Flores y otros privilegios con quinientos años de historia
El Cubo del Revellín acoge 'Logroño carolino', exposición que introduce la celebración del V Centenario de la concesión de las Flores de Lis a la ciudad por parte de Carlos V
De las tres visitas que Carlos V giró a la ciudad de Logroño destaca la que se prolongó entre el 20 de septiembre y ... 9 de octubre de 1523, un viaje de carácter militar en el que el monarca fue testigo del paso de sus tropas hacia Francia. La visita estuvo precedida de la concesión de varios privilegios a la ciudad en reconocimiento por su comportamiento durante el asedio del ejército francés dos años antes. El más destacado de estos privilegios consistió en la concesión de las flores de lis (formalizada el 5 de junio de 1523 en las Cortes de Valladolid), tres flores y símbolos de la casa reinante que, desde entonces, lucen en la heráldica de la ciudad.
Publicidad
La capital riojana conmemora el V Centenario de este acontecimiento con la primera de las celebraciones programadas por el Ayuntamiento: la exposición 'Logroño carolino. Privilegios y mercedes otorgadas por Carlos V (1523-2023)', instalada en el Cubo del Revellín hasta el mes de octubre.
Allí, a través de paneles informativos, facsímiles, trajes recreacionistas y distintos objetos y documentos se explica al visitante el por qué y el contenido de estos privilegios, cuya favorable fiscalidad permitió a Logroño, entonces una pequeña urbe de unos 4.000 habitantes, poder monumentalizarse. «Logroño pudo terminar la iglesia de Santiago y hacer las reformas en Palacio, o pudo dotarse de grandes palacios como el de los Yanguas o la Casa de los Chapiteles», explicó el concejal de Patrimonio, Adrián Calonge. Le acompañaba Isabel Murillo, responsable del Archivo Municipal y comisaria de la exposición.
«Logroño pudo terminar la iglesia de Santiago y hacer las reformas en Palacio, o pudo dotarse de grandes palacios como el de los Yanguas o la Casa de los Chapiteles»
Tras el privilegio de las Flores de Lis, la muestra se detiene en el de Alcabalas, Tercias y Mercado franco, ventajoso para los logroñeses en cuanto a los tributos que entonces se recaudaban para las arcas reales. También de exenciones de pago trata el privilegio de Servicios y Moneda forera.
Publicidad
La exposición se completa con dos privilegios más, a los que se refiere Isabel Murillo. «Son documentos que no conservamos, pero los tenemos referenciados en inventarios posteriores del archivo, concretamente de finales del XVIII. En uno de ellos, de 1522, Carlos V amplía el Corregimiento de la ciudad de Logroño incorporando villas navarras. Sabemos que los de Viana se quejaron a la Cámara de Coptos de Navarra y aquello no debió de llegar a término. El otro es un privilegio por el que se concede la exención de bagajes (obligación de suministrar transporte al ejército en marcha) y gastadores (soldados para abrir trincheras y trabajos semejantes). Está constatado que los logroñeses intentaron esgrimir este privilegio durante los siglos XVI, XVII y XVIII, en muchas ocasiones sin demasiado éxito».
Facsímiles, trajes y escudos
Para ayudar a entender este capítulo histórico, en el Cubo del Revellín se muestra el facsímil del privilegio de las Flores de Lis. Cómo se transmite se explica en el Memorial de Alvia de Castro de 1633 (también facsímil) y cómo continúa, en el escudo de 1890 procedente del conjunto monumental dedicado a Sagasta. Figuran también la recreación de un traje de Carlos V y de una mercader del siglo XVI. Entre lo allí expuesto, Isabel Murillo confiesa su debilidad por una foto de 1910 de la iglesia de Palacio, donde el emperador jura todos los fueros y privilegios de la ciudad en su primera visita a Logroño en 1520.
¡Oferta especial!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión