San Bernabé
«Defendamos la muralla, porque Logroño no se rinde»Este domingo ha tenido lugar en el Parque del Ebro la primera parte de la recreación del asedio de la ciudad por las tropas francesas ante numeroso público
Por nuestra ciudad, por Logroño y por Santiago. Logroño no se rinde! Fueron las palabras que resumieron la arenga militar que los mandos de las tropas logroñesas y el concejo de la ciudad lanzaron a los suyos este domingo en la plaza de San Bartolomé ante la inminente batalla contra los franceses. A la cita llegaron en desfile por la calle Portales los Guardias reales, Guardias e infantes de Santiago, Héroes del Revellín, Rioja Medieval y los voluntarios logroñeses. Y en esta ocasión contaban con refuerzos, los miembros de la Asociación Riojana de Cetrería, que iban acompañados de unas cuantos ejemplares de sus aves rapaces. Águilas, halcones, lechuzas y hasta un pequeño hurón hicieron las delicias de los presentes, que se acercaban para admirar e incluso acariciar a estos imponentes reyes de los cielos en estas fiestas de San Bernabé.
En el escenario de la plaza tomaba la palabra uno de los generales del ejército logroñés, que leía un bando anunciando que, ante la reciente toma de la plaza de Pamplona por las tropas del rey Francisco I de Francia, comandadas por André de Foix, señor de Asparrot, el enfrentamiento ante las murallas logroñesas era inevitable. Por ello clamaba a la valentía y orgullo de los logroñeses para defender la ciudad y a sus habitantes.
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«Si cae Logroño, cae Castilla. Y si cae Castilla, cae España entera», fueron las palabras gritadas en San Bartolomé, tras las cuales se inició el desfile que llevaría a las tropas de la ciudad, a través de las calles Portales, Sagasta y Barriocepo, hasta la explanada del parque del Ebro situada entre los dos campamentos y donde tendría lugar la batalla. Al llegar, se encontraron con numeroso público esperándoles, que, sentados en las explanadas que rodean el lugar de la contienda, apoyaban con sus ánimos y aplausos la causa logroñesa.



Era el momento de recrear el escenario previo a la batalla: las mujeres disponían en el suelo manteles con viandas, los niños jugaban por el prado y los hombres conversaban acompañados de una bota de vino. Y entonces, una voz en off a través de los altavoces pasaba a detallar el ambiente social y político que vivió la ciudad en aquel entonces para situar al espectador en la escena.
Llegada de los galos
Un cambio de la música de fondo dio paso a la llegada de las tropas francesas. Junto a los soldados, dos enorme caballos negros cabalgados por jinetes galos entraron en el lugar de la contienda para demostrar la enorme superioridad de la que disponían frente a las reducidas tropas de la ciudad. Y era el turno de que Asparrot tomara la palabra para dirigirse al pueblo tras las murallas. Exigió la rendición de la misma dada la diferencia de las fuerzas en lid, amenazas ante las que Diego de Vera, Pedro de Beaumont y Pedro Vélez de Guevara, al frente de la ciudad logroñesa, se negaban a desfallecer. «Lucharemos por la libertad de todos los logroñeses y logroñesas», fueron las palabras con las que finalizaron la negociación previa a la batalla y se prepararon para la lucha.
Avanzaron ambos ejércitos y en la explanada se vieron las luchas cuerpo a cuerpo a espada, los batallones de guardias con sus picas y lanzas, disparos de arcabucería y algún que otro caído, tras lo que se solicitaba, por parte del bando logroñés, un alto el fuego para permitir la salida de las murallas de ancianos, mujeres y niños para ponerse a salvo. Asparrot concedía la petición, no tras antes mantener una tensa conversación con una valerosa logroñesa que se negó a abandonar a los suyos y prometió continuar en la lucha hasta vencer o morir.
Conclusión de la historia
La lucha se reanudaba y, en esta ocasión, los enfrentamientos se caracterizaron por la toma de rehenes en ambos bandos. Hasta llegar al momento en el que el pueblo logroñés, diezmadas sus fuerzas, decidía protegerse intramuros y los franceses procedieron al sitio de la ciudad para obligar a los habitantes a su rendición ante la falta de alimentos.
En este punto finalizaba este domingo el primer acto de la recreación del asedio de Logroño, que este lunes tendrá su continuación con la segunda parte, la que narra el sitio de la ciudad y cómo finalizó el conflicto. Un final que todos los logroñeses conocen pero que nunca se cansan de oír. El gran aplauso que pudo escucharse en el parque del Ebro tras la escenificación de esta primera parte de la trama lo deja claro.
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