Un Logroño fallón y sin alma pierde en Huesca
Las imprecisiones en ataque y la mala defensa en el centro condenan a los riojanos que no culminaron su intento final de remontada
El Ciudad de Logroño fue este viernes un equipo fallón, sin alma, no demostró su posición en la tabla y cayó con justicia ante un ... Huesca que puso más ganas, criterio en el juego y eficacia en los momentos importantes. Con eso fue suficiente para anotarse la victoria 36-32. Mohamed Aly se fue del Ciudad de Logroño con una derrota y una actuación personal de más a menos.
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La primera parte tuvo dos características: la igualdad y la ausencia de defensas. Lo cierto es que durante gran parte de la primera media hora fueron los franjivino los que lideraban el marcador, pero con ventajas exiguas.
Pedía Velasco en la previa una defensa eficaz para, desde ahí, empezar a construir la victoria. Pero las cosas se torcieron rápido. Por un lado, por las dos rápidas exclusiones de Roly Uríos (a los doce minutos), que formaba el centro de la defensa con Palomino. Y por otro porque los riojanos eran incapaces de cerrar los recorridos del pivote Rodrigo.
Mientras, Miguel Malo se encargaba de perforar una y otra vez la portería del Ciudad de Logroño. Hasta en siete ocasiones lo hizo antes del descanso, sin fallo alguno.
En el haber del equipo de Velasco, dos nombres propios: Mohamed Aly y Palomino. El portero egipcio cerró la primera mitad con diez paradas que mantuvieron en partido a su equipo. En ataque Palomino era el que tenía las ideas más claras y la puntería más afinada. Cinco goles de seis intentos y, lo que es más importante, asumiendo la responsabilidad cuando el ataque se atascaba.
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El conjunto franjivino abusó de los uno contra uno en la parcela central del ataque, olvidando uno de los extremos, el derecho. Una le llegó a David Cadarso antes del descanso y la clavó. En el otro extremo Arguillas se impuso a los extremos: tres le paró a Xavi Túa y dos a Soler.
En una primera parte que no tuvo nada extraño fueron siete las exclusiones que se registraron en la primera parte: cuatro para los locales (Adriá, Danylo, Rodrigo y Janez) y tres para el Ciudad de Logroño (dos de Uríos y una de Thiago).
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Se llegó al descanso con ventaja local por la mínima (17-16). Lo peor para los riojanos es que la primera parte fue la buena de las dos. Así las cosas, en los primeros compases los de Velasco fueron capaces de ponerse por delante, 20-21, pero fue un espejismo.
Preciado perdió tres balones consecutivos y la defensa hacía aguas por todos los lados, especialmente por el centro donde Rodrigo seguía trayendo de cabeza a los defensores. Velasco paró el partido, pero dio igual. Tanto es así que cinco minutos después, a falta de un cuarto de hora, tuvo que volver a pedir tiempo muerto porque la nave se hundía. 29-24 reflejaba el electrónico. Y lo que es peor, las sensaciones que transmitía el equipo eran de encefalograma plano.
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Opción de ponerse a uno
Aún así, con una defensa presionante en toda la pista los riojanos empezaron a limar diferencias. De cinco de desventaja se bajó a cuatro, y luego a tres, y a dos, y en dos ocasiones dispusieron de balón para ponerse a uno por debajo, pero volvieron a aparecer los errores. Palada final de tierra y a enterrar. Final. 36-32.
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