«Este trabajo es un orgullo después de tanto esfuerzo»

Este joven logroñés de 28 años ha aprobado las oposiciones y en breve elegirá destino como operario de limpieza de la administración autonómica. «Yo entré en el año 2015 en la Fundación ASPREM (Asprodema Empleo) con el objetivo principal de conseguir un trabajo. A través de ellos y el Servicio de Empleo me han estado formando desde entonces para alcanzar la meta», expone agradecido.

Su itinerario de formación comenzó con el curso 'Emplearte', en el que probó diferentes puestos de trabajo, tanto de manipulado como de limpieza, pero encajó mucho más desde el principio en el segundo ámbito.

La suerte no le había sonreído del todo hasta ahora. «He tenido periodos de contratos temporales, estuve con la Fundación Osga en el centro de discapacidad de Lardero quince días por una sustitución, trabajé seis meses en la cocina del Hotel Zenit-Soto Galo, este verano estuve en Nájera, donde tenía que ir a limpiar la oficina del Consorcio de Aguas...», resume Diego Raaijen.

Pero la inestabilidad laboral no le llevó a rendirse, sino a todo lo contrario. Prosiguió con su preparación y el pasado año inició el curso de formación dual en limpieza que la Fundación ASPREM desarrolla en Nájera y obtuvo el certificado profesional de limpieza. A la vez se inscribió en una academia y preparó las oposiciones.

«Me he presentado a varias convocatorias, pero no logré llegar en ninguna a la entrevista hasta que al final este año he obtenido plaza en la administración autonómica, en el Gobierno de La Rioja, como operario de limpieza. Es un premio, en forma de empleo indefinido, a todo el trabajo y el esfuerzo que he realizado durante años», asevera el joven que alaba la formación recibida en la fundación.

«Él dice 'me han formado', pero no, ha estado desde 2015 poniendo muchísimo de su parte, ha sido muy responsable, se ha comprometido desde el principio y ha trabajado muchísimo para ahora poner la guinda al lograr con 28 un puesto en la Administración, que cualquiera no lo hace», tercia, por su parte, Amaia Ibarrondo, técnico de Asprodema.

«Estoy muy contento y mi familia, también. Ahora ves la vida con otra ilusión después de muchos años buscando para que al final no te cojan en ningún sitio. Para mí lograr este trabajo es un orgullo después de tanto esfuerzo y, además, porque sabía que no era nada fácil conseguirlo porque había mucha gente presentada y solo era seis plazas las disponibles. Sabía que tenía que ir a por todas en esta ocasión y lo he conseguido», asegura con una sonrisa, para citar la «tranquilidad y la estabilidad económica», como las claves de su nueva vida.

Aún desconoce el destino, tal vez un instituto. «Estoy esperando a que me llamen para ver qué hay y elegir el que mejor me venga. Estoy ya un poco nervioso, deseando de que me digan algo y poder empezar a trabajar cuanto antes», confiesa Diego Raaijen.

El Grupo Asprodema atiende a 336 usuarios con discapacidad intelectual y otras y a 623 familiares. Su servicio de Orientación e Intermediación Laboral, que logró 23 inserciones laborales el pasado año, asistió a 128 desempleados con discapacidad intelectual de enero a septiembre pasados.

«Nuestra misión es acompañarles en el itinerario de formación y búsqueda de empleo, que es un camino muy duro porque, a veces, llega la recompensa, pero es un trabajo temporal y hay que seguir adelante. El premio suele llegar, pero la senda muchas veces es más larga que lo que nos pensábamos y, desde luego, de lo que deseamos», señala Amaia Ibarrondo, que resalta que se ofrece una formación personalizada que pueda dar competencias para desempeñar bien un puesto de trabajo según la potencialidad de la persona, además de complementarlo con un desarrollo de las habilidades sociolaborales».