M.P.

«La soledad no me agobia, sí pensar en el futuro inmediato»

A qué dedica el tiempo libre... ·

Mercedes Pascual combate el aislamiento con videoconferencias, lecciones de pintura y bici estática, pero echa de menos sus paseos

Sábado, 18 de abril 2020, 08:48

Mercedes Pascual tuvo que esperar casi 50 años para conocer la que hoy es su casa. Zamorana de nacimiento pero jarrera de adopción, nadie puede decir que la actual presidenta de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago Haro-Rioja Alta, no sea una ciudadana más, por su compromiso con la ciudad y con su gente.

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–¿Cómo lleva el confinamiento?

–En un mismo día puedo estar tranquila, triste, contenta o preocupada. Tengo altibajos, pero es verdad que afortunadamente no tengo ningún familiar infectado por el coronavirus, y esto me da cierta y tranquilidad. Aunque he de decir que me parecen terribles los funerales, el no poder despedirte de tus seres queridos. Es lo más duro que veo de toda esta crisis.

–¿Cómo es su día a día?

–Sobre todo lo paso hablando con la gente. Hoy, por ejemplo, tenemos una cita a la una para hablar toda la familia por videoconferencia. Cada uno tiene unos dos minutos para hacer o decir lo que quiera. Hacemos juegos, contamos chistes, cantamos, tocamos la guitarra, etc. También querría destacar que seguimos recibiendo las clases por parte de la Universidad de la Experiencia. También recibimos todos los días clases de pintura, que la imparte Miguel Untoria a través de las redes sociales.

–¿Y en su soledad, en qué emplea el tiempo?

–Hago mucha bicicleta estática. Tengo la suerte de tener una terraza muy grande, y esto me permite también dar paseos por la terraza. También he estado ordenando fotos, lo que me ha ayudado a recordar cosas. En definitiva, la soledad no me agobia, pero si el futuro más inmediato.

«Lo que más preocupa en un futuro es cómo va a afectar todo lo que está pasando a las personas de 30, 35 o 40 años»

–¿Qué es lo que más le preocupa de ese futuro?

–Irremediablemente vamos a cambiar en muchas cosas y esto es algo que va a afectar a las generaciones más jóvenes. Las personas que tienen 30, 35 o 40 años me preocupan mucho porque el trabajo va a cambiar. Muchos negocios y empresas van a sufrir. Reconozco que pienso mucho en todo esto y es algo que me entristece. Nosotros, los que tenemos más edad, no es que lo tengamos todo hecho, porque tendremos que ayudar a nuestros hijos, pero veo un futuro muy incierto.

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–¿Qué ha aprendido en este tiempo de confinamiento?

–Pues he aprendido a cocinar, porque no he cocinado nunca. Cuando me casé, en el reparto de tareas, mi marido, que era un gran cocinero, era quién se encargaba de hacerlo. Ahora, no me queda más remedio, porque estoy sola, y por fin estoy a prendiendo a cocinar.

–¿Qué es lo que más echa de menos?

–Mis tertulias y pasear. Tenemos un grupo de amigos, que somos del Camino de Santiago, y todos los viernes nos reuníamos de las 13 a las 14 horas. Luego, los domingos salíamos a andar todas las mañanas. Desde las 8 de la mañana hasta la hora de comer. Esto es algo que echo mucho de menos.

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–¿Y qué es lo primero que hará cuando pueda salir a la calle?

–Lo primero que haré será ir andando hasta Fuente del Moro, que es donde iba antes todos los días por la mañana, y también ir hasta San Felices, lugar dónde me rompí no hace mucho el pie, y tengo ganas de ir para decirle que ya lo tengo curado y darle también las gracias. Y por supuesto, quiero ir a Barcelona para ver a mi hija, mi yerno y mi nieta, pero esto es algo que haré cuando sea más fácil viajar. Y luego quedar con la gente según nos lo vayan permitiendo.

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