Así es el mercado laboral en La Rioja: más trabajadores, más indefinidos y más envejecidos
Los trabajadores mayores de 45 años suponen un 10% más que hace una década, hay un 8% más de indefinidos y ganan peso los empleos vinculados al sector servicios
La cifra de 134.083 afiliados a la Seguridad Social que acredita La Rioja es una de las más elevadas desde que existen registros estadísticos. Este dato, correspondiente a marzo de 2023, supone de hecho un récord en la serie histórica del mes. Y aunque la comunidad tiene menos población que hace una década –ha perdido 2.000 habitantes en estos diez años–, cuenta con casi 22.000 cotizantes más. El desempleo, otro de los grandes indicadores de la evolución del mercado de trabajo, se mantiene por debajo de la tasa del 10% en el último mes (14.674 parados frente a los 29.371 de 2013) y la Encuesta de Población Activada publicada esta semana refrenda esa evolución positiva con 1.700 parados menos que en el periodo enero-marzo de 2022 y 13.600 menos que en el primer trimestre de hace diez años.
«Estamos en un escenario de recuperación, sí, pero todavía lejos de la situación previa a la anterior crisis –la provocada por la burbuja inmobiliaria que empezó a desencadenarse allá por el año 2008– y también de lo que recomienda la UE en algunas materias», coinciden en su análisis Concha Arruga, profesora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de La Rioja, y Fernando Antoñanzas, catedrático del Departamento de Economía Aplicada de la UR. Se refiere Arruga a la Estrategia Europea de Empleo «que recomienda para 2030 tener una tasa de empleo del 78%, en la población de 20 a 64 años, y aquí estamos en torno a un 55%. Falta todavía mucho camino por recorrer». A su vez, Antoñanzas recuerda que el dato de 143.400 riojanos ocupados es positivo «pero aún está lejos» de los 150.000 de 2008.
Con lo que la incorporación de más personas al mercado laboral se antoja una prioridad. ¿Cómo ha evolucionado en la última década? Diario LA RIOJA ha comparado los datos de la Tesorería General de la Seguridad Social de marzo de este año y de ese mes de 2013, cuando había 112.547 afiliados. Entonces el 43% de los trabajadores tenía por encima de los 45 años y ahora ese porcentaje es del 53%. «La pirámide adelgaza por abajo y asistimos en la región a un envejecimiento también de la población empleada. Eso es preocupante, sobre todo porque empieza a faltar mano de obra en determinados sectores», apunta José Antonio Clemente, investigador principal del observatorio por la competitividad de la pequeña y mediana empresa de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
«No podemos seguir con el modelo industrial de los años 80, hace falta una transformación digital»
Concepción Arruga
Profesora de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social de la UR
«Simplicidad administrativa, fiscalidad y comunicaciones favorecerían el desarrollo empresarial»
José Antonio Clemente
Investigador del observatorio de competitividad de la pyme en UNIR
«Estamos aún lejos del dato de población ocupada de 2008 cuando había 150.000 trabajadores (ahora hay 143.400)»
Fernando Antoñanzas
Catedrático del departamento de Economía Aplicada de la UR
En este sentido, reconoce que hay vacantes en el mercado laboral que «están cubriendo cada vez más los extranjeros» –en sectores como la hostelería, el campo, el cuidado de personas mayores– y la proporción de afiliados a la Seguridad Social nacidos fuera de España es del 13,7% cuando hace diez años era del 11%. En este colectivo, el porcentaje de autónomos se ha incrementado en este tiempo, al contrario de lo que ha sucedido en el conjunto del mercado laboral riojano. Porque hay un 4% menos de profesionales por cuenta ajena –se compensa con el 5% de crecimiento de trabajadores en el régimen general– y la cifra actual de 24.588 autónomos sigue a la baja desde hace un lustro.
«Las organizaciones nacionales nos dicen que esta comunidad acumula años de descensos en el número de trabajadores», refiere Clemente, que comparte a diario reflexiones con las pymes de toda España. «La burocracia, la fiscalidad y la falta de comunicaciones son los problemas que más nos trasladan», sostiene el experto de UNIR.
Un 8% más de indefinidos
La contratación también ha experimentado un cambio importante en esta última década. Y ahora hay un 8% más de trabajadores indefinidos, en sus diferentes tipologías de jornada completa o parcial así como fijo discontinuo, y un 6% menos de temporales. «El cambio de legislación –con la última reforma laboral– ha contribuido a ello», razona Fernando Antoñanzas, aunque recuerda al mismo tiempo que en actividades como la agraria o las vinculadas al turismo la temporalidad cumple una función «importante». En este sentido, José Antonio Clemente sostiene que «aunque aún es pronto para establecer una clara relación causa-efecto, sí parece que ha favorecido el aumento de la contratación indefinida». Arruga, por su parte, incide en la «mayor estabilidad» para el empleo que generan los contratos indefinidos «y eso es un beneficio inmediato para el trabajador pero también a largo plazo, por ejemplo si tiene que pedir un préstamo».
¿Y de qué manera ha cambiado el mercado laboral desde el punto de vista de los sectores? La industria sigue aglutinando el volumen más amplio de trabajadores, atendiendo a la clasificación nacional de actividades económicas (CNAE). Hay 25.450 entre la manufacturera y la extractiva, un 19% del total, por debajo del 21% de hace diez años. Y el otro gran sector laboral, el del comercio –incluye al por mayor y por menor, de diferentes tipos de negocio, así como la reparación de coches y motos–, también cae casi un punto y medio.
En el otro lado de la balanza está el ámbito de la educación, que duplica su número de trabajadores –de 5.545 en 2013 a los 11.518 actuales– y crece un 3,7% o el de actividades sanitarias y de servicios sociales, con 3.000 empleados más y un incremento del 1,2%. «Vamos hacia una terciarización de nuestro mercado laboral, donde los servicios crecen en importancia», resume Antoñanzas. Este fenómeno preocupa «en cierta medida» a Clemente y apuesta por «recuperar el pulso industrial –el sector tiene un peso en el Producto Interior Bruto del 23,6%, el segundo más alto de España después del navarro–» para lo que propone rodearlo de actividades «como la logística, aprovechando los proyectos que se empiezan a desarrollar en la región».
Arruga apunta también hacia otras acciones vinculadas a la digitalización o la transición ecológica de la industria «porque no podemos seguir con el modelo de los años 80». Además, la profesora de la UR recuerda que «hay fondos europeos destinados a estos nuevos sectores» en el camino hacia la 'economía verde' que propone la UE.
Crece el empleo público
La afiliación a la Seguridad Social en La Rioja ha crecido más en la última década entre la población femenina y hay 12.174 mujeres más en el mercado laboral y 9.362 hombres –entre la población extranjera, en cambio, el incremento es muy superior entre los varones–. Y en este análisis por sectores, dentro del colectivo de empleo público se aprecia ese crecimiento de trabajadoras. Ellas son 12.040 dentro de un colectivo de 17.863, lo que supone el 67,4%.
En 2013 las mujeres funcionarias eran 8.469, el 63,6%. El número global se ha incrementado en 4.547 y en este tiempo la administración que más ha 'engordado' su plantilla de empleados públicos es la regional, que ha pasado de 9.846 trabajadores a 13.929.
A la cola de los salarios y subidas por debajo de la inflación
El Instituto Nacional de Estadística (INE) todavía mantiene los salarios de 2020 como última referencia y los 23.292 euros de sueldo medio en La Rioja están por debajo de la media nacional pero hay ocho comunidades con retribuciones inferiores. En cambio, informes más recientes como el presentado a primeros de mes por la consultora ICSA y la escuela de negocios EADA de Barcelona sobre la evolución salarial desde 2007 sitúa a nuestro región como la que tiene peores sueldos en todas las categorías profesionales. La cuantía media bruta es de 20.751 euros, cuando el promedio en España es de 24.269.
Los salarios pactados en convenio en La Rioja en los dos primeros meses del año, según la estadística de negociación colectiva del Ministerio de Trabajo y Economía Social, subieron de media un 3,24%, prácticamente la mitad de lo que se ha incrementado la inflación en ese periodo (6,4%), con lo que solo se cubre el 50% del poder adquisitivo perdido por la escalada de precios.
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