Un abatido Casillas observa cómo Robben y Sneijder celebran el cuarto gol de Holanda.

Robben se venga en la noche más negra de Casillas

El hombre que falló aquel uno contra uno en la final de Sudáfrica se redime con un partidazo y atormenta al portero

ROBERT BASIC

Sábado, 14 de junio 2014, 01:25

Arjen Robben ha visto miles de veces aquel uno contra uno en la final de Sudáfrica, el balón estrellándose en la bota derecha de Iker Casillas. Cuatro años dan para mucho y es el tiempo que ha tardado el holandés en asumir su error -reconoce que jamás lo olvidará- y en cobrarse una venganza mayúscula, histórica, que a él le supo a gloria y redención. La selección 'oranje' se disfrazó ayer de 'La Roja' y pasó por encima de una irreconocible España, que nada pudo hacer ante el vendaval de los muchachos de Van Gaal. El más feliz de la tropa era precisamente el jugador del Bayern de Múnich, quien a partir de ahora dormirá un poco mejor y dejará que los fantasmas invadan la cabeza del portero madridista, sobrepasado por los acontecimientos y goleado por el equipo al que vio llorar en el césped del Soccer City de Johannesburgo en el 2010. Robben firmó un partidazo, hizo dos goles y repartió besos ante las cámaras. Vivía un sueño, y Casillas una pesadilla. La vida al revés.

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La película del reencuentro comenzó de cine, pero no tuvo un final feliz. Al contrario, España se derrumbó como un castillo de naipes bajo el peso del fútbol holandés e incluso puede dar las gracias por el 1-5 final, porque los que ayer vestían de azul perdonaron unos cuantos más y tuvieron que darse por satisfechos con la manita. De hecho, es la segunda mayor goleada encajada por 'La Roja' en toda su historia mundialista, después de aquella derrota por 6-1 ante Brasil en 1950. El equipo de Vicente del Bosque penó en la hierba de la Arena Fonte Nova y se descosió en la segunda parte, incapaz de mostrar el juego con el que conquistó el mundo.

Nada funcionó anoche en Brasil. Ni la portería, ni la defensa, ni el centro del campo, ni el ataque... Era el día de las identidades cambiadas y Holanda quiso portar el fuego, arrebatárselo a la selección que con su propuesta de toque y combinación alumbró el futuro y modificó el ADN y la forma de proceder de combinados tan conservadores como Alemania, Italia y la propia tropa ahora comandada por Van Gaal, quien recibió numerosas críticas en su país por renegar del fino estilo holandés y apostar por un fútbol más contundente. Los 'tulipanes' se rebelaron ante la campeona del mundo y, tras una primera parte más o menos igualada, arrasaron a los que fueron sus verdugos en Sudáfrica y humillaron a la defensora del título.

A Robben se le vio con ganas desde el pitido inicial, motivado, pero fue Sneijder el que lanzó el primer aviso y puso las orejas tiesas a la selección. Corría el minuto 8 cuando el '11' holandés filtró una magnífico pase a su compañero, que puso en evidencia a los centrales españoles, quien se plantó solo ante Casillas y perdonó. El madridista aguantó de pie y le sacó el disparo con la mano derecha. Parecía que 'el Santo' estaba de nuevo en la tierra, pero ayer los milagros estaban en otra parte, con otros colores. El árbitro sancionó con un penalti un suave contacto de De Vrij sobre Diego Costa y Xabi Alonso no perdonó. El camino hacia la victoria estaba asfaltado y pudo rematarlo Silva en la recta final de la primera parte. La quiso picar, resolver con maestría cerca del área pequeña, y el meta Cillessen rozó la pelota y la desvió a córner. A partir de ahí, comenzó el tormento de España.

En el siguiente ataque Blink se inventó un maravilloso centro que cabeceó a la red Van Persie. En esta jugada, como en la de ocasión de Sneijder, Piqué y Ramos volvieron a escenificar su mala sincronización. En la reanudación Holanda se hizo con el balón y Robben comenzó a servir su venganza, caliente como su sangre de matador, y lideró los trabajos de demolición. Hizo el segundo tras realizar un gran control en el área y dejar en evidencia a un blando Piqué, y fusiló a Casillas. De Vrij marcó el tercero, precedido de una falta sobre el portero madridista, y Van Persie convirtió el cuarto tras aprovecharse de un grave error del 'Santo', quien le regaló la pelota.

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Pero Robben todavía no había terminado. Era su noche, tiempo de redención, y anotó el quinto después de ganar en una larga carrera a Ramos y 'romper' a Casillas. Sonrió y sacó la lengua. Era un hombre libre.

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