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Luomo, uno de los locales que ha cerrado sus puertas en los últimos tiempos en Juan XXIII. Miguel Peche

La metamorfosis comercial de Juan XXIII

La céntrica calle logroñesa ha registrado numerosos cambios en sus tiendas en los últimos años, algunos de ellos muy recientes

Iñaki García

Logroño

Jueves, 16 de octubre 2025, 07:16

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Unas tiendas cierran, otras abren. Algunas han cambiado de nombre y en unas cuantas lo que se vendía antes se ha sustituido por otros productos diferentes. En ciertos puntos aún hay obras, rostros jóvenes han sustituido a los dueños originales en otros negocios y algunos locales llevan ya mucho tiempo con el cartel de 'disponible' colgado sin que nadie se anime a emprender. Esa es la realidad que registran los establecimientos de Juan XXIII, una calle de Logroño de poco más de 400 metros de longitud y que acumula un continuo ir y venir de aperturas y cierres en los últimos tiempos.

Para ver cómo han ido cambiando las propuestas comerciales de esta céntrica vía logroñesa solo hay que acudir a Google Street View. La última fotografía de la citada calle que ofrece esa herramienta digital corresponde a junio de 2022 y, si se compara con el estado actual del enclave logroñés, se contabilizan casi una veintena de novedades comerciales, en cualquiera de sus versiones: cierres, aperturas, cambios de nombre o cualquier otra.

Han dicho adiós, por ejemplo, tiendas míticas como la librería y filatelia Rebellín. Su despedida es la novedad más importante del tramo que une avenida de la Paz con Duquesa de la Victoria, en el que se sitúan los primeros números de la vía y donde también se ha puesto en marcha (en comparación con hace tres años) una escuela de locución y doblaje. En el lugar donde se ubicaba la librería, por su parte, está a punto de abrir una lavandería de autoservicio.

Despedidas y bienvenidas

Las novedades en los últimos tres años se multiplican en el tramo, ya peatonal, entre Duquesa de la Victoria y Calvo Sotelo. Allí conviven tiendas de toda la vida como Children's o Bolsos VanDi con otros negocios mucho más recientes como uno de ejercicio físico (JGFitness)una tienda de ropa (Isabella) o algún bar que ha cambiado de nombre (Doggox). En la acera de enfrente, mientras, se han sumado a la causa un negocio de manicura (Quynh Nails) y otro de fotografía (InterFilm). Este último abrió en un local en el que previamente había una tienda de decoración textil y, cerca de él, se prepara para la apertura otro negocio que tomará el relevo de Esencia. El enclave en el que antiguamente se situaba la joyería Kristel, mientras, aparece cerrado en la imagen de junio de 2022 y continúa igual en la actualidad.

Javier Simorra se ha trasladado a Vara de Rey. Miguel Peche
Carteles de inmobiliarias en el local donde se situaba Perlei. Miguel Peche
El Napoli se prepara para la reapertura, con nuevos responsables. Miguel Peche
En el local de Esencia se abrirá un nuevo negocio. Miguel Peche
Lavandería en el lugar donde antes estaba la librería Rebellín. Miguel Peche

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Al remontar la calle peatonal se llega al tramo entre Calvo Sotelo y Doctores Castroviejo. En él, algún negocio ha cambiado de nombre (llegaron Iglesias Gourmet o Fer Mango, entre otros) y también se ha dado el pistoletazo de salida a aventuras profesionales como la de Álvaro Martínez. El diseñador puso en marcha su atelier hace siete meses y asegura estar «muy contento» en Juan XXIII y con el objetivo de quedarse «toda la vida» en esa calle. «Cuando me puse a buscar locales, ninguno me decía nada hasta que llegué a este, donde había una tienda (Chelo Ruiz) de la que mi madre era clienta», expone. «La propietaria se jubilaba, hablé con ella y sentí ese local era el mío», añade el joven, quien considera que la gente de esa zona siempre ha tenido «mucha cercanía» con el comercio.

No muy lejos hay un bar en obras. Es el Napoli, que está cerca de reabrir, con el mismo nombre, de la mano de Suyen Pérez Durán y Dariel Cárdenas. Quieren arrancar alrededor del día 23 y afrontan el reto con ganas. «Es una calle con bastante vida;yo tengo una peluquería cerca y he hecho migas con mucha gente del barrio», relata ella al tiempo que destaca sus intenciones de fusionar la oferta de un bar «de toda la vida» con aspectos más actuales. «Va a ser muy familiar, eso sí», recalcan.

Al lado del Napoli hay un local cerrado, al igual que ocurre en muchos de la última zona de la calle, la que llega hasta avenida Solidaridad. En pocos metros están disponibles los establecimientos en los que antes se situaban Luomo, Javier Simorra y Perlei: el dueño del primero se jubiló, el segundo negocio se trasladó a Vara de Rey y el tercero tomó el relevo de otro (O bag), pero tampoco sigue activo. Entre medio, resiste 20 Ans, desde donde se lamenta el estado de la calle. «No está acondicionada, está parcheada y las baldosas mal puestas;y eso también afecta al entorno», se expone. «Da pena que se cierren los locales», concluyen en un negocio desde donde se ve otro espacio disponible. Es el que ocupaba El Ángel antes de mudarse a unos metros de distancia para situarse allí donde antes estaba Locura, una tienda más que se ha despedido de Juan XXIIIen los últimos años.

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