Los bomberos trabajan en el ático que quedó destrozado tras una explosión. Fernando Díaz

El juicio por los «estragos» de la explosión de Lardero, del 1 al 8 de julio

La acusada se enfrenta a una petición del fiscal de 24 años y medio de cárcel, al pago de una multa de 5.760 euros y al abono de las responsabilidades civiles que se dirimirán durante la vista oral que se celebrará en la Audiencia Provincial de La Rioja

Carmen Nevot

Logroño

Martes, 28 de mayo 2024, 07:11

El juicio por la explosión de Lardero del 20 de diciembre de 2021 se celebrará entre el 1 y el 8 de julio próximos. Esos días, la acusada se enfrentará en el banquillo de la Audiencia Provincial de La Rioja a una pena de 24 años y medio de cárcel por un delito de estragos y hasta ocho de lesiones. No es la única pena, el fiscal también reclama el pago de una multa de 5.760 euros, además de las responsabilidades civiles que se dirimirán durante la vista oral que se celebrará en la Audiencia Provincial de La Rioja.

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La procesada, de 52 años y nacida en Montevideo (Uruguay), mantenía una relación sentimental con el dueño del ático en el que ambos convivían, en el 5B del número 2 de la calle El Cristo, en Lardero. Desde septiembre de 2020, él había comentado a la procesada su intención de romper la relación, incluso se ofreció a pagarle el billete de regreso a su país y dejarle algo de dinero. Todo porque la encausada se encontraba sola en España y de forma irregular.

La procesada, al parecer, según relata la Fiscalía en su escrito de conclusiones provisionales, se negaba a romper la relación y le amenazaba con suicidarse si la dejaba. La relación era tan tensa que la Guardia Civil tuvo que acudir en varias ocasiones al domicilio de la pareja. En concreto, él tuvo que acudir al cuartel en Villamediana de Iregua el 2 de noviembre de 2020 y el 16 de noviembre de 2021 para denunciarla por amenazas.

El 19 de diciembre de 2021 mantuvieron una fuerte discusión. Él quería terminar y ella reaccionó de una manera tan agresiva que su pareja acudió de nuevo al puesto de la Guardia Civil de Villamediana. Una vez allí pidió que le acompañaran a su casa para retirar sus enseres, abandonar la vivienda y romper cualquier vínculo con la mujer. Sobre las 13.00 horas de ese día, una patrulla acudió al ático y comprobó que la acusada insistía en que él no la dejase. Había llenado la bañera de agua y había colocado un cable alargador de corriente y un secador. En el espejo del baño había pintado con carmín: 'Libre... ya lo eres'. La mujer fue trasladada en una ambulancia al hospital San Pedro para valoración psiquiátrica.

Peleas que acabaron en boda

Una vez examinada, le dieron el alta y de regreso a la vivienda, según la acusación pública, al verse sola y molesta por el abandono empezó a idear la forma de hacer «el mayor daño posible» a su hasta entonces pareja y actual marido. Paradójicamente ambos se casaron el 16 de agosto del 2022 estando ella en prisión provisional.

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La mujer cogió una llave de las llamadas 'pico de loro' de una bolsa de herramientas y con ella manipuló dos de las tuercas de la tubería del circuito de suministro de gas natural de la caldera instalada en la cocina con la intención de provocar la salida de gas. Sobre las 07.30 horas del 20 de diciembre de 2021, pese a ser consciente del peligro que suponía para las vidas de sus vecinos, para el propio edificio y para los vecinos de las casas colindantes, encendió un secador de pelo que, con la gran concentración de gas que había en la vivienda, provocó una enorme explosión que despertó no sólo a lo moradores del número 2 de la calle El Cristo, sino también a buena parte de los habitantes de Lardero.

La explosión causó lesiones a varios vecinos e incluso a algún viandante que en ese momento se dirigía a trabajar. Sobre este último cayeron materiales que salieron disparados por la onda expansiva. Pero fue la procesada la que presentaba las heridas de mayor gravedad. Tuvo que ser trasladada desde el hospital San Pedro a la unidad de Quemados de Cruces de Baracaldo (Vizcaya) y una vez dada de alta, a primeros de 2022, fue conducida al centro penitenciario de Álava, en Nanclares de Oca.

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Además de las heridas, la detonación ocasionó importantes daños materiales «que supusieron grave riesgo para la vida de los vecinos», sobre todo en la planta quinta, dado que supuso el derrumbe de las paredes exteriores –que eran además muros de carga– de la propia vivienda donde se encontraba la procesada como de las dos viviendas colindantes. Las paredes exteriores de dichas viviendas fueron proyectadas hacia el exterior del edificio, quedando a la vista el interior de los pisos, con daños en la estructura del alero de la terraza. El forjado superior quedó en situación crítica de estabilidad y peligro de derrumbe, los pilares interiores, muy sobrecargados y presentaban signos de colapso. También los muros de la losa del hueco de ascensor cedieron con la explosión, con grave peligro de derrumbamiento.

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