Cebollera como caso práctico para los ingenieros de Medio Natural

El parque natural de Cebollera es desde hace diez años una aula abierta para los estudiantes del grado de Ingeniería del Medio Natural que imparte la Universidad Politécnica de Madrid. La pandemia del coronavirus impidió el viaje de estos alumnos en 2020 y 2021, pero este otoño han retomado esta singular romería a tierras riojanas de la mano del profesor César López Leiva. «Siempre elegimos esta zona porque concentra una variedad de ecosistemas, de paisajes, de posibilidades de observación, aprovechamientos forestales... y también porque tiene mucho interés desde el punto de vista sociológico, ya que se puede ver cómo la gestión integrada y sostenible puede tener mucha importancia en el mantenimiento de los ecosistemas», explica este ingeniero, autor, por otra parte, de interesantes estudios sobre vegetación en España y en La Rioja.

El profesor López Leiva añade además el interés que tiene para los alumnos ver cómo se evalúa el estado de conservación de la Red Natura 2000, en la que está incluida una buena parte de la montaña riojana, al tiempo que la excursión les brinda la oportunidad de refrescar sus conocimientos sobre botánica.

En definitiva, apunta el profesor, estos viajes, incluidos en la asignatura de Ecología Aplicada del tercer año de carrera, son una buena oportunidad para poner en práctica conocimientos adquiridos con anterioridad. Y en este sentido, agrega, «el parque natural de Cebollera es un espacio totalmente adecuado para impartir clases aplicadas sobre las materias que se ven en la carrera».

Desde la pista forestal de Lomos de Orios, con vistas hacia el valle del arroyo de Puente Ra y a las cumbres del Castillo de Vinuesa, el Telégrafo y el pico de Cebollera, López Leiva explica a los 17 alumnos que componen la expedición de este año que el inmenso territorio boscoso que ven no hace mucho que era un espacio «de escasa vegetación, porque casi todo eran pastizales para los ganados trashumantes». Aquello desapareció y el bosque ha ido recuperando en dos siglos el espacio que ocupaba anteriormente. La ganadería ha perdido peso, pero los vecinos siguen obteniendo recursos de este inmenso espacio forestal, bien a través de extracciones controladas de madera, caza, recolección de setas y visitas turísticas.

Este año, además, han acompañado a la expedición dos antiguos alumnos de la Escuela de Ingeniería Forestal, Fernando Bezares y Antonio de Marco, que han aportado su experiencia en materia de aprovechamientos forestales, así como la filóloga y profesora del departamento de Lengua Inglesa de la carrera, María Jesús de Teresa, que participa también en una asignatura sobre política y sociología que se imparte en el grado.

El parque de Cebollera ha sido estos días el centro de interés de una excursión que además tuvo este año otros focos de atención, caso del olmo centenario de El Rasillo, felizmente recuperado después del episodio de grafiosis que sufrió durante el verano y que a punto estuvo de costarle la vida. Jesús Laría, jefe del Servicio de Gestión Forestal de La Rioja, que se implicó personalmente en el trabajo para salvar este emblemático ejemplar de olmo de montaña, impartió una charla a los universitarios sobre esta singular operación de salvamento con final feliz y mensaje de esperanza para los bosques.

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