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Reconocimiento. La huella del terror en nuestra región tuvo infinidad de perfiles y la serie ahonda en el rostro humano de las víctimas. L.R.

Memoria riojana del terrorismo: el recuerdo necesario de lo inolvidable

Diario LA RIOJA publicará desde el próximo domingo la segunda parte de la serie Memoria Riojana del Terrorismo

Lunes, 9 de marzo 2020, 20:14

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A partir del próximo domingo, Diario LA RIOJA publicará la segunda parte de la serie 'Memoria riojana del terrorismo', que comenzó en 2018 con los diez primeros reportajes y que se hizo acreedora al VI Premio José Lumbreras de Periodismo, convocado por la Asociación de la Prensa de La Rioja.

La huella del terror en nuestra región tuvo infinidad de perfiles y aunque la mayor parte de los atentados fueron obra de la banda terrorista ETA, también otros grupos asesinos hirieron y segaron vidas de riojanos: pistoleros de extrema derecha, como fue el caso del abogado logroñés Miguel Sarabia Gil, que resultó muy grave en los atentados del despacho de abogados de Atocha de 1977. Hace unas semanas fue extraditado a España Carlos García Juliá, autor material de los disparos y que tras ser condenado a 193 años, se fugó en un permiso en 1991 a Latinoamérica. Otro caso es el del médico logroñés José Ramón Muñoz Fernández, asesinado por el Grapo (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre) en Zaragoza el 27 de marzo de 1990. Este año se cumple el treinta aniversario de un atentado extraordinariamente cruel, en el que los terroristas decidieron asesinar al médico riojano después de que le salvara la vida a uno de los compañeros de los propios terroristas que había decidido ponerse en huelga de hambre. Los pistoleros Guillermo Vázquez Bautista y María Jesús Romero se presentaron en su consulta privada y lo asesinaron a sangre fría con tres balazos.

Cuatro comerciantes, cuatro guardias civiles (dos de ellos ya jubilados), cuatro militares, tres policías (local, nacional y un inspector), dos políticos (ambos concejales), un profesional y un funcionario son los perfiles de los 19 seres humanos aniquilados por la banda terrorista ETA desde su primer atentado contra un riojano (el concejal Julio Martínez Ezquerro, asesinado en Irún en 1977), hasta que 23 años después acabaron en Berriozar (Navarra) con la vida de Francisco Casanova Vicente, subteniente de Infantería al que asesinaron en el garaje de su casa.

A todos estos asesinatos hay que unir los heridos y las familias: viudas, huérfanos, hermanos... Uno de los casos más terribles fue el de María Dolores Berisa Martínez, viuda de Rafael Vega Gil, que se suicidó tirándose desde un sexto piso al no ser capaz de superar la ausencia de su marido. Y es que dos meses antes, dos encapuchados entraron en un almacén de vinos llamado 'La Gloria de La Rioja', que regentaba Rafael, un riojano de Tudelilla, en Santurce (Vizcaya). Sin mediar palabra le descerrajaron seis tiros en presencia de su hijo, que intentó salvarle la vida y que lo llevó hasta el Hospital de Cruces, donde finalmente falleció. Rafael se negó a pagar la extorsión económica conocida como 'impuesto revolucionario'. También abundan los casos de atentados reivindicados por ETA pero que no han tenido juicio y se han quedado en el limbo de la justicia, como el del comandante de Infantería Julián Ezquerro Serrano, nacido en Pradejón y asesinado por ETA el 19 de septiembre de 1979 cuando contaba con apenas 39 años. Infinitas historias de los mártires de la Libertad que son imposibles de olvidar.

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