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Visita sobre el viñedo al chozo de David Moreno, en Badarán. SONIA TERCERO
Bodegas

El enoturismo sigue imparable en La Rioja y se abre al mundo

Con las ventas de vino a la baja, las visitas ganan fuerza, sobre todo las de extranjeros, y «aún no hemos tocado techo en la Denominación»

Lunes, 4 de noviembre 2024, 07:36

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Se ha terminado un periodo festivo que ha vuelto a poner de manifiesto una realidad: el enoturismo en las bodegas de la comunidad autónoma atraviesa un momento dulce. Pero desde hace ya tiempo. «Y si bien la crisis del vino es mundial, el éxito del enoturismo también se vive en todo el mundo», asegura con conocimiento de causa Santiago Vivanco, que acaba de regresar de la primera cumbre latinoamericana de este sector celebrado en Chile. Eso sí, allí ha percibido otra realidad: que hay bodegas en otros países que están consiguiendo incrementar sus ventas de vino gracias a las visitas de turistas, «Todavía tenemos recorrido por delante», añade el director general de la Fundación Vivanco y fundador del Museo de la Cultura del Vino ubicado en Briones.

Pero también se están dando pasos importantes, como captar cada vez más viajeros extranjeros. La Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja «es muy conocida en el mundo del vino» y eso se aprecia en el «incremento de visitas que estamos teniendo en el Barrio de la Estación de Haro», dice la presidente de la asociación, Mayte Calvo de la Banda. Holandeses, belgas, franceses y norteamericanos se están convirtiendo en clientes habituales, un hecho que «no deja de sorprender, en este caso para bien», apunta Enrique Dulce, del departamento de Bodegas David Moreno de Badarán.

  • 100.000 visitas recibieron el año pasado las seis bodegas del Barrio de la Estación de Haro (CVNE, Bilbaínas, Gómez Cruzado, La Rioja Alta, Muga y Roda) y la previsión para 2024 es superar esa cifra, porque en el primer semestre ya se ha mejorado el dato del periodo enero-junio de 2023.

  • 45% de turistas que este año pasarán por Dinastía Vivanco tendrá procedencia extranjera, «todo un hito para la bodega y el museo», reconocen en la familia, porque «cuando empezamos –hace dos décadas– el porcentaje era apenas un 4%».

¿Y qué buscan los visitantes en Rioja? ¿Qué les atrae tanto a españoles como a extranjeros? El vino es el principal motivo, sobre todo entre quienes «nos visitan en estas fechas otoñales, tanto durante la vendimia como nada más terminarla. Es gente con un interés especial y un turismo con valor añadido», destaca Vivanco. El territorio por el que se extiende la Denominación vitivinícola «es ideal para una escapada vacacional como la que ahora hemos tenido», añade Calvo de la Banda, que tiene claro que «después de Saint-Émilion y de Burdeos, Rioja tiene que ser el siguiendo destino de referencia para el amante del vino. A ello aspiramos desde el Barrio de la Estación en Haro».

Las claves con valor añadido

Los turistas que acuden en otoño a las bodegas «tienen un interés mayor por el mundo del vino»

Las seis bodegas jarreras que componen la asociación –CVNE, Bilbaínas, Gómez Cruzado, La Rioja Alta, Muga y Roda– alcanzaron el pasado ejercicio las 100.000 visitas, un hito para un colectivo que echó a andar en 2016. «Estamos creciendo en la primera parte del año», dice la máxima responsable. Y los datos que ella maneja coinciden con los que tiene Inma Bezunartea, gerente de Rioja Wine Trips y que acumula una trayectoria de más de una década en el sector del enoturismo. Más allá de las estadísticas, «las sensaciones me recuerdan a las de 2019, de ilusión en las bodegas y en los visitantes. He vuelto a ver muchas autocaravanas de extranjeros... Estamos en buen momento», dice.

Capacidad de mejor

AInma Bezunartea, experta en enoturismo, asegura que «hay que seguir trabajando la formación»

Retos pendientes

Pero también hay retos pendientes porque «ni mucho menos hemos tocado techo en la Denominación», reconocen las voces consultadas. Bezunartea cita como uno de los principales objetivos «seguir trabajando la formación para dar una respuesta de calidad a las visitas, hay que estar preparados». En este sentido, y para atender las necesidades de los clientes, cree que «hay que seguir promocionando actividades para cubrir las demandas de todos los públicos».

En Bodegas David Moreno, por ejemplo, tienen una actividad como es la vendimia en familia que «llama mucho la atención a pequeños pero también a mayores», señala Enrique Dulce. También en Vivanco «ofrecemos la posibilidad de cortar uva, hacer el pisado y almorzar en el viñedo. Pero este año, con la cosecha tan irregular que hemos tenido debido a las adversidades meteorológicas y a las lluvias que nos condicionaron todo, ha habido que suspender algunas iniciativas», lamenta Vivanco.

A esas acciones u otras similares que hacen las diferentes bodegas –recorridos por el viñedo a pie, en bicicleta o en quad, paseos en globo, visitas a calados...– así como a la cata del Barrio de la Estación se le suma «la experiencia y la vivencia que ofrecemos, la familiaridad en el trato que tenemos los riojanos y que siempre agradecen los turistas, aunque vengan de muy lejos», detalla Enrique Dulce. En su caso, es fácil ver a David Moreno, el fundador de la empresa que lleva su nombre, pasear con una copa de vino por los calados y contar a los visitantes los encantos de su bodega y de La Rioja. «Es un pionero del enoturismo, fue de los primeros que abrió las puertas a la gente», añade Dulce.

También el Museo Vivanco en Briones abrió en la Denominación un camino que, dos décadas después, «todavía sigue sorprendiendo a la gente. No esperan encontrarse lo que hay en el interior», dice con orgullo Santiago. Un espacio de 4.000 metros cuadrados para la colección permanente de arte y arqueología vitivinícola, un centro de documentación con 11.000 volúmenes, una colección de 3.700 sacacorchos comprados por todo el mundo... son algunos de los atractivos del complejo donde la cultura del vino se lleva a la máxima expresión.

Rodrigo Merino
Imagen secundaria 1 - El enoturismo sigue imparable en La Rioja y se abre al mundo
Imagen secundaria 2 - El enoturismo sigue imparable en La Rioja y se abre al mundo

«Quienes llegan al Barrio de la Estación de Haro también se quedan maravillados de poder acceder en poco tiempo a bodegas centenarias y empaparse de la historia y la cultura de nuestro sector», destaca Mayte Calvo de la Banda. En el momento actual de caída de ventas y de incertidumbre sobre el futuro, por el descenso del consumo –sobre todo de vino tinto–, «el enoturismo nos tiene que abrir nuevas vías de ingresos y oportunidades de negocio», comparten desde las diferentes bodegas.

«En Chile he podido comprobar que hay muchas (bodegas) que venden gracias a las visitas de los turistas porcentajes muy elevados», reitera Vivanco, a diferencia de lo que ocurre en Rioja donde los distribuidores juegan un papel relevante. «Pero en las miles de personas que vienen a ver nuestras bodegas tenemos los mejores embajadores, por todo el mundo», concluye Inma Bezunartea.

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