Lo peor, la incertidumbre
«La tormenta lo ha dejado todo arrasado», describe Alfredo Tuesta, un joven que trabaja la viña en San Asensio con su padre
D.M.A.
Miércoles, 2 de septiembre 2015, 08:50
Alfredo Tuesta, padre e hijo, contemplan apesadumbrados los trabajos de limpieza de la avenida de La Rioja desde La Cerrada. El barro en sus botas delata que antes les ha tocado a ellos. «Menos dos zonas, la tormenta lo ha dejado todo machacado, arrasado», explica el hijo. El padre, quien no desea hablar en un principio, finalmente no se contiene. El granizo ha afectado al 70% de sus tierras y no tienen seguro.
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«No sabemos lo que vamos a hacer, lo tienen que decidir porque trabajamos algunas viñas a renta», detalla el padre. Las cooperativas se reunían en la tarde de ayer para decidir cómo actuar, si aplicar secantes, 'antibotritis' o vendimiar. Si se trata la viña, la incertidumbre se puede incrementar aún más porque deben pasar veintiún días para poder vendimiar. El dilema: adelantar o retrasar. Y la cosecha, este año sí, parecía ser excelente.
Alfredo opina: «Creo que lo mejor sería no echar nada y vendimiar pronto, aunque ahora mismo hay técnicos en el campo haciendo muestreos para ver qué grado sale». No obstante, al menos el 60% parece estar perdido y la esperanza es «muy mala». No es la primera vez, hace dos años Alfredo ya sufrió otra granizada, aunque no tan fatal.
José María Rojas, en la plaza Vieja, parece no creer aún la tromba de agua que cayó por el Camino de Santo Domingo. Un torrente. «En mayor o menor medida está afectado el 90% del pueblo», afirma. Los Cuadros, Villarrica, Valpierre, Valdeviñas, El Molino, Valdelapila, Castejón, Camino Real, Pecho de los Civiles, Matarrucho, El Romeral... todo está, como mínimo, tocado. «La verdad es que nos ha hecho mucho daño», confiesa, aunque con un poco menos de preocupación, quizá, porque él sí cuenta con seguro. De sus nueve hectáreas calcula que ha perdido siete.
Con la vendimia tan próxima el dilema ahora es qué hacer. «Nos ha cogido en el peor momento. Dos semanas atrás sí sabríamos qué hacer: cortar. Y tendríamos vinos de mayor o mejor calidad», entiende Rojas, quien señala otra cosa. El fin de semana comienzan las fiestas de la Virgen de Davalillo: «¡Fíjate! ¿Qué alegría podemos tener?». A sus 58 años, «esto es la primera vez que lo veo». Aunque recuerda que el 4 de julio de 1951 también hubo «una pedregada bestial».
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También lo recuerda Domingo Miguel, agricultor jubilado cuyo hijo trabaja las viñas, sin seguro. «Aquí las explotaciones no son muy grandes y tenemos viñas por todos los sitios, así que es difícil que no te haya pillado», razona, y añade: «Va a ser un año muy duro para el agricultor. Lo veo complicado».
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