Viajar en familia con bicicleta solar
Una pareja francesa y su hijo atraviesan La Rioja durante su ruta ciclista que les conduce desde Nantes a Marruecos
Una familia francesa ha cruzado este fin de semana La Rioja rumbo a Gibraltar. No tendría nada de particular si no fuera porque viajan en bicicletas solares, que partieron desde La Roche Sur Yon, cerca de Nantes (Francia), y que van acompañados de su hijo Léonard, de un año y medio. «Nos dedicamos a viajar en bicicleta desde hace muchos años. Primero caminábamos con mochila pero la ventaja de la bici es que llegas más lejos y no cargas tanto peso, así que no da pereza alargar un poco para poder visitar un castillo o una iglesia», explica Killien Dalle Lobato. Él diseña bicicletas urbanas y de flotas de alquiler para la marca Arcade Cycles, así que modificó la suya de gravel y la de su esposa, Manon Verger, profesora de Agricultura, para convertirlas en eléctricas y solares. Mientras pedalean absorben la energía fotovoltaica.
Iniciaron su viaje el pasado 4 de julio y, después de que Killien Dalle se haya unido los fines de semana, ahora disfrutará de la baja paternal para poder continuar todos juntos. Ya para su luna de miel atravesaron Suiza andando, después cruzaron América Central en bicicleta, de México D.F. a Bogotá (Colombia). «Siempre que podemos viajamos en bicicleta, fines de semana o vacaciones», cuenta Killien Dalle. Pocas veces se alojan en hoteles o casas rurales, pernoctan en tienda de campaña. «Nos gusta acampar, la ventaja es que puedes parar libremente, cuando te dé la gana si estás cansado, te da libertad», explica el viajero francés.
El modo de viaje, aunque puede ser lento, considera que es «la velocidad adecuada porque así nos da tiempo de disfrutar los paisajes, oímos, olemos y vemos lo interesante». Al día pedalean unos 60 kilómetros. El sábado estaban en Torrecilla en Cameros y el domingo en San Leonardo de Yagüe (Soria). «Es un modo de viaje muy ecológico, con una huella de carbono muy baja. Uno de los objetivos del viaje es demostrar que se puede viajar sin contaminar ni sudar mucho», destaca. Así acumulan ya 2.000 de los 6.000 kilómetros que contemplan hacer hasta el 4 de enero.
Claro que lo más complicado, quizá, es viajar con el niño. «Quiere jugar mucho, a veces tiene frío cuando nosotros tenemos calor… Por eso queremos viajar con bici eléctrica, porque si no el niño está todo el día descansando y lleno de energía por la noche, y nosotros queremos guardar energías para disfrutar con él. Y así aprovechamos más el viaje», describe Killien Dalle. Y es que esta familia francesa no solo disfruta de los paisajes, también de conversar con la gente. «La Rioja nos encanta, hay infinidad de pueblos hermosísimos. Cualquiera estaría entre los pueblos más bellos de Francia», piensa Killien Dalle.
A Logroño llegaron desde Pamplona y Bayona, y de la capital riojana partieron rumbo a Montenegro de Cameros por la Vía Romana del Iregua. «Nos ha sorprendido el respeto que tienen los conductores por los ciclistas. Los españoles tienen fama de conducir muy rápido pero da gusto, aunque nosotros nos movemos, sobre todo, por rutas secundarias», advierte Killien Dolle.
Ahora van camino de Segovia y Ávila, rodearán Madrid porque ya lo cruzaron en otra aventura, y se dirigirán a Toledo porque allí viven sus abuelos y tíos. En buena parte recorren la ruta EuroVelo 1. ¿Y por qué Gibraltar? Porque allí cogerán un ferry a Marruecos, donde pretenden acercarse hasta el desierto del Sáhara, a Agadir. «Nos llama la atención África y la idea era ir hasta Dakar, hacer un París-Dakar en bicicleta, pero nos dimos cuenta de que son necesarias vacunas que nuestro hijo no tiene, y no lo habíamos previsto, así que nos quedaremos un mes recorriendo Marruecos», expone Killien Dolle.
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