'Calimonstruos': el Grand Prix a la riojana
El nuevo concurso de Miguel Álvarez (@memes_rioja) lleno de vino, amigos y buen rollo reunió a 16 jóvenes riojanos en la plaza del Ayuntamiento de Villamediana
Carmen Matute Vallejo
Lunes, 26 de agosto 2024
«A mí me llamaron, me dijeron que había que hacer el bobo y beber calimocho, y con eso me ganaron». Así explica uno de los competidores su presencia en esta edición de 'Calimonstruos', una competición creada por Miguel Álvarez Lázaro. Este joven ingeniero de 25 años no tiene el título de organizador de eventos, pero ha conseguido reunir a jóvenes riojanos para competir por el premio. «Al final siempre soy una persona que quiere meter el humor en todos los ámbitos de la vida», describe Álvarez.
Miguel administra una cuenta en Instagram junto a sus amigos llamada 'Memes Rioja' que tiene ya con más de 19.000 seguidores. «Todo empezó cuando estaba en la universidad y comencé a hacer piques entre comunidades. Me metía con los de Valencia, Castilla y León, Murcia…», explica entre risas. «Vi también una forma de acercar a la gente que estaba estudiando fuera a su tierra, La Rioja».
Y este desafío no es nada diferente, pues 'Calimonstruos' busca ser una competición por y para los riojanos, «una mezcla entre actividades típicas de campamento y un Grand Prix». «Pasas un rato con amigos, unas risas, te refrescas, tienes comida y vino ¿qué más quieres?», dice Andrés, uno de los competidores. Diciséis concursantes y cuatro equipos, cada uno representando a un municipio de La Rioja, todo para determinar cuál es el mejor y pasar un buen rato.
Cinco pruebas
Llega la primera prueba, 'la bandeja del camarero'. Con una sola mano y mucho arte los concursantes intentan derribar los vasos de las bandejas de sus contrincantes con su churro mientras que mantienen los suyos propios intactos. Unos con estilo James Bond, otros como Jackie Chan y algunos como Torrente intentaron acercarse al premio a base de «churrazos».
La segunda prueba requería algo de sigilo. Uno con antifaz y churro, y los otros cuatro con cascabeles en los pies, el disimulo brillaba por su ausencia. Mientras tanto, los que no competían hacían de las suyas con gritos para desconcentrar al ciego que intentaba llevar a su equipo al triunfo.
La tercera prueba comenzó a desalentar a los participantes. Con pistolas de agua en mano, intentaban destruir las dianas de papel de la cabeza de sus compañeros. Unos veían cerca el premio y a otros se les hacía imposible.
En la cuarta prueba, la coordinación comenzaba a complicarse sobre todo por los calimochos que iban rondando las manos de los competidores. Con una gallina de goma, una lata y un colador, intentaban llevar el agua hasta el bote final.
Y, por último, llega la quinta prueba. Se forman dos grandes grupos, azul y amarillo contra rojo y gris. Cada uno de ellos flexiona manos, piernas y brazos para preparar las extremidades. De adelante hacia atrás el agua de las macetas se va pasando. Chillos tanto de los concursantes como de los espectadores todos con un fin, animar sin descanso. Toda esta ardua tarea da como resultado al ganador, el equipo rojo.
«Creo que esta es una ocasión para poder llevar algo diferente, algo entretenido y sacar a los riojanos de su vida diaria y de los problemas que les rodean de una forma divertida, al menos por un momento», así describe Álvarez el objetivo de 'Calimonstruos'.
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