Viguera se abre paso entre escombros

A punto de cumplirse una semana del inicio de las labores de desescombro en la calle La Barga de Viguera, tras el derrumbe de la torre de la iglesia el pasado 23 de febrero, ya han sido extraídas dos campanas, el reloj y la veleta. El trabajo que realizan Construcciones Maroba y Excavaciones Mónaco han despejado notablemente la zona, de manera que ya se puede ver el segundo de los cuatro vehículos sepultados, todos propiedad de la misma familia. Otros dos coches permanecen todavía ocultos bajo los escombros. Las tareas deben afrontar aún la extracción del material del derrumbe caído sobre el terraplén, donde se encuentra al menos una de las dos campanas que todavía quedan por recuperar.

Un camión traslada todo el material del desescombro a un terreno a las afueras del pueblo que ha cedido un vecino, mientras que todas las piezas de valor (campanas, reloj y veleta) se guardan por seguridad. «Las labores van avanzando poco a poco, de una manera cautelosa y segura. El montón va a menos pero queda más de la mitad», explicaba ayer el alcalde de Viguera, Álvaro Manzanos. La limpieza favorece una valoración más precisa de los destrozos realizados por el derrumbe, como es el daño causado en la vivienda que se encuentra frente a la desaparecida torre. Algunas de sus vigas están partidas, lo que demuestra un severo daño estructural. La familia propietaria está muy preocupada ya no solo por cuándo podrán volver a residir allí sino, incluso, si podrán hacerlo. El salón está invadido por los escombros.

De las once viviendas desalojadas inicialmente, con una veintena de vecinos reubicados en casas de familiares, en cuatro se permitió regresar, si bien solo una de ellas es residencia habitual. Por tanto, todavía hay siete casas desalojadas, cinco en la calle Parte Iglesia y dos, las más afectadas, en la calle La Barga. En total permanecen sin poder regresar a sus viviendas unas diecisiete personas. Y solo una vez que se despeje toda la zona se podrá realizar un estudio geotécnico para dilucidar las causas del derrumbe, cuyas principales hipótesis son un problema estructural o la inestabilidad del suelo.

«Todavía no hay informes técnicos que nos hagan tener claro lo sucedido», advirtió Álvaro Manzanos. Para el alcalde, al margen del disgusto de haber perdido una importante parte del patrimonio, la principal preocupación son los vecinos desalojados, que estos puedan regresar a sus casas cuanto antes. «Aún hay familias desalojadas y esperamos que, cuanto más rápido puedan volver, mejor», declaró Manzanos. El pasado viernes el alcalde de Viguera convocó una reunión con los vecinos en la que expuso lo sucedido y la situación, para aclarar que nadie pudo prever lo sucedido. Y tanto es así que Manzanos inició la sesión mostrando una fotografía suya posando en el campanario el pasado mes de enero.

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