Todo por hacer una semana después

Ayer se cumplió la primera semana del descenso de la UD Logroñés a Segunda División B, que desde el 1 de julio toma el nombre de Primera RFEF. Siete días de silencio y reflexión alteradas únicamente por la reunión que mantuvo la junta directiva cuarenta y ocho horas después del inopinado desenlace deportivo. Siete días después, el club se enfrenta a la ardua tarea de reconstruir su estructura deportiva, desde los despachos hasta el terreno de juego.

Así, en esa parcela, la UD Logroñés debe firmar a un director deportivo y a un entrenador. Más allá de quien debe ser primero en llegar, ambos deben trabajar en la misma sintonía deportiva. Es decir, una vez establecida la idea futbolística, los jugadores que lleguen deben ser los adecuados para ella. Félix Revuelta solicitó a Carlos Lasheras, director deportivo en las últimas campañas, nombres para suplirle. Por otro lado, el propietario desea que Sergio Rodríguez siga ligado al club en el puesto que él desee, si bien el técnico apuesta por alejarse durante una temporada del fútbol a esta escala. De este modo, ya son dos las incógnitas que debe resolver la entidad, aunque el encaje del aún técnico condiciona la organización interna del organigrama deportivo.

El reto es pelear por el ascenso. Así lo desveló y admitió Félix Revuelta el pasado lunes. De momento, y más allá de ausencias, el primer equipo cuenta con cuatro hombres en la plantilla, caso de Iñaki Sáenz, que está dispuesto a continuar, con el reto del ascenso como gran objetivo; Ousama Siddiki, que amplió su contrato el pasado verano, Andoni López, que firmó por dos temporadas, aunque no ha sido un año sencillo para él; y Jaime Sierra, que ha disfrutado de bastantes minutos esta campaña, aunque ha jugado con licencia del filial de Tercera División.

La marcha de Sergio Rodríguez deja en el aire el futuro de su cuerpo técnico, que siempre ha estado ligado a él. Así, la entidad debe decidir sobre el papel de nombres como los de Javi Pineda, segundo entrenador, Héctor Urquiaga, preparador físico, Isusko Etxeberria, entrenador de porteros, e Ibon Labaien, analista. A ellos se suman los integrantes de los servicios médicos que encabeza el doctor Chema Urraca.

Ahora bien, los cambios piden llegar más allá del primer equipo. Las categorías inferiores están bajo la supervisión de Eduardo Valdovinos. El filial de Tercera División ascendió hace ocho días a Segunda RFEF, la cuarta categoría del fútbol español, bajo la batuta de Josean García y su cuerpo técnico. Además, el conjunto que milita en categoría Juvenil División de Honor se ha mantenido tras una campaña tremendamente complicada. Y restan otros equipos de la base. Hay que tomar decisiones respecto a todos ellos, a lo que se quiere hacer y a los escenarios en los que trabajarán, pues las ventajas de contar con un equipo en el fútbol profesional se han acabado.