Borrar
Nabane Sidi observa la desolación desde la puerta de su casa en el campamento saharaui de Bojador. SERGIO GARCÍA
El desierto de los malditos

El desierto de los malditos

Los campamentos saharauis en el Tinduf ilustran la cara más brutal de un exilio que dura ya 46 años y al que no se adivina una salida. Los refugiados huyen de la resignación y se toman como «una traición» el cambio de postura de España sobre el Sáhara

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 22 de mayo 2022

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La carretera asfaltada muere a la entrada de Bojador, uno de los cinco campamentos de refugiados saharauis que motean el desierto argelino en Tinduf. A partir de ahí, las pistas son de tierra, las conducciones eléctricas discurren a ras de suelo y las jaimas están ...

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios