijo y padre, presentan el próximo jueves 14 la madurez, tras 25 años, de uno de los más exitosos proyectos de Rioja
La familia San Pedro es una inagotable cantera de bodegueros: inconformistas y atrevidos, proceden de una saga con cientos de años de historia vinculada a la viticultura y a la elaboración de vinos en Laguardia. Carlos San Pedro fundó Bodegas y Viñedos Pujanza hace 25 años, unos años después de que su hermano mayor, Javier, hiciera lo propio con Vallobera, mientras que la hermana de ambos, Cristina, desarrolló también su propio proyecto con su marido en Bodegas Las Orcas. Todos en Laguardia, juntos pero no revueltos.
A Javier le acompaña desde hace años, aunque con bodega propia, su hijo Javier San Pedro Ortega; a Cristina, su hija Lucía en Las Orcas, mientras que el joven Carlos San Pedro junior ya está compaginando las elaboraciones de Pujanza con su propia formación en viticultura y enología. «No, no es sencillo seguir la genealogía de los San Pedro», explica entre risas el fundador de Pujanza.
LA CATA
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La cita Jueves día 14, a las 20 horas, en el hotel Gran Vía de Logroño, con plazas para los primeros inscritos en Oferplan o en lomejordelvinoderioja.com (13 euros/persona) y dos entradas dobles gratuitas para suscriptores ON+.
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Los vinos de la cata Pujanza 2020, Pujanza Valdepoleo 2020, Pujanza La Paul 2020, Pujanza Norte 2020, Pujanza Añadas Frías 2021 y Miraz 2022.
Carlos, padre, pasó hace ya dieciséis años por el club de catas delomejordelvinoderioja.com, entonces con apenas tres vinos, mientras que regresa ahora, el jueves 14 de diciembre a las 20 horas, con un proyecto totalmente consolidado y con una espectacular colección de referencias en una bodega que sorprendió a finales de los años 90 por la frescura, la fruta y la franqueza de sus vinos, en un momento en el que Rioja necesitaba revulsivos: «En estas dos décadas hemos crecido sobre todo en viñedo, siempre en Laguardia, aunque el protagonista de este segundo encuentro con el club de catas va a ser el chaval, que es quien, si así lo desea, acabará llevando el timón de Pujanza», avanza el bodeguero.
La cata
Los San Pedro comenzarán con Pujanza 2020, un vino que regresa al portfolio de la casa. «Pujanza, a secas, fue nuestro primer vino, que elaborabámos de los tres viñedos que teníamos entonces, sobre todo con uvas de Valdepoleo», recuerda Carlos Padre. «Cuando sacamos al mercado Pujanza Valdepoleo, que es la finca que rodea la bodega –continúa–, decidimos renombrar aquel primero como Pujanza Hado, pero con la idea siempre de recuperar el nombre original en el futuro, y así lo hacemos ahora con esta añada 2020». El 'nuevo' Pujanza incorpora en la actualidad uvas de 16 parcelas del entorno de Laguardia, un auténtico 'esencial' de calidad intachable que define a la perfección el proyecto bodeguero. Los San Pedro ha optado por la cosecha 2020 para esta primera tanda de cuatro tintos: «Queremos que, con una misma añada, se puedan ver las diferencias, siempre con viñedos de Laguardia, aunque con diferentes suelos, exposiciones y altitudes».
Pujanza Valdepoleo 2020 se servirá a continuación, en este caso ya dentro del concepto de vino de finca, fresco, vibrante y crujiente de fruta. Pujanza La Paul 2020, por su parte, es un parcelario de la finca del mismo nombre: «La primera cosecha fue el 2016 y procede de una viña plantada en los años 30 y en los años 60 de un viñedo situado a algo más de 600 metros». Siempre tempranillo, como todos los tintos de Pujanza, la cata se eleva por encima de los 700 metros, con Pujanza Norte 2020, un vinazo potente, robusto y, al tiempo, con una frescura espectacular que, desde su primera añada, situó a la bodega entre las principales referencias de Rioja. «Es una finca que compramos en 2002 y que reinjertamos con nuestro propio material genético seleccionado un año después», avanza el bodeguero. «No es un viñedo viejo –continúa–, pero sí la única viña que he plantado yo mismo con conocimiento de lo que hacía».
Pujanza Añadas Frías 2021 es un 100% de viura que los San Pedro sólo elaboran en determinadas cosechas: «Son las más atlánticas, casi siempre las más frías aunque no necesariamente, pero sí aquellas que nos dan la verticalidad y la acidez necesaria para un blanco de larga guarda». Procede de un viejo viñedo, San Juan de Anteportalatina, también en Laguardia, que inicialmente combinaba viura y tempranillo y que los San Pedro reinjertaron todo a viura en busca de ese blanco diferencial.
Las nuevas maneras
Miraz 2022 es el primer vino que elabora en solitario Carlos San Pedro junior: «Él tiene sus propias ideas y a mí me parece fantástico porque cada generación debe aportar su impronta». «Es un parcelario –continúa–, de un viejo viñedo que Carlos elaboró con raspón al 100% buscando la frescura que él quiere para sus vinos». «Sus gustos son mas 'radicales' que los míos, pero yo estoy encantado de que esté aquí, conmigo, y de que busque su propio camino».
Un relevo generacional que parece asentado en Pujanza: «Eso sí, con libertad total..., que es un San Pedro y cualquier día se monta otra bodega...», concluye entre risas el bodeguero. La cita con Carlos, padre e hijo, el próximo jueves 14 a las 20 horas con plazas para los primeros inscritos.