Borrar
Daniel Luque ayundándose por bajo en su primero de la tarde.

Ver 26 fotos

Daniel Luque ayundándose por bajo en su primero de la tarde. JUSTO RODRÍGUEZ
Toros

Las formas de Luque y el querer de Jiménez

Daniel Luque cortó una oreja de peso en el segundo de la tarde mientras que los aceros privaron a Borja Jiménez de tocar pelo

Sábado, 21 de septiembre 2024, 22:19

Comenta

¡Bendita cubierta! Eso es lo que pensaron los taurinos que fueron, paraguas en mano, a La Ribera para disfrutar de la primera de feria. En el cartel se anunciaban toros de Zalduendo para Miguel Ángel Perera, Daniel Luque y Borja Jiménez.

El primero fue un ejemplar armónico pero chico que no acabó de entregarse en el capote de Perera cuya cuadrilla ejecutó un buen tercio de banderillas. El extremeño dio inicio al trasteo a media altura y planteó la faena inmediatamente fuera de las rayas. El animal, que poseía nobleza, se desplazaba sin decir gran cosa y del torero se echó en falta que diera ese pasito más que le hubiera hecho verse en el pitón contrario. Con todo, estuvo afanoso y se tiró muy de verdad en la suerte suprema pero encontró hueso.

Pedro Fernández junto a Alberto Lázaro, a la derecha, que debutó ayer como alguacilillo en La Ribera. justo rodríguez

El tendido alto del abono joven en la Plaza de la Ribera. justo rodríguez
Reunido derechazo del debutante Borja Jiménez. Justo Rodríguez

Perera, en un remate por abajo.

Justo Rodríguez

1 /

Algunas palmas de tango recibieron al segundo de la tarde que cumplió sin pena ni gloria el trámite del caballo. Solos en el ruedo, Luque dio espacio y una vez con el toro en el embroque bajó la mano. Tomó la muleta con la izquierda y brotó el toreo de los riñones encajados y de la embestida acompasada, dejando un precioso kirikí. Remató por luquesinas siendo muy jaleadas por el graderío. Enterró la tizona hasta los gavilanes quedando la espada trasera y algo contraria. Paseó un apéndice.

Borja Jiménez saludó al tercero bajando las manos e imprimiendo suavidad a un burel que, en un par de ocasiones, clavó los pitones en el albero. El sevillano fue todo voluntad ante un astado que no derrochó entrega alguna, que salía con la carita por encima del engaño y que se revolvía cada vez que tocaba las telas. Lo pasaportó a la segunda.

El cuarto del encierro fue un animal que estaba justo de fuerza y con el que Perera tuvo que plantear buena parte de su faena a media altura. Presentó el engaño plano y, aunque dio tiempo entre tandas, su labor no acabó de tomar vuelo. El pacense tomó el mandoble y dejó una estocada casi entera. Debió hacer uso del verduguillo y su actuación fue silenciada.

Soltó los brazos Luque para recibir al quinto de la tarde firmando una verónica muy torera. Dio comienzo a la faena llevándolo por alto y lo vio fácil. A base de intentarlo, de encontrar la altura y de saber cuándo apretar firmó una serie muy rotunda con la mano derecha. Cambió de mano y con paciencia consiguió alargar la embestida de un ejemplar reservón que, en el mejor de los casos, solo regalaba media. Volvió a montar la muleta y esperó al Zalduendo que fue a menos y que, en alguna ocasión hizo por rajarse. Colocó casi medio estoque al segundo intento.

Ya de salida mostró poca fuerza el cierra plaza con el que Jiménez quiso lucirse de capote. Con la pañosa comenzó doblándose con él y casi en el platillo dio sitio y cuajó una soberbia actuación al natural. Perdió pasos y tragó cuando el astado se quedaba debajo de los trastos sin hacer mención de pasar. Con la diestra buscó siempre la colocación. Dejó una estocada casi entera y, finalmente, terminó pasaportándolo de un golpe de verduguillo. El de Espartinas se fue de vacío en su debut en la plaza de La Ribera.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja Las formas de Luque y el querer de Jiménez