El reto de incorporar la inteligencia artificial en la educación superior
Un seminario aborda en Ecuador el impacto de esta herramienta en tres escenarios: la docencia, la investigación y la transferencia
La inteligencia artificial y el papel que juega en la educación superior ha sido el tema central sobre el que ha girado el seminario internacional 'Inteligencia Artificial y Universidad: Docencia, Investigación y Transferencia' que se ha celebrado en Quito (Ecuador) y ha contado con más de 10.000 personas inscritas. En él se ha analizado el impacto que está teniendo esta herramienta. «Todas aquellas universidades que introduzcan esta herramienta conseguirán adaptarse al signo de los tiempos y las que no lo hagan, quedarán totalmente obsoletas», cree Manuel Herrera, director académico de Relaciones Internacionales de UNIR y director del congreso.
Y en este seminario se ha hablado de ella en relación a tres escenarios: el de la docencia, el de la investigación y el de la transparencia. «UNIR ha apostado por la IA, teniendo siempre mucho respeto a los parámetros éticos en su uso». Están incorporándola tanto en la formación del profesorado y del alumnado como en las labores de gestión.
Y en base a esa experiencia, vuelcan su conocimiento para ayudar a universidades latinoamericanas. «Lo hicimos con el tema de la digitalización donde más de 50.000 profesores se han formado en competencias digitales y elaboración de contenidos y ahora con la IA. De hecho, son más de 12.000 los profesores que han pasado por nuestras aulas virtuales para formarse en herramientas de inteligencia artificial generativa». Porque UNIR tiene suscritos más de 280 convenios con universidades de América Latina.
«El uso de la IA va a ser clave; las universidades que no la introduzcan van a quedar obsoletas»
Manuel Herrera
Director Académico de Relaciones Institucionales UNIR
El seminario estaba proyectado para convertirse en «un foro de reflexión y debate». En él, todo lo relacionado con las competencias digitales y la construcción de contenidos digitales y la IA y su aplicación en el aula han despertado gran interés entre los asistentes. «No debemos olvidar que junto a la IA y el reto de la digitalización, otro de los grandes desafíos de las universidades latinoamericanas es el de la calidad» y asegurar que en las titulaciones el profesorado ofrezca siempre «la formación necesaria para los profesionales del siglo XXI».
Manuel Herrera reitera que el uso de la IA «va a ser clave» y vuelve a incidir en que aquellas universidades que «no incorporen no solamente la inteligencia artificial en sus procesos administrativos y de gestión, sino tampoco en sus mallas curriculares para la formación de profesores y alumnos», van a quedar «obsoletas y anquilosadas».
De ahí que sea necesaria «una importante inversión por parte de las instituciones para la formación de sus profesores, alumnos y personal administrativo, que son los que mantienen el funcionamiento de las propias instituciones».
La IA, una compañera capaz de resolver tareas repetitivas
Una de las conclusiones de este seminario internacional, sustentado en torno a tres mesas redondas –cada una de ellas orientada a uno de los pilares de la universidad: docencia, investigación y transferencia– ha sido la necesidad de no obviar la IA, «sino hacer frente a una realidad que tenemos encima de la mesa y, además, hacerlo de una manera más o menos acelerada, porque la inteligencia artificial evoluciona muy rápidamente», ha señalado Rubén González, vicerrector de Organización y Planificación Académica de UNIR.
En las tres mesas se coincidió a la hora de poner de manifiesto la necesidad de tener «una regulación clara que establezca cuál es el criterio para poder usar la IA por parte del profesorado, estudiantado o personal de administración de las universidades». En todo caso, otro de los puntos compartidos es el de reconocerla como «herramienta»; como «un acompañante que te ayuda a ti a tomar decisiones complicadas y que puede resolver tareas repetitivas (análisis de grandes volúmenes de datos), personalizar la docencia (incluso facilitar que el estudiante pueda recurrir a un asistente virtual 24 horas al día los siete días de la semana) o mejorar su experiencia de aprendizaje». Por otro lado, no se obviaron los riesgos que puede entrañar, como «ceder por comodidad una decisión».
«Estamos en un momento en el que su avance es muy rápido» y, por ello, se habló en Ecuador de algunas de las potencialidades de la IA, de su consiguiente evolución y aplicación. Mencionó, en este punto, el observatorio de empleo de UNIR, que tiene la capacidad de tener catalogados en tiempo real los empleos más demandados y por qué empleadoras. También habló de Emooti, la 'spin off' que UNIR tiene en materia de bienestar emocional en adolescentes. «En Emooti la inteligencia artificial nos ayudó a analizar la información y detectar que esto era una necesidad social; si no, nos hubiera llevado mucho más tiempo».
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