Medio rural
«Nuestros pueblos permiten hacer turismo sin aire acondicionado»Asociaciones de campings, casas rurales y pisos turísticos desglosan los factores por los que los visitantes escogen estos alojamientos en verano
Lo que comenzó como una oportunidad de desconexión tras la pandemia, se erige ahora como una tendencia durante la época estival. A pesar de que los hoteles lideran las cifras de ocupación en La Rioja (con 130.225 personas que se decantaron por este alojamiento entre julio y agosto del pasado año), los campings, las casas rurales y las viviendas turísticas se han convertido en una alternativa cada vez más demandada en la región.
En el caso de las casas rurales, por ejemplo, el impacto económico y la actividad que generan en los municipios «se triplica y cuadruplica en verano en muchos de los pueblos porque los viajeros no vienen solo a pasar el fin de semana, sino cuatro días, cinco o incluso una semana, tras los que llega un relevo», afirma José Joaquín Sanz, presidente de la Asociación de Casas Rurales de La Rioja (Ascarioja). Desde hace una década, de hecho, la época estival se convierte en «temporada alta para nosotros porque hemos logrado una fidelización muy destacada con los clientes, que vuelven a reservar».
Parecida situación experimentan los campings de la región, en los que tras el covid «se han incrementado los turistas que nunca se habían ido de camping y que buscan vivir la experiencia, estar al aire libre», asegura Jon Koldo Salgado, presidente de la Asociación de Campings de La Rioja, antes de destacar que este modelo supone un reclamo para aquellos turistas que quieren «huir de la masificación, salir a hacer senderismo, en bicicleta...».
Las temperaturas más bajas, los servicios y la oferta cultural que ofrecen los municipios también suponen un reclamo para las familias que inundan sus calles en verano. «Hay clientes de Murcia, Sevilla o Valencia que deciden venir a nuestra comunidad por el calor y la humedad que tienen allí y se marchan sorprendidos, deseosos de regresar», asegura Sanz.
Ya no solo por la gastronomía, los viñedos y bodegas de la región, sino porque «los pueblos, gracias a sus ayuntamientos, realizan todo tipo de eventos, desde degustaciones, zumba, noche de las velas... En todos los rincones hay actividades, pequeños eventos originales, en los que también pueden participar».
«Somos una comunidad muy acogedora. Nuestros pueblos tienen todos los servicios que necesitan los visitantes y ofrecen incluso la posibilidad de hacer turismo sin aire acondicionado, además de actividades, pero si uno prefiere estar tranquilo y descansar, no tiene más que decidir marcharse en la otra dirección», señala el presidente de Ascarioja antes de apuntar que los pequeños municipios «ofrecen un ritmo totalmente distinto al de una ciudad o un lugar de playa». «En La Rioja pueden comer y dormir bien, sin calor, además de desconectar en lugares diferentes, originales y únicos».
Interés en los pisos turísticos
En la comunidad, a pesar de que hay 1.700 pisos turísticos, cerca de 800 se concentran en Logroño y el resto, se reparten por la región. «Hay en Lumbreras, en Soto... Es un modelo que cada vez gusta más», señala Susana Díaz, presidenta de la Asociación de Viviendas de Uso Turístico en La Rioja (Arvutur), antes de añadir que hay interés en poder rehabilitar «casas en los pueblos pequeños de menor ocupación y establecer este tipo de negocio, pero cuesta mucho dinero hacerlo».
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