Arte para insuflar vida

Muchos pequeños municipios han encontrado en el arte un fuelle para insuflar vida a sus localidades. Siquiera durante unos días -y generalmente en verano- la pintura o la música se convierten en palancas agitadoras que no solo alegran a los vecinos, sino que atraen visitantes de toda la región... e incluso de otras comunidades autónomas.

Quizá una de las más reconocidas sea 'Arte en la tierra', la iniciativa de land art que hace ya 17 años pusieron en marcha los artistas Félix Reyes y Rosa Castellot en Santa Lucía de Ocón. «Cada año conseguimos que todos los que visitan el valle se queden sorprendidos y lo admiren como lo que es: un entorno único», confiesa Reyes. En la próxima edición cobrará un nuevo rumbo con la implicación directa de la Escuela Superior de Diseño de La Rioja.

Pero hay muchas iniciativas más. Desde los festivales de teatro (Canales, San Millán de la Cogolla, Badarán) a los de arte en la calle (Camprovín, Tudelilla, Ventosa) pasando por los de música de todo tipo: antigua en Casalarreina y en Arnedillo (con la Camerata del Prado como invitada de postín); jazz en Ezcaray o en Munilla, indie, pop y rock en Santa Eulalia Bajera (gracias a la asociación juvenil Penyalmonte)... Hay casos, incluso, en los que triunfa la fusión de estilos y medios: en Enciso, más de 8.000 personas llegan cada año para disfrutar del teatro, música y circo en el EncinArt. Una iniciativa que siempre coincide con el solsticio de San Juan.

En muchos casos, estos festivales nacen de la iniciativa personal de algunos vecinos y en otros están impulsados por los ayuntamientos, pero su objetivo es siempre el mismo: atraer visitantes y tener, en definitiva, un impacto decisivo en la vida de los pueblos. Para comprobarlo, hemos prestado atención a tres casos diferentes que pueden servir de ejemplo.

Desde el verano del 2012, en que el artista jarrero José Antonio Olarte plantó en el Camino de Santiago unos 200 metros de lonas con pintura para captar los pasos de los peregrinos, en el Ayuntamiento de Ventosa se plantearon llevar a cabo una iniciativa cultural que sirviese como polo de atracción principalmente para peregrinos, pero también para el resto de personas. Así nació '1 kilómetro de arte'.

La iniciativa consiste en desarrollar intervenciones que trasladan el arte al entorno natural. Su objetivo es el de rendir homenaje a estas tierras, testigos mudos del paso del tiempo y que, desde la antigüedad, han sido atravesadas por la calzada romana, por el Camino de Santiago y, posteriormente, por caminos de herradura utilizados por trajinantes y tratantes. Ricardo Velasco, alcalde de la localidad, señala que la propuesta surgió para que los peregrinos «entrasen por la variante del Camino de Santiago que lleva hasta el casco urbano y tenga una actividad durante el día que paren en el pueblo. En suma, poner en valor el Camino a través del arte».

Obviamente, el asunto ha ido evolucionando y las acciones artísticas no solo las visitan los peregrinos, sino que ahora «son muchos los forasteros que se acercan a la localidad porque han oído hablar de '1 kilómetro de arte' y acuden a visitar Ventosa». Además, destaca el alcalde que «cada vez notamos más afluencia de gente no solo en las jornadas en que se llevan a cabo las actuaciones artísticas, sino con las que se realizan a lo largo del año relacionadas con ella. En los últimos años se viene notando que la gente conoce el proyecto y viene cuando se realizan las actividades que al final desembocan en las jornadas de septiembre».

Camprovinarte es un festival de expresiones artísticas contemporáneas en el entorno rural, fundamentalmente murales con distintos estilos y temáticas. Están repartidas por el pueblo y han sido realizadas por artistas nacionales e internacionales durante tres años. El alcalde de Camprovín, Arturo Villar, explica que la idea surgió «con la intención de poner en valor los pueblos en riesgo de despoblación con una visión en positivo. Entonces apostamos por el arte y dentro de ello por el arte de vanguardia, el llamado 'street art' o arte en la calle».

Villar señala que «este año pasado, después de la tercera edición, han llegado visitantes ex profeso para visitar las obras. Los artistas que han intervenido son de todo el mundo, porque publicamos las convocatorias en páginas especializadas y el año pasado nos llegaron propuestas para participar de los cinco continentes. El objetivo es que la gente acuda al pueblo y la llamada es el arte mural, pero una vez que vienen se les ofrecen el resto de atractivos locales, en particular los de su naturaleza y patrimonio, y al mismo tiempo se les invita a que conozcan el resto de la comarca y sus atractivos».

Villar asegura que cuando los visitantes llegan a Camprovín y descubren que el pueblo está plagado de obras de arte en sus fachadas y muros «se quedan alucinados y muy sorprendidos». «Tenemos cinco alojamientos rurales y a lo largo del año suele venir bastante gente, ya que la comarca tiene muchos atractivos y acaban alojándose aquí -indica Villar-. Entonces se encuentran esto y se llevan una muy agradable sorpresa, porque además hemos hecho un folleto con información de los más de veinte artistas que ya han pasado por aquí, y se acaban recorriendo el pueblo entero».

La cita más veterana del valle del Cidacos con la cultura en verano es el Munijazz, el festival de Jazz de Munilla, que año a año ha ganado prestigio, calidad, nombres en el cartel y un público fiel.

Desde el 2004, la Asociación de Amigos de Munilla alza la bandera para llenar de música diversos escenarios de la villa. «Hacemos el festival gratuito por amor al arte, dedicando mucho tiempo y cariño, en el que todo el pueblo echa una mano para contar con un evento de relevancia en una villa pequeñita, un festival que sirve a mucha gente para conocer nuestro pueblo», invita Domingo Robledo, una de las almas vibrantes del Munijazz.

Esa pasión, que contagia cariño a los artistas participantes, ha llevado a que esté considerado uno de los mejores diez festivales del jazz, donde todos quieren actuar. «Traemos gente a esta zona de La Rioja de la mano de la cultura, se llenan los hoteles, los restaurantes de todo el valle, la gente habla de nosotros.... todo el mundo gana», valora Robledo.