Sanidad universal y gratuita, pero ni de balde ni barata

A veces el ruido –listas de espera quirúrgicas, retrasos en las solicitudes de consultas médicas, saturación de servicios...– no permite escuchar con nitidez la melodía ni apreciar una banda sonora que, pese a algunas puntuales notas estridentes, es de una ejecución casi perfecta y envidiable a nivel mundial. La sanidad no es desde luego barata, ni la privada ni la pública, esa que se sostiene con el dinero de todos nosotros vía impuestos.

Un modelo universal, para garantizar que nadie quede fuera de la atención sanitaria, y gratuito, pero no de balde. De hecho, cualquier factura hospitalaria puede llegar a ser mareante, además de inasumible para un importante porcentaje de la población si no estuviese cubierta por el paraguas de la asistencia pública.

En La Rioja, como en el resto de las comunidades autónomas, todo procedimiento sanitario está medido, tasado y cuantificado. Desde los 43 euros de un electrocardiograma o los 45 de una consulta telefónica con un médico de Atención Primaria, a los 393 de una sesión de quimioterapia o los 130.000 que puede alcanzar un trasplante de médula ósea.

Descartada en la región, parece que definitivamente la idea de la 'factura en la sombra' (la entrega al paciente, junto al alta médica y el informe, del desglose de gastos que ha supuesto su tratamiento), el Gobierno de La Rioja, sí tiene tarifadas todas las atenciones y prestaciones del Servicio Riojano de Salud (Seris).

Como el resto de ejecutivos autonómicos, el regional actualiza cada año los precios de su cartera de servicios sanitarios. A la espera de la actualización del presente ejercicio, las cuantías vigentes, recogidas en la orden HAP/11/2023, de 14 de marzo, regulan los precios que el Seris factura, por el uso de sus servicios e instalaciones, tanto a las compañías aseguradoras privadas (Adeslas, Sanitas, Asisa. DKV, Fiatc, AXA…) como a las mutuas de accidentes de trabajo. También afecta a toda la atención cubierta por los seguros de viajes cuando los visitantes de otros países deben ser asistidos por los profesionales del Seris. Además se incluyen en esta facturación los procedimientos sanitarios prestados a los funcionarios del Estado que están bajo la cobertura de la mutua Muface y a los de Isfas (Instituto Social de las Fuerzas Armadas), según explica a Diario LA RIOJA el gerente del Servicio Riojano de Salud, Jesús Álvarez, quien detalla que «el año pasado se emitieron algo más de 11.000 facturas de este tipo por un montante global de 4.735.000 euros, de los que ya se han cobrado 4.260.000».

Pero tareas burocráticas al margen, la orden de tarifas, un extenso listado de 53 páginas publicadas en el Boletín Oficial de La Rioja (BOR), permite en paralelo hacer una estimación de lo que cuesta nuestra salud. Las cifras, muy similares en todo el territorio nacional, sorprenderán a más de uno.

Vamos por orden. En el primer nivel asistencial, el de Atención Primaria, la orden recoge todas las posibilidades de consulta con sus respectivos profesionales y horarios.

Si es en el centro de salud, la del médico asciende a 76 en horario ordinario o 128 en horario de atención continua, un precio que sube hasta los 130 si el paciente precisa de pruebas. La consulta de Enfermería se cifra en 38 o 57, según horario, y la del trabajador social, en 38. Ligeramente más caras son las consultas a domicilio: 93 o 151 euros la médica (142 con pruebas); 67 o 88 la de la enfermera y 57 la de los trabajadores sociales. En este ámbito se incluyen también otras tarifas, como la extracción dentaria, por 76 euros, o las intervenciones de cirugía menor ambulatoria, tasadas en 132, o la vacunación, en 30 euros.

En el área de Atención Especializada, los importes por consultas son aún más altos: la telefónica con el médico se sitúa en 66 euros y las presenciales, en 202 para la primera y a 132 cada una de las sucesivas. En la orden se detalla también otro tipo de atenciones con sus respectivas tasas: 223 euros la consulta de alta resolución, 226 la asistencia en el servicio de Urgencias, 82 por las curas ambulatorias o 313 euros si el paciente precisa de cirugía menor ambulatoria.

El servicio hospitalario puede solicitar diversas pruebas, estudios o procesos que, asimismo, figuran en el catálogo detallados por especialidad. Entre otras figura la anestesia epidural, con un precio de 430 euros, las ecografías de obstetricia y ginecología, por 67; la realización de la prueba de amniocentesis con control ecográfico, entre 313 y 350 euros; la transfusión sanguínea, tasada, al margen del coste de los hemoderivados, en 143 euros; el estudio de la apnea del sueño, por 192 en domicilio y 687 en la unidad; la ecografía torácica, por 67 euros; una audiometría por 52; la mamografía por 148; una resonancia en 3D por 392; el TAC en 3 D por 319; la biopsia de próstata se fija en 54; la sesión de quimioterapia asciende a 393 euros; la prueba de detección de alcoholemia en laboratorio requiere un desembolso de 147 euros....

La orden del Ejecutivo regional contempla todas las hipótesis, incluido, evidentemente, el transporte de los pacientes en vehículos sanitarios de emergencia. Las ambulancias, al margen de itinerarios, incrementan el coste de sus viajes dependiendo de su dotación especializada. Las no asistidas, por 191 euros en trayectos urbanos, sumarán a esa cifra un euro por kilómetro interurbano recorrido; las de soporte vital básico (SVB), a 268 euros, más 2 euros por kilómetro fuera de la ciudad; y las de soporte vital avanzado (SVA), a 922 euros y 5 más por cada mil metros fuera del casco urbano. El precio de los traslados de emergencia en helicóptero se dispara hasta los 4.087 euros.

Muchos de estos pacientes, una vez examinados en el hospital precisan de ingreso y cada jornada de atención es cualquier cosa menos barata: 677 euros por paciente y día en la planta de agudos, 847 si su destino es la Unidad de Ictus y 1.562 si se trata de la UCI. En la orden se aclara que si el atendido puede ser asistido en hospital de día o en hospitalización a domicilio, la factura se reducirá al 60% del coste de una estancia en el centro sanitario. Eso sí, también se aclara que la medicación se facturará aparte, aunque a precio de coste.

La intervención quirúrgica suele ser el siguiente paso de muchos de los pacientes ingresados, algunas programadas y, el resto, de urgencia, pero todas ellas especialmente gravosas para el bolsillo.

Ocurre con algunas de las más habituales en todo hospital, como las definidas como procedimientos sobre el cristalino realizadas, las conocidas como operaciones de cataratas, cuyo precio en la sanidad pública riojana oscila entre los 1.598 y 2.006 euros si es ambulatoria y entre 2.529 y 10.683 en hospitalización: o las de hernia, entre 3.399 y 16.841 si es inguinal, femoral o umbilical, y entre 4.628 y 18.420 para el resto de hernias. El envejecimiento poblacional ha multiplicado también las intervenciones de instalación o reemplazo de prótesis de cadera o rodilla, ambas a partir de un mínimo de 8.000 euros, aunque pueden superar los 20.000. Precisamente desde dicha cifra, realmente algo más, 22.520, parte otro de los procesos más habituales en los quirófanos hospitalarios, el bypass coronario con cateterismo cardíaco, que según la severidad puede escalar hasta los casi 53.000 euros.

Y en la cumbre, los trasplantes: el de riñón, entre 26.515 y 60.742 euros; el cardiopulmonar entre 38.029 y 89.144, el de médula ósea entre 30.115 y 130.666 euros... Precios superados solo por un proceso previsto en el área de Neonatología, denominado procedimiento mayor a neonato con un peso inferior a 1.500 gramos y con grado de severidad 4, cuya factura se establece en 143.734 euros.

Gasto a cambio de evitar drama y de vidas más dignas. Y no son pocas. A falta del cierre de los datos estadísticos de la actividad asistencial del pasado año en el Hospital San Pedro, hay que echar mano de los registros del ejercicio previo, el correspondiente a 2022, en el que se contabilizaron 25.129 ingresos con 168.344 estancias y un periodo de estancia medio por paciente de 6,73 días. Con 15.109 intervenciones quirúrgicas realizadas en el complejo hospitalario logroñés, sus profesionales atendieron además 455.768 consultas, de las que 178.698 eran primera cita con el profesional de Especializada.

En Atención Primaria, los médicos de familia de La Rioja atendieron durante ese mismo ejercicio 1.634.583 consultas, 45.770 más que en 2019, el año previo a la pandemia, una cifra que se eleva hasta las a 3.019.586, si se incorporan a los registros las consultas de los profesionales del área: Pediatría, con 29.863 consultas, y Enfermería, con otras 1.251.010.

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