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El show de Ferrera cala en La Ribera
El extremeño corta una oreja y falla con la espada otra faena de premio; Urdiales se va de vacío en su primera tarde
La tarde tenía su misterio y por delante dos horas y media para descubrirlo. Dos toreros mano a mano frente a seis toros de Zalduendo, ... cuajados, bien armados, aunque desiguales de presentación. El clasicismo de Urdiales frente a la extravagancia y la improvisación de Ferrera, que también gusta y lleva su público. Como gustó este lunes en La Ribera. La faena al tercero fue un auténtico show. La forma en la que compuso la faena Antonio tuvo su miga, citando de largo, aunque el toro no tenía alegría en el galope, dando distancias y con esa originalidad y forma tan peculiar de desplegar los vuelos que llegó al tendido. Fue tanta la locura que hubo hasta un conato confuso de petición de indulto. ¡Qué locura! La faena tuvo momentos de muchísima intensidad, cuando el toro viajaba metiendo la cara y humillando mucho. Al principio fue más rebrincón el toro, pero fue a más aunque luego terminó rajándose, justo cuando pitaban desde el tendido en el momento que se perfilaba a matar. Tenía fijeza y continuidad el astado y Ferrera lo llevó por ambos pitones, aunque con mayor transmisión por el derecho. Hubo muletazos, muchos, la mayoría no fueron ajustados, porque todo lo hizo en ese toreo tan peculiar y periférico que tiene doblándose tanto que hasta rozaba por completo con el pecho el lomo del toro. Al final de la faena sí que quiso ponerse más en la verticalidad y hubo dos o tres muletazos buenos. Metió la espada y cortó una oreja.
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A por todas salió Ferrera en el quinto. Tenía al público metido en el canasto. A ellos les brindó la faena. Antes se lucieron en banderillas Fernando Sánchez y Javier Valdeoro, que se desmonteraron. Primero apostó por echar rodilla en tierra para recibir con la muleta al toro. Después buscó los terrenos y se encontró con la montera, la cual cogió con la mano contraria a la que sostenía la muleta y la sujetó como si llevase la ayuda. La dejó después en la segunda raya. El toro tenía movilidad y humillaba mucho, viajaba largo en la muleta de Ferrera sobre todo por el pitón derecho. Muchísima calidad tenía el animal de Zalduendo. Qué gran toro para perder el norte. De lío gordo. A la faena le faltó también mucho ajuste, mucho, pero le valía para tener al público metido. Había continuidad y ligazón. Al natural perdió fuelle el toro, pero metía la cara de manera extraordinaria. El toro pedía que lo llevase bien, pero a la faena le faltó estructura y terminó descomponiéndose. Metió la espada pero la sacó. ¿Bajonazo? Quizá. Luego se arrepintió y se cabreó. El toro rodó y todo quedó en silencio.
La corrida
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Plaza de toros de La Ribera (Logroño). Segunda de abono. Se lidiaron toros de Zalduendo, desiguales de presentacion. El 1º, falto de fuerza y brutote; el 2º, rajadito pero se deja; el 3º, noble y con calidad en la embestida; el 4º, de corto recorrido y protestón; el 5º, gran toro; y el 6º, rajado e irregular. Tres cuartos de entrada.
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Antonio Ferrera, de grana y oro. Estocada (silencio). Estocada baja (oreja). Metisaca (silencio).
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Diego Urdiales, de pizarra y oro. Estocada (ovación). Pinchazo, estocada, tres descabellos (silencio). Pinchazo, estocada tendida (silencio).
A Urdiales le brindó el extremeño la muerte de su primero. Un gesto de compromiso y rivalidad. Bonito entre compañeros. Ferrera trató de armar faena a un primero sin clase, muy blandito y al que se le protestó en los primeros tercios. Tenía mejores inicios que finales en la muleta. El toro se desplazaba protestando, sobre todo al final de la faena. Ferrera no se hizo con la bronca embestida y fue silenciado.
A Urdiales le quema sentir el paso del tiempo. Prefiere olvidarse de él y hacerlo suyo. Muy blandito fue su primero, un toro de Zalduendo que se dejó pero costándole un mundo. Diego fue de los pocos que no perdió la fe. Se fue a los medios y ahí le plantó la muleta. Lo llevó con calma, dándole tiempo y forma a la serie, olvidándose de todo y de todos. Tiró suave de él, sin forzar la maquinaria que andaba justita. Al natural fue de uno un uno. El toro iba, se dejaba, con algunos viajes metiendo mejor la cara. Todo a media altura, hasta que amagó con rajarse y terminó haciéndolo. La estocada fue fulminante y la pañolada se desató en el tendido. El presidente no atendió la petición pese a ser mayoritaria. Todo quedó en ovación.
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Ni un pase tuvo segundo de Urdiales. Se dobló con él, buscó los terrenos pero imposible encontrar dónde hacer el toreo. No había carburante ni calidad en el toro. Pareció que iba a ser en el sexto, pero nada. Se dobló Diego con el Zalduendo por bajo rodilla en tierra, pero luego le costó al de Arnedo plantear la faena y tirar de él. El animal seguía afligiéndose. Diego aprovechó las inercias pero todo se acabó pronto. Hoy vuelve en el día de San Mateo. Este martes tiene que ser. Mientras, la afición gozó con el espectáculo de Ferrera. ¡Ojo! Se lo curró y puso todo de su parte para levantar la tarde.
Desde el palco de LA RIOJA
El palco de Diario LA RIOJA en La Ribera vuelve a coger tono tras el paréntesis del año pasado en el que la pandemia dio el cerrojazo a las fiestas y a la feria taurina. Este lunes, segunda de abono, presenciaron los toros desde este espacio Javier Galiana, director ejecutivo de UNIR; José Luis Prusén, director del periódico LA RIOJA; Manuel Franco y Juanjo Guerreros, director deportivo y vicepresidente de la UDL; Goyo Ezama, director general de Nueva Rioja; Alberto Canals, director de Relaciones Institucionales de UNIR y Quique Martínez Armas, director de Rioja Medios.
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