La falta de suministro eléctrico por los robos impide la instalación de una empresa en Las Cañas

Tal es el caso de Transportes Ocón, quien no puede instalarse en el mismo por causas ajenas a su voluntad. Se da la circunstancia de que Centro de Negocios Ocón, una de las empresas del grupo logroñés dedicado al transporte por carretera, adquirió una parcela a la junta de compensación hace unos años y, para su sorpresa, cuando se dispuso a acondicionarla de cara a su futura implantación le comunicaron que no era posible facilitarle el acceso al suministro eléctrico. La razón: los numerosos robos –y, por tanto, daños– en la instalación sufridos durante todos estos años que la han inutilizado.

Un problema, agravado por lo solitario del lugar –sin movimiento alguno en grandes franjas de terreno cuya urbanización se deteriora sin freno–, al que Ayuntamiento e Iberdrola, es decir, propietario mayoritario del polígono y compañía eléctrica encargada de dar cobertura al mismo, no se ponen de acuerdo para dar una solución.

«Pedí la licencia de obras para acondicionar la parcela el verano pasado y, en esas estábamos, cuando a principios de año nos enteramos de que no tenemos luz ni es posible tenerla. Instalamos una puerta metálica y al ir a pedir servicio a Iberdrola nos comentan lo de los robos de las líneas del polígono, llamo al Ayuntamiento, que no saben nada, y me dicen que van a preguntar...», explica Tomás Alcázar Viguera, responsable de Ocón, sin dar todavía crédito a lo sucedido.

Alcázar adquirió más de 11.100 metros cuadrados de suelo hace alrededor de un lustro por más de 440.000 euros a fin de ampliar negocio y, a día de hoy, se siente engañado y «como si no tuviese nada». «Me dicen que no me dan luz desde el vecino polígono de Cantabria, pues mi parte está enclavada en el mismo aunque pertenezca a Las Cañas, y que para hacerlo el Ayuntamiento debe reponer todas las instalaciones eléctricas completas del segundo, que deben suponer una inversión millonaria», cuenta. «Yo solo sé que llevo años pagando por unos terrenos como urbanos, suelo industrial, que no puedo usar y, además, he estado pagando un alquiler todo este tiempo», apostilla quien, para más inri, no construyó antes en su propiedad al estar pendiente de la venta o no por parte del Consistorio de una parcela anexa a la suya –«más de dos años de espera para, al final, quedarme como estaba», dice–.

La situación es tal que el empresario, aparte de acudir a los tribunales, piensa ya en la marcha de Logroño. «Si no me solucionan el problema, me marcho fuera», sentencia quien, para colmo, se ha desayunado estos días con el alcalde, Pablo Hermoso de Mendoza, diciendo que habrá mejoras en el polígono a fin de hacerlo lo suficientemente atractivo como para facilitar la instalación de nuevas empresas. «Viendo esto no entiendo cómo alguien puede querer venir aquí. No me extraña que haya quien se ha ido a Villamediana o incluso a cualquiera de las localidades de las provincias limítrofes», concluye Alcázar.