«Al hombre se le patrocina desde la base; a la mujer, cuando es campeona del mundo»

Isabel García, vicepresidenta del Comité Olímpico Español y presidenta de la 'Comisión mujer e igualdad de género', sabe lo que significa romper barreras. Llegó al cargo después de una vida dedicada a las federaciones (es presidenta de la de Salvamento y Socorrismo) y comprueba que, quince años después, poco ha cambiado. «En el 2004 había tres presidentas en 66 federaciones. Hoy seguimos siendo tres», apunta. García hace hincapié en que «existen leyes de igualdad, pero hay que cumplirlas» y que el deporte femenino ha crecido de manera natural, sin el andamiaje de subvenciones, patrocinios y ayudas que cimienta al masculino.

- Bien entrado el siglo XXI se necesitan foros como este sobre mujer y deporte. ¿Tanto queda por hacer?

- Sí, por ejemplo, existen leyes de igualdad, pero la realidad es que hay que cumplirlas, al menos en materia de género. Es necesario este foro, también es necesario crear ese Observatorio de Logroño para ver si hay desigualdad y corregirla... Se han hecho cosas, pero quedan muchas más por hacer.

- Las deportistas son la punta de lanza, pero faltan directivas, presidentas federativas, organizadoras de pruebas...

- Hay un gran camino por recorrer: técnicos, árbitros, responsables... Por ejemplo, en el 2004 éramos tres presidentas entre 66 federaciones. Hoy seguimos siendo tres. Si las niñas no tienen referentes en todos los niveles, ni se plantean que pueden llegar. Faltan esos referentes en entrenadoras, juezas, directivas... No van a poder a optar a esos puestos porque ni se lo plantean.

- Las deportistas españolas están logrando más medallas que los chicos, por ejemplo, en los últimos Juegos...

-A igualdad de oportunidades, las mujeres brillan tanto o más que los hombres. Pero no se dan esas oportunidades. Se prima el deporte masculino y se invierte mucho más en el masculino. Si no partes de la misma base, resulta muy difícil. Y durante un siglo se ha invertido exclusivamente en deporte masculino. Con un siglo de inversión exclusiva en el ámbito femenino, la situación se equipararía. Pero eso no se puede hacer, está claro. Así que el deporte femenino ha crecido por sí mismo. A día de hoy, para llegar a una igualdad, no habría que invertir lo mismo en el deporte femenino que en el masculino, sino mucho más.

- Los patrocinios también penalizan al deporte femenino.

- El problema es que al hombre se le patrocina desde la base; a la mujer, cuando es campeona del mundo, cuando trae medallas. Hasta entonces son las familias, las asociaciones, federaciones... las que ayudan sin casi otros apoyos. Que alguien crea en ti a diez años vista sólo pasa en el deporte masculino.

- ¿Se puede favorecer la igualdad desde la legislación, desde el vértice de la pirámide, o el cambio debe venir desde abajo?

- Tiene que ser un cambio global. Es verdad que el deporte aún es machista porque la mujer ha entrado hace no mucho, pero se va abriendo paso poco a poco. Hay que revertir la actual situación desde la educación, la base y también la ley. Pero las leyes son para cumplirlas. Legislar puede ser más sencillo, pero hay que generar los instrumentos, porque el papel lo aguanta todo. Pero la realidad es diferente. Se trata de una cuestión de mentalidad, de abogar por lo que es posible y justo.

- Sobre la mesa está un anteproyecto de Ley del Deporte. ¿Cuida esa futura ley la igualdad?

-En el preámbulo se tiene en cuenta la materia de género, pero no se ha aplicado o redactado como creo que se debería haber hecho. Ahora habrá elecciones y se formará un nuevo gobierno. Veremos qué recorrido tiene. Espero que el trabajo realizado se tengan en cuenta, pero se necesita una ley ejecutable y real.

- Usted preside la 'Comisión mujer e igualdad' dentro del Comité Olímpico Español. ¿Cuál es su papel?

- Intentamos que las políticas y actuaciones en materia deportiva se hagan desde el marco de la igualdad. En el último año se ha hecho un análisis de los problemas en el ámbito federativo y existen temas comunes y otros diferente. Hemos elaborado un documento para incidir en lo común. No se trata de presionar a las federaciones, sino de solucionar problemas y concienciar para que algunos de estos, que incluso están invisibilizados, puedan resolverse de la mejor manera.