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El farmacéutico Miguel Vergara Valenzuela, flanqueado por la médica Ana Bas Angulo y la enfermera Ana Zorzano López, el viernes por la mañana a las puertas del consultorio y botiquín rural de Santurdejo. M. C.
Atención sanitaria

Con la medicación a la puerta de casa

La futura Ley de Farmacia de La Rioja decide potenciar los botiquines rurales, 46 en la región, que atienden a más de 6.000 pacientes, un tercio de ellos personas mayores de 65 años

Lunes, 20 de enero 2025, 08:01

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Asistencia sanitaria más cercana, reto demográfico y respaldo a las farmacias rurales son los ejes claves de la futura Ley Atención y Ordenación Farmacéutica de La Rioja, que sustituirá a la vigente, obsoleta tras 27 años de vida. La semana pasada, el martes 14 de enero, la Consejería de Salud y Políticas Sociales informó al Consejo de Gobierno del anteproyecto de ley, que tras su paso por los Servicios Jurídicos de la Comunidad Autónoma y por el Consejo Riojano de Salud, será enviado al Gabinete de Gonzalo Capellán para su aprobación y posterior remisión al Parlamento de La Rioja para que el Legislativo alumbre en los próximos meses una nueva normativa que releve a la actual, que data de 1998.

El futuro marco legislativo autonómico en este ámbito supondrá, además de regular nuevas funciones y servicios de las oficinas de farmacia, flexibilizar sus horarios para adecuarlos al de los consultorios médicos rurales con el objetivo prioritario de potenciar una figura asistencial ya existente en la comunidad, la del botiquín rural.

Actualmente La Rioja cuenta con un total de 46 botiquines rurales en otros tantos pequeños núcleos de la región, con un censo global de 6.691 personas, de las que un tercio –2.043– son mayores de 65 años y en los que, por el contrario, la población infantil y adolescente es minoritaria, 573.

Esos pequeños despachos destinados a la administración de medicamentos en horario reducido y en días concretos son atendidos en la actualidad por 26 de las 158 farmacias existentes en la comunidad, de las que 59 de ellas se encuentran en Logroño y las restantes 99 fuera de la capital riojana, muchas de ellas en cabeceras de comarca (8 en Calahorra, 5 en Haro, 4 en Arnedo, 4 en Alfaro, 3 en Nájera, 2 en Santo Domingo y otras dos en Cervera del Río Alhama), pero otras 45, el 51% de las de la región excepto Logroño, en municipios con censos poblacionales inferiores a 1.500 habitantes.

La discrepancia entre las cifras de botiquines rurales, 46, y farmacias, 26, se explica en que hay despachos encargados de varias sucursales rurales de su comarca. Es el caso, por ejemplo, de la farmacia de Cuzcurrita, que atiende los botiquines de Fonzaleche, Ochánduri, Sajazarra, San Millán de Yécora y Tirgo; o de la de Bañares, responsable de los de Cirueña, Hervías, Manzanares de Rioja y San Torcuato. De los 46 botiquines, 44 se ubican en municipios y los dos restantes uno en una entidad local menor, Villaseca, perteneciente al municipio de Fonzaleche, atendido por la farmacia de Anguciana; y el otro, en el barrio logroñés de El Cortijo, asistido por la farmacia de Yagüe.

Además de contemplar un futuro incremento de esa cifra de botiquines rurales – si hay solicitudes y estas cumplen los criterios establecidos–, lo que la futura normativa sí ha decidido es potenciar esta figura asistencial con un aumento de los horarios de atención. «Actualmente el mínimo está fijado en 3 horas semanales, pero con la nueva ley se van a ampliar hasta las 5 por semana en aquellos municipios con más de 300 habitantes», avanza Gonzalo Aparicio, director general de Prestaciones y Farmacia, quien destaca también que «en la futura norma se hace mención a que el horario de funcionamiento de los botiquines se debe adecuar al de las consultas médicas para optimizar su funcionamiento y facilitar el acceso a la población».

26 de 158

farmacias existentes en la comunidad atienden los 48 botiquines rurales riojanos.

45 farmacias

están en municipios con censos poblacionales inferiores a 1.500 habitantes

Triple objetivo

Se trata, en definitiva de acercar y reforzar aún más la atención sanitaria a los pacientes de las localidades más pequeñas, defiende Gonzalo Aparicio. «Hablamos, además, de poblaciones con mucha gente mayor y mucho polimedicado, por eso en la atención farmacéutica que tienen que dar estos botiquines se especifica que, aparte de dispensar medicamentos, hay que hacer seguimiento de los tratamientos y realizar actuaciones dirigidas a mejorar la salud de los pacientes. No se trata de un dispensario, sino de un espacio que va a ser atendido por un farmacéutico que va a hacer ese seguimiento profesional a los pacientes», anticipa el director general, quien incide en que «por ello la futura ley incluye en su nombre, a diferencia de la vigente de 1998, la denominación de atención, porque además de la dispensación de medicamentos, lo que queremos es garantizar y hacer llegar la atención, adecuando la ordenación farmacéutica, a esos municipios rurales donde no se puede abrir una oficina de farmacia, principalmente porque hay muy poca población».

En este sentido, la futura normativa, que define el botiquín farmacéutico como un establecimiento sanitario privado de interés público vinculado a una oficina de farmacia, tiene en cuenta otros objetivos además del prioritario de prestar esa atención cercana al paciente y mejorar la salud de la población, según añade el director general de Prestaciones y Farmacia, entre los que cita que «también se busca contribuir a fijar población en esos municipios y, a la par, apoyar la viabilidad de las farmacias en los enclaves rurales más pequeños, ya que por la falta de población puedan estar económicamente más comprometidas».

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