A botes por el badén de Sequoias
El Ayuntamiento de Logroño insta al Gobierno de La Rioja a que rebaje la excesiva altura de la rampa del paso sobreelevado
Suma y siguen los trompicones en el barrio de La Guindalera de Logroño. A pesar de las numerosas protestas de vecinos y ciudadanos, el paso ... sobreelevado recién construido en la calle Sequoias continúa generando sobresaltos a los conductores que olvidan la presencia del reductor de velocidad ubicado junto a la rotonda de avenida de la Sierra. Es por ello que el Ayuntamiento de Logroño ha solicitado al Gobierno de La Rioja a que, a su vez, inste a la concesionaria de la obra del carril ciclopeatonal que conecta Lardero con la capital riojana, que ha consumado asimismo la construcción del paso sobreelevado, para que rebaje la altura del conflictivo elemento..
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Muchos han sido los vecinos de la zona y conductores que transitan por la cada vez más socorrida calle Sequoias, ya que es uno de los escasos enlaces con la avenida de Madrid, los que han expresado sus protestas por la considerable altura del mencionado badén, «excesiva a todas luces», para la inmensa mayoría. De hecho, según apostilla Rebeca, una residente en la misma calle, «es tremendo el bote que pega el coche, vayas a la velocidad que vayas». El problema, como atestigua otra conductora, María José, no es tanta la elevación en sí del paso sino la pendiente de entrada y salida al badén, tan pronunciada que resulta inevitable el «golpe brusco del coche y el consiguiente susto para quien conduce, que no se lo espera».
Fuentes municipales admiten que han recibido numerosas quejas ciudadanas sobre este vial de Sequoias, por lo que se ha optado por informar a la institución contratante, el Gobierno de La Rioja, para que inste a la empresa encargada de la obra, Becsa, a que modifique la rampa. «La construcción del carril ciclopeatonal es de competencia autonómica, lo único que podemos hacer es instar a que lo reformen para rebajarlo si la altura es excesiva», indican las mismas fuentes desde el Consistorio logroñés.
Las mismas fuentes afirman que no existe una normativa específica en la ciudad que detalle qué especificaciones han de cumplir este tipo de pasos elevados que se construyen para limitar la velocidad tanto en vías urbanas como exteriores. Por lo tanto, rigen las reglas subsidiarias de Tráfico para este tipo de reductores de velocidad en vías interurbanas. Así, por ejemplo, la DGT especifica una altura máxima de 10 centímetros (con una variación de un centímetro arriba o abajo) y que la longitud mínima de las rampas de acceso y salida es de un metro, unas medidas sobre las que existen dudas de que se cumplan en este caso.
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Por el momento, la Consejería de Política Local e Infraestructuras, administración responsable del encargo, aún no ha dado por finalizada ni recibida la obra, lo que permite cierto margen de maniobra para una posible remodelación del paso que evite más sobresaltos al volante en ese tramo concreto de la ciudad.
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