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El profesor de autoescuela Jorge Orbiso y el alumno Javier Rosado, junto a un vehículo de aprendizaje, antes de una clase práctica. SONIA TERCERO

Los jóvenes riojanos, con pocas ganas de conducir

La falta de tiempo libre, los elevados costes y la escasez de examinadores en Tráfico mantienen la tendencia a retrasar la obtención del carné

Alicia Fernández de Arcaya

Domingo, 20 de julio 2025, 19:56

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Durante generaciones cumplir los dieciocho años ha sido sinónimo de libertad. Estudiar fuera de casa, votar, consumir alcohol de forma legal o sacarse el carné de conducir eran hitos que convertían el paso a la mayoría de edad en una vivencia especial. Pero la situación, como los tiempos, está cambiando y la ilusión por coger un volante cuanto antes se desvanece entre los jóvenes. El número de expediciones de permisos de conducir B –el necesario para circular con turismos– de personas entre 18 y 20 años presenta una tendencia a la baja desde hace años. En La Rioja en 2024 fueron un 20% menos que en 2017, según las cifras de la Jefatura Provincial de Tráfico.

Los motivos son diversos. Hoy en día, las opciones de transporte público han mejorado mucho, incluso hay aplicaciones para compartir vehículo. Además, más jóvenes marchan a estudiar fuera y a su regreso en verano, el trabajo, los viajes y las listas de espera provocan una apatía creciente. Preparar la fase práctica requiere entre 20 y 30 clases y los exámenes son cada vez más exigentes. Otro factor desmotivador es el elevado coste que supone para la economía familiar que uno de sus miembros desee sacarse el carné, además del precio de las clases prácticas, que se suma a que los costes de mantener un coche con seguro son inalcanzables para la mayoría de los chavales no emancipados.

2.647 jóvenes entre 18 y 20 años

obtuvieron el carné en el año 2024, un 20% menos que en 2017.

1.500 alumnos

siguen esperando para examinarse del práctico; hace un año eran 2.500.

Javier es docente, tiene 33 años y no tenía pensado conducir hasta hoy, que le urge por motivos de trabajo. Explica que hasta ahora ha podido moverse «en bici o en transporte público», por lo que «no sentía la necesidad». Igual que el arrubaleño Iván, uno de esos jóvenes que ahora cumplen 18 años y para los que el permiso de conducir no figura entre sus anhelos más cercanos. Él también recurre a la bici o al autobús urbano para desplazarse. Además, argumenta Iván que pronto se trasladará a estudiar a Zaragoza, por lo que cuando le haga falta o quiera conducir ya se apuntará a una autoescuela en Logroño.

Por su parte, las logroñesas María y Lucía, de 20 y 22 años, atribuyen su tardanza en obtener el carné al coste que supone y a la falta de tiempo. La primera se ha inscrito este verano gracias a la subvención del IRJ, una ayuda de 300 euros destinada a los jóvenes riojanos de entre 18 y 35 años que se animan a sacarse el permiso. Lucía, en cambio, admite carecer de tiempo libre: «Durante el curso estudio fuera y en verano trabajo en campamentos. Y como no me hace falta, lo he ido dejando por pereza».

Este cambio de costumbres se repite en toda España. Si en 2024 tramo de edad de 18 a 20 años apenas acumula el 42% de los permisos expedidos para automóviles, una década antes este porcentaje se elevaba al 77%.

Un verano de desatasco

Pese a que la tendencia predominante apunta a la espera, sigue habiendo muchos que, según acaban el instituto, se afanan por obtener el carné de conducir. En este caso, la cuestión que les genera incertidumbre es cuándo podrán examinarse. Acceder al examen teórico es un paso relativamente ágil, pero culminar el práctico con el examen final puede dilatarse considerablemente.

Tras la pandemia, y debido a bajas y jubilaciones, se agudizó la escasez de examinadores disponibles, con los consiguientes atascos para realizar las pruebas finales, especialmente en los meses estivales, cuando crece la demanda entre los jóvenes.

Javier. 33 años

«Hasta ahora he podido moverme en bici o en autobús, no necesitaba sacarme el carné»

«Aunque hay espera, este es uno de los mejores años que hemos tenido»

José Antonio Rodríguez

Asociación. Riojana de Autoescuelas

Sin embargo, el verano de 2025 pretende ser diferente. Si el año pasado los alumnos pendientes de realizar el examen práctico rebasaban la cifra de 2.500; hoy son cerca de 1.500. Aun así, para seguir reduciendo las listas, la Jefatura Provincial de Tráfico ha implementado una serie de medidas para paliar tanta aglomeración: una oferta de empleo público buscará dos nuevos examinadores destinados en la capital riojana y otros dos itinerantes llegarán como apoyo veraniego. Además, por primera vez en años, se realizarán exámenes durante todo el mes de agosto.

La jefa provincial de Tráfico, Beatriz Zúñiga, asegura que «La Rioja es una excepción» al procurar mantener o incluso incrementar la plantilla durante los meses de verano. Lo que no evita que admita cierta inquietud ante la posibilidad de que se repita lo acontecido en algún otro momento: la última vez que Tráfico no detuvo su actividad, muchas autoescuelas sí lo hicieron. «Se quedaron examinadores sin alumnos», reconoce Zúñiga.

También el presidente de la Asociación Riojana de Autoescuelas, José Antonio Rodríguez, señala que, pese a que las listas de espera todavía son extensas «es uno de los mejores años que hemos tenido». Para Rodríguez, el problema no solo se explica por la falta de examinadores, también afecta el hecho de que pocos alumnos quieran sacarse el carné en invierno, una circunstancia que sin duda agilizaría el ritmo.

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