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El 'Ebro Chiquito' era un canal artificial o brazo menor del río Ebro, ubicado en Logroño, que se desvió del río principal en el siglo XVIII para reducir el impacto de las crecidas... Un ramal con proyecto de Juan de Raón de 1735 que permitía que el agua transitara por todos los ojos del antiguo Puente de Piedra, donde se ubicaba el puente colorado, desaparecido totalmente con la instalación del colector general de la ciudad y la construcción del Parque del Ebro. Al final de los años 60 la situación era insostenible (zona encharcada, con aguas hasta detenidas) iniciándose las propuestas de actuación con el Plan Ruavieja.
Sin 'Ebro Chiquito' (1977)
Con 'Ebro Chiquito' (1956)
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A la situación actual se llega aprovechando el Ebro como «hilo conductor» de una serie de parques y espacios de ocio que han protagonizado una buena parte del urbanismo logroñés de los últimos 30 años. El parque del Ebro, en 1993, fue el inicio de todo. El comienzo en el que Logroño, de verdad, miró de cara al río... para vivirlo. A partir del éxito del citado y primer espacio verde, el objetivo que se planteó era conseguir un recorrido peatonal continuo hasta la desembocadura del Iregua, el que hoy se puede disfrutar y está plenamente consolidado.
Con Parque del Ebro (1997)
Sin Parque del Ebro (1977)
3
El hoy parque de La Ribera, el mayor de la ciudad y el más ambicioso en cuanto a su contenido, dejó atrás siglos de tierra fértil en la orilla derecha del Ebro –enclave ideal para una extensa zona de huertas, red de acequias incluida–. «Al tratarse de una zona extensa, fue posible plantear una gama variada de tratamientos y temas, que van surgiendo en el recorrido: un espacio de sombra para pícnic (el 'chambao'), un mirador que permite una amplia panorámica, y el gran estanque, los restos de la antigua tapia de la huerta de Santa Juliana, los del molino del Prior, con un destacado ejemplar de pino...», escribió el arquitecto urbanista Jesús López-Araquistain.
Con Parque de La Ribera (2004)
Sin Parque de La Ribera (2000)
4
Los cinco kilómetros 'urbanos' del río al que debe su origen la ciudad –5,18 desde 'La Guillerma' al parque del Iregua, sin restar importancia alguna a su tramo hasta El Cortijo–, hoy, son una parte más de la ciudad. De convertir el Ebro en «una calle principal de Logroño» se sigue hablando cada cierto tiempo, y siempre con colectivos ecologistas bien atentos para no «domesticar» del todo un espacio natural que en su día se optó con mantener como 'soto inundable' más allá de canalizaciones, defensas y presas. Y todo ello en pro de ambos enfoques: el del fomento de su uso, más o menos recreativo, y el de la conservación de sus valores ecológicos.
En la actualidad (2020)
A principios de los 2000 (2004)
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