Parte de los impulsores de la iniciativa, en el Center Gym de la calle San Millán de Logroño, uno de los puntos de recogida de la ayuda. JUAN MARÍN

Un grito de auxilio a miles de kilómetros del frente

La comunidad ucraniana de La Rioja pide ayuda de emergencia para enviar a su país

Luis J. Ruiz

Logroño

Martes, 1 de marzo 2022, 13:33

Impotentes, a más de 3.000 kilómetros de distancia de su país natal y recibiendo llamadas y mensajes angustiosos a través de los que sus familias tratan de explicarles cómo sobreviven a la guerra escondidas en los sótanos de sus edificios, los ucranianos que residen en La Rioja se dieron pronto cuenta de que sus lamentos, por intensos que fueran, en nada ayudarían realmente a sus amigos y vecinos que intentan hacer frente al invasor ruso.

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Poco después de que las tropas extranjeras asaltaran la frontera, una parte de la comunidad ucraniana de la región –en la que Oleg, Natalia y Vasily actúan como portavoces y representantes– decidió dar un paso adelante y materializar su angustia convirtiéndola en ayuda real. Las redes sociales replican desde el lunes un mensaje firmado por el 'Colectivo Ucrania-Rioja' en el que recuerdan que «miles de inocentes están sufriendo una injusta guerra» y reclaman ayuda «a nuestros amigos de La Rioja».

Sacos de dormir, mantas, ropa térmica (camisetas, calcetines, guantes...), botiquines de primeros auxilios, medicamentos básicos (antiinflamatorios, analgésicos, betadine, algodón, vendas, esparadrapo...), comida no perecedera (conservas en lata, barritas energéticas, galletas, café, sopas instantáneas), termos, walki-talkies y linternas auto-recargables forman parte de la cesta de la compra básica para tiempos de guerra. El gimnasio Center Gym, ubicado en el número 19 de la calle San Millán de Logroño, y la nave del número 53 de la calle Las Balsas del polígono Cantabria de la capital se han habilitado como puntos de recepción de las donaciones. En ambos casos, de 9 a 20 horas. Para cualquier información, se puede contactar con Oleg (658.506.735), Natalia (653.170.422) y Vasily (654.692.480).

«La sensación de no poder ayudar es terrible», describe Natalia al otro lado del teléfono mientras se dirige a uno de los centros de recogida. Explica la agónica situación de los que están allí y la incertidumbre de los que viven fuera, haciendo gala de pragmatismo: «Lo único que podíamos hacer era rezar y llorar, pero nos dimos cuenta de que no vale la pena, de que no ayuda mucho, así que nos pusimos en marcha y, como pudimos, empezamos a organizar todo», relata.

Las primeras donaciones ya han llegado a los puntos de recogida. JUAN MARÍN

Una de las claves del proyecto, apunta, era el transporte de lo recibido, cómo llevar la solidaridad de los riojanos hasta tierras ucranianas y, sobre todo, cómo atravesar la frontera. «Hemos contactado con una empresa de transportes que hace reparto en toda Europa y que ante la situación del conflicto está autorizada para poder llevar la ayuda a quienes la necesitan», insiste Natalia asegurando que lo que se done llegará a su destino. Además, otra empresa se ha puesto a su disposición para trasladar hasta Polonia lo recogido para que, desde allí, la numerosa comunidad ucraniana local lo introduzca en el país.

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Natalia no oculta su emoción por la gran cantidad de ayuda y los mensajes de ánimo y apoyo que han recibido, reconociendo que esperaba un impacto menor de la iniciativa. «Esto nos da fuerza para seguir. No hay tiempo para llorar. Hay que trabajar por quienes están encerrados en sótanos durante más de medio día y con quienes no puedes estar y a quienes no puedes abrazar», lamenta confiado en despertar pronto la pesadilla.

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