La tranquila alta velocidad riojana
Infraestructuras. Expertos analizan el futuro del ferrocarril en la región, que aspira a un trazado sobre el que se viaje a 200 kilómetros por hora
Cuando los expertos hablan de alta velocidad ferroviaria, lo que ponen sobre la mesa es un concepto lo suficientemente flexible como para incluir cualquier combinación que incluya una locomotora y vagones (el término es 'coche' si se habla de transporte de viajeros) que circulen entre los 200 y algo más de 300 kilómetros por hora. En esa amplia horquilla, La Rioja se quedará en la franja baja, entre los 200 y los 220 kilómetros por hora, según explicaron este jueves los expertos que participaron en las jornadas 'El futuro del ferrocarril en La Rioja dentro de la red de alta velocidad' organizadas por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y el Ejecutivo regional. La diferencia entre ambos extremos, apuntaron, se debe al ancho de vía. La Rioja pidió el 'ibérico' sobre el que, en todo caso y según apuntó José Conrado Martínez, subdirector de Innovación Estratégica de Adif, se homologarán trenes que circulen a más de 300 kilómetros por hora.
Precisamente este jueves, en una respuesta al senador José Miguel Fernández Viadero (Partido Regionalista de Cantabria), el Gobierno central informó de que esa fue la opción respaldada por el Ejecutivo regional y que optar por el ancho internacional convertiría a La Rioja «en una isla dentro de la red, dado que los tramos adyacentes están en ancho ibérico». Pero todo es reversible: «La nueva superestructura se instalará incluyendo traviesa polivalente, de cara a hacer posible, de una manera sencilla, una futura migración al ancho internacional», dijo el Ejecutivo central.
En el foro celebrado en el Centro Ibercaja La Rioja, además de analizar el futuro del ferrocarril en España, las posibilidades que abre la digitalización y de exponer el soterramiento de Logroño, Juan Carlos Monge, subdirector de proyectos de Obra Civil de Adif; María del Carmen Conesa, directora del estudio informativo de Logroño-Castejón, y Eduardo Muñoz, de INECO (la ingeniería y consultoría del Ministerio de Transportes) analizaron la situación y perspectivas de desarrollo del tramo riojano de alta velocidad. Monge se centró en la variante de Rincón de Soto, para recordar que lo que inicialmente iba a ser un tramo a 140 kilómetros por hora se mejoró en diciembre de 2020 para implementar un trazado que permitiera velocidades de hasta 200 kilómetros por hora. Con la declaración de impacto ambiental de 2008 vigente, «las obras deberán comenzar antes de que finalice 2023», aseguró.
La duración del trayecto entre Castejón y Logroño, con parada en Calahorra, será de 30 minutos, 18 menos que en la actualidad
«Será el primer tramo riojano de alta velocidad», había dicho en la apertura de la jornada la presidenta regional, Concha Andreu. «Al comienzo de la legislatura el futuro del ferrocarril estaba durmiendo. Tras tres años ya hay actuaciones en la variante de Rincón de Soto y en los tramos entre Logroño y Castejón y entre Logroño y Miranda de Ebro. La Rioja vuelve a estar en el mapa de la alta velocidad del Estado», celebró. «El ferrocarril es clave para el desarrollo socioeconómico de la región», completó.
María del Carmen Conesa, directora técnica del estudio informativo del tramo Castejón-Logroño, recordó que en ese trayecto, «de 76 kilómetros, el viaje pasará de 48 a 30 minutos con una parada en Calahorra». En todo caso, la velocidad dependerá de cada zona. «Hay curvas en las que no se puede mejorar su radio y la velocidad debe ser más baja», explicó ubicando la mayor parte de ellas en la zona más próxima a Logroño (a partir de Agoncillo) en el que la vía está «encajonada» y sin alternativa posible.
Habrá que seguir esperando, pero el tren del futuro, concluyeron, ya ha comenzado a rodar.
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