El monumento que ve pasar el tiempo
La escultura del general, al trote desde lo alto de El Espolón, testigo mudo de cómo ha cambiado el centro de la ciudad desde hace un siglo y tres décadas
Ahí está, ahí está... El monumento a Espartero lleva 130 años viendo pasar el tiempo. Dicho de otro modo, el general, al trote desde lo alto de El Espolón, ha sido testigo mudo de cómo ha ido cambiando desde entonces el mismísimo centro de la ciudad. De hecho, la estatua ecuestre se ha colado desde su inauguración el 23 de septiembre de 1895 en no pocos 'retratos' del devenir de la vida de Logroño, como protagonista o como imagen meramente accesoria. ¿Qué logroñés o logroñesa no tiene una fotografía posando con el príncipe de Vergara a lomos de su caballo encaramados al conocido pedestal como telón de fondo?
Varias y documentadas son las reformas sufridas por El Espolón de la capital de La Rioja desde entonces, con un conjunto escultórico «bien vivo» desde su primer día como así lo demuestra la restauración de 1918, la instalación de la fuente en 1962, la rehabilitación de 1995 o el gran cambio de todo el paseo del Espolón, incluido el pedestal de la escultura, inaugurado en 1998 siendo la misma la última gran reforma con el aspecto que presenta actualmente.
Y todo ello visto desde los 11,5 metros de altura con la 'Prudencia, Paz, Lealtad, Templanza, Patria, Abnegación, Fortaleza, Victoria, Patriotismo, Justicia, Ley, Heroísmo, A Espartero, España, Logroño' que pueden leerse en la base... desde esa atalaya que nada tiene que ver con el proyecto inicial previsto para ensalzar la figura de Espartero, no realizado, y que consistía en una columna sobre un pedestal con una estatua del general de pie.