Restos romanos abandonados esperan en un solar en venta en Varea

Carrocerías Ugarte cerró en 2001 y la demolición de sus instalaciones dejó al aire parte de los restos romanos de Vareia. La parcela pasó entonces de tener uso industrial a residencial y en 2006, al finalizar las excavaciones arqueológicas en la parcela, el entonces portavoz del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Logroño, Conrado Escobar, presentó el PERI de la zona, un solar de más de 18.100 metros cuadrados, en el que se proyectaba construir cinco bloques con 220 viviendas, un centenar de ellas de protección oficial, con 6.100 metros cuadrados de parque. «Es la culminación de un esfuerzo de todos», valoró Escobar. Diecisiete años después no se ha movido ni una piedra.

En 2015 el Ayuntamiento de Logroño ejecutó de forma subsidiaria el desbroce y limpieza del solar, propiedad del Sareb. El tiempo y el olvido han arrinconado las ruinas de Vareia, al descubierto, sin ninguna conservación ni señalización, salvo el cartel de venta del terreno. Aliseda vende parte de este solar dividido en dos parcelas de 2.220 metros cuadrados por 599.000 euros cada una, describiéndolas como «suelo urbano no consolidado», sin referencia alguna a los restos, como si no existieran.

Las excavaciones allí realizadas fueron las preventivas y obligatorias antes de iniciar el expediente urbanístico y contemplaban un plan de protección. Pero poco más. «La producción científica vinculada a dichos trabajos ni tan siquiera ha sido contemplada, como consecuencia de una empecinada estrategia de desidia institucional», publicaron en 'Vislumbrando la tardoantigüedad' (IER, 2018; J. M. Tejado) los arqueólogos Juan Manuel Tudanca y Carlos López de Calle, quienes tras las excavaciones realizadas interpretaron que los restos, probablemente reutilizando los materiales de la necrópolis original en la desembocadura del Iregua, corresponden a la residencia de un colectivo de militares y veteranos de la Legio IV Macedónica, un barrio modesto, sin gran relevancia y muy mutilado por la actividad industrial. «La práctica totalidad de las estancias documentadas constituyen espacios domésticos de habitación entre los que se intuyen pequeñas y dispersas factorías artesanales, en ocasiones identificadas como talleres textiles, ferrerías o tenerías», describieron los arqueólogos, señalando el modesto adobe y cierta actividad comercial.

Nacida en el siglo I y despoblada en el V, Vareia fue la ciudad más importante de los berones. Las primeras excavaciones planificadas las realizó Urbano Espinosa a finales del siglo XX. Jorge Hernández, presidente de la AAVV de Varea, se resigna. «Está descuidado pero, al ser privado, poco se puede hacer. Si por lo menos lo mantuvieran limpio, se verían las ruinas, pero así llevan muchos años», advierte.

«La propiedad ha recibido varios requerimientos para el mantenimiento de los restos. No hay intención, por ahora, ni de comprar ni intervenir más allá de la vigilancia que se hace de lo excavado», declara Adrián Calonge, concejal de Patrimonio del Ayuntamiento de Logroño, quien expone que pretenden poner en valor lo que es de propiedad municipal y, posteriormente, ir ampliando.

En 2020 Calonge anunció que se utilizaría un georradar para estudiar en detalle terrenos municipales como los de Varea, si bien aclaró que antes se actuaría en Monte Cantabria, Mantible y Valbuena. Pero se acaba la legislatura y en Varea la última excavación realizada fue en ese terreno privado de Carrocerías Ugarte, hace ya casi dos décadas. Siempre a futuro, nunca en presente, y el pasado continúa en el olvido habiendo pasado por el Ayuntamiento de Logroño gobiernos de PP, PSOE, PR+ y UP.

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