Los ganaderos riojanos se plantan contra el lobo: «Tenemos miedo, está empezando a atacar a animales grandes»

Los testimonios son desoladores.

Enrique Serrano expuso cómo en la zona de Valvanera ha desaparecido el ovino por los daños del lobo. «El mayor problema ahora es que, al desaparecer el ovino de la zona, empiezan los ataques sobre el bovino. Yo este año ya he tenido el primero, aunque la ternera libró. Pero el lobo ha empezado a atacar en el valle de San Millán, donde ya han faltado seis terneros. Tenemos miedo y presión porque está empezando a atacar a animales grandes», explicó Serrano, quien advirtió que las medidas preventivas son inviables en vacas y equinos.

Mario Elías (20 años) es hijo y sobrino de ganaderos. A los 16 años dejó de estudiar para dedicarse a los animales con ilusión y ganas en Villoslada de Cameros, algo que ha perdido debido al problema del lobo en el Alto Iregua. «Desde que empecé no hemos parado de tener ataques de lobo, día sí y día también. Y encima se ríen de ti, porque tienes una baja, llamas a un guarda y entre que uno no puede venir y el otro tampoco... Así que ¿para qué me voy a instalar como ganadero? Esto es insufrible», lamentaba Mario Elías.

Mario Elías (20 años) es hijo y sobrino de ganaderos. A los 16 años dejó de estudiar para dedicarse a los animales con ilusión y ganas en Villoslada de Cameros, algo que ha perdido debido al problema del lobo en el Alto Iregua. «Desde que empecé no hemos parado de tener ataques de lobo, día sí y día también. Y encima se ríen de ti, porque tienes una baja, llamas a un guarda y entre que uno no puede venir y el otro tampoco... Así que ¿para qué me voy a instalar como ganadero? Esto es insufrible», lamentaba Mario Elías.

Cristina Galilea es ganadera en Ajamil y vicepresidenta de la Asociación de Ganaderos del Camero Viejo. «En nuestro valle ahora mismo tenemos muchísimo miedo porque los ataques empezaron en Laguna, donde María José González acabó quitando las ovejas, y también los ha habido en Soto. Somos un valle con muchas mujeres ganaderas, muchas explotaciones asentadas y vemos que si no hay un control del lobo, las familias van a acabar yéndose y la gente tampoco vendrá, acabará siendo una sierra despoblada», valoró Galilea.

Gorka Espinosa es ganadero en Valgañón, en pleno valle del Oja. «El ganado es importante y vivimos de ello, pero algún día vamos a tener un susto grande porque el otro día debieron de grabar a un lobo cruzando el río Oja por Ezcaray. De no vérseles han pasado a verse con facilidad, y es que ya no se buscan la vida, van a lo fácil, al ganado, ovejas o cabras, y si no, potros o terneros. Hasta que no haya ganado, y entonces no habrá ganaderos. Y cuando no haya eso tampoco habrá vida en el mundo rural», expone Gorka Espinosa.