Toda una cartera de obras por heredar

Alcalde por conocer, proyectos conocidos y, según su grado de ejecución, decisiones que no podrán esperar. El próximo 17 de junio, fecha de constitución del nuevo Ayuntamiento de Logroño, está a la vuelta de la esquina y la situación será la siguiente: el traspaso de poderes entre concejales salientes y entrantes supondrá una herencia que, a partir de ahora, deberá gestionar el nuevo gobierno local en medio de una corporación que poco o nada tendrá que ver con la actual.

Una herencia que, al menos en este mandato, incluirá una cartera de obras como no se recuerda –financiada en parte por fondos europeos– a la que deberá ir dando respuesta el equipo del popular Conrado Escobar sin tiempo que perder –más allá de las Cien Tiendas, si bien su fallida remodelación está en la mente de toda la ciudad a la espera de su solución definitiva, y con el modificado del mercado de San Blas que tendrá que autorizar o no en breve–.

Obras sobre las que, además, pende un compromiso del primer edil electo que no paran de recordarle aquí y allá tras el 28M: la revisión de algunas de ellas, caso de las incluidas en el controvertido programa de 'Calles Abiertas' –que el PP incluso ha elevado al Defensor del Pueblo, además de recurrir ante la Justicia los proyectos del eje ciclista incluidos en el mismo–.

De entrada, el actual 'tripartito' anunciaba a finales de mayo el comienzo de tres actuaciones este mismo junio. A saber: la prolongación de la calle Irlanda en Valdegastea; la consolidación de la calle Sagasta en pleno centro; y la reurbanización de las calles El Horno y La Brava y la plaza entre ambas en la Villanueva.

A las que se irán sumando la ampliación de la acera este de la calle Beatos Mena y Navarrete, entre avenida de la Paz y Cigüeña; la construcción de diez puertas de acceso del área pacificada del barrio de San José; la consolidación de Duquesa de la Victoria; la mejora de los itinerarios peatones en la calle Pradoviejo, frente al Parque de Bomberos; o la instalación de placas fotovoltaicas en diferentes espacios como la plaza de la Vendimia.

Y eso solo por hablar de lo más inmediato. El alcalde electo, al respecto, remite a su investidura para comenzar el análisis anunciado. «Lo primero de todo, como ya he dicho, es saber qué nos vamos a encontrar... administrativa y técnicamente», reitera Escobar, quien añade que «habrá que ir viendo caso por caso» y «tocará ser realistas»..

Ya durante la campaña electoral, el ahora alcalde en funciones, Pablo Hermoso de Mendoza, precisaba que para el siguiente mandato había proyectos en marcha «suficientes como para no parar de hacer durante los próximos dos años». El elegido, en cualquier caso, lanzaba el siguiente mensaje en recientes declaraciones a TVR, televisión de la multimedia de Diario LA RIOJA: «Yo no vengo aquí a cambiar radicalmente todo lo que me he encontrado»... consciente de que hay mucho más que intervenciones relativas a la movilidad y que tampoco todas ellas generan enfrentamiento alguno –de hecho, no pocos proyectos están a punto de terminar y lo que queda de año será una sucesión de inauguraciones (empezando en nada por el entorno del Madre de Dios y la Rafael Azcona)–.

Así, y siempre según sus palabras, «el compromiso es establecer durante la primera semana un calendario de reuniones en todas las zonas de obras para pulsar el estado de ánimo de vecinos, hosteleros y comerciantes». Un compromiso que, sobre el papel, sí que incluiría casos en la rampa de salida para su ejecución como Sagasta, Duquesa de la Victoria o San José –integrados en la estrategia de 'Calles Abiertas'–. Tres proyectos, a los que se añaden la reforma de San Antón y el corredor Centro Histórico-Universidad de La Rioja, que a buen seguro requerirán el tiempo y el esfuerzo del nuevo Ejecutivo local.

«Nuestra intención es reunirnos con todos, y a partir de ahí habrá que establecer qué decisiones se toman. Sí que hay algunas que parecen muy evidentes y que hay que corregir; caso del carril bici de avenida de Portugal, pero primero hay que hablarlo (...) Hay que hablarlo, sí, porque hay que ser responsables y, de entrada, estamos hablando de dinero público, no podemos funcionar a base de ocurrencias. Y después, una vez que tengamos el pulso en concreto de cada calle, hay que pensar en lo siguiente, y eso es la parte técnica, en qué situación está, etc...», avanzó Escobar en este mismo periódico, en la primera entrevista el día después de las elecciones.