Vivir (y sufrir) en el corazón de la fiesta
Los vecinos que pueden optan por irse fuera; los que se quedan viven con resignación el barullo festivo
La Semana Gastronómica, los festivales, los conciertos... Como es tradicional, la inmensa mayoría de los actos mateos se programan en la zona más céntrica de la ciudad, con la salvedad de los eventos que se desplazan a los barrios. Esa concentración de actividades arrastra a las áreas más céntricas una aglomeración de público que termina por convertir la vivencia de los vecinos de esas zonas en algo similar a una yincana. O un 'scape room'.
Calles cortadas, bolardos interrumpiendo el paso, comercios cerrados, garajes obstaculizados... son muchas las consecuencia que generan las fiestas en las vías 'afectadas' por San Mateo. Y son los vecinos del centro histórico y del Casco Antiguo los que más 'sufren' las molestias que van más allá del ruido y la jarana festiva a horas intempestivas.
Como señala Celia Serrano, presidenta de la asociación de vecinos Excuevas-Norte-Barriocepo, lo peor se concentra el día del cohete: «El 20 de septiembre es imposible entrar en la calle Mayor, en Sagasta o en Portales;hay un barullo increíble, mucha gente y en condiciones lamentables por el consumo excesivo de alcohol». Cuenta Serrano que para poder cruzar hacia el centro urbano, ella prefiere evitar las calles más abarrotadas y rodear el Casco Antiguo dando una vuelta considerable. A las dificultades en los accesos a su domicilio, esta vecina suma la suciedad que el día del cohete se multiplica: «Los que no llevan un refresco, llevan vino y se les cae la mitad, o comida; y algunos siguen tirándose harina o huevos, una porquería que no consigo comprender».
Otra de las representantes vecinales de la zona, Iratxe Apeztegía, de la asociación Demanda Casco Antiguo, admite que ella, como muchos de los residentes del barrio, opta por irse fuera durante las fiestas de SanMateo, pero advierte: «Hay muchos vecinos que no se pueden permitir irse de vacaciones estos días y ellos sufren muchas molestias, sobre todo los días laborables de las fiestas, que tienen que trabajar, y soportan juerga y gritos hasta altas horas de la madrugada en jornadas que luego tienen que rendir».
De ahí que ambas representantes comprendan que son jornadas especiales de celebración pero suplican contención y empatía a los que pueden celebrar. Para que San Mateo no acabe reñido con los vecinos.
Celia Serrano Asoc. Vecinos Excuevas-Norte-Barriocepo
«Lo peor es el día del cohete, no se puede ni entrar por algunas calles»
Celia Serrano, presidenta de una de las asociaciones de vecinos del Casco Antiguo, subraya que lo más incómodo para los vecinos se repite el día del cohete: «Ese día no se puede ni entrar en las calles, prácticamente desde la Fuente de Murrieta hasta el comienzo de Portales está todo abarrotado; es horroroso pasar por la calle Mayor o por Sagasta». A la afluencia de personas en el Casco Antiguo se suma la suciedad que dejan: bebida y comida principalmente, pero también harina y otros 'aditivos' que forman «un engrudo muy desagradable».
Reconoce esta vecina que ella ha vivido desde que nació en el centro histórico y no lo cambia; sabe lo que supone vivir en el cogollo de una ciudad en fiestas y por eso se muestra comprensiva: «A mis vecinos les digo que son dos días y hay que tener un poquito de paciencia: se oye el ruido de los fuegos, la música de la Casa de Andalucía, pero no molestan y acaban pronto. Lo que no se puede aguantar es un ruido infernal hasta las dos de la mañana», señala agradeciendo que este año no se hayan programado eventos musicales cerca de su domicilio. «Los vecinos del Casco Antiguo tenemos derecho al descanso y a tener una vida tranquila», concluye.
Iratxe Apeztegía Asoc. Demanda Casco Antiguo
«Muchos optan por irse, los que se quedan andan preocupados por el ruido de los días laborables»
La experiencia que relata Iratxe Apeztegía, portavoz de la asociación Demanda Casco Antiguo, apunta a que «el día del cohete es el peor» sin duda de las fiestas, pero no el único que genera problemas en el centro histórico: «Se acumula tantísima gente el día del cohete que el barrio colapsa y es inaccesible, la plaza de Correos está intransitable y no puedes ni caminar». «Ese día es brutal», remarca sin ambages esta vecina, que no obstante reconoce ciertas ventajas a la hora de vivir las fiestas en el centro: «Tienes todos los eventos sin apenas moverte». Sin embargo, señala Iratxe que muchos de los vecinos del Casco Antiguo, los se lo pueden permitir, prefieren irse fuera estos días y descansar lejos de la juerga constante que supone SanMateo: «Conozco a muchos vecinos que se van lejos estos días y también hay quien pernocta fuera, al menos se alejan para dormir, pero también hay muchas personas que no pueden permitirse viajar durante las fiestas».
Y aunque entienden que los festivos, el fin de semana y el día de San Mateo, son jornadas especiales en los que los logroñeses se acercan masivamente al Casco Antiguo, lo que ven con más preocupación los residentes de esta parte de la ciudad es la música y los gritos a deshoras, que las charangas de las peñas puedan 'animar' las calles a horas tardías, con el consiguiente malestar de los vecinos que trabajan al día siguiente: «Entre semana hay fiestas, pero también son días laborables y la gente trabaja; hay que intentar equilibrar un poco, se puede disfrutar de la fiesta, pero entendiendo que hay días que siguen siendo laborables».
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