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El Ciudad de Logroño no se complica ante el Antequera
El conjunto franjivino deja patente su superioridad en la primera parte ante un Antequera que apenas compitió en el Palacio
Visto lo visto este viernes en el Palacio de los Deportes logroñés no se entiende que la única victoria con la que cuenta el Iberoquinoa ... Antequera en la Asobal sea ante el Ciudad de Logroño. Pero es que nada que ver este conjunto franjivino con aquel de la segunda jornada liguera. Y los malagueños tampoco. La diferencia actual entre los dos contendientes que se citaron en el pabellón capitalino es enorme. Uno, en continuo crecimiento y, además, recuperando a todos los componentes de la plantilla. El otro, pasando como puede por el calvario que está suponiendo la Liga.
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Vista la tabla, daba la sensación de que solo el propio Ciudad de Logroño era capaz de complicarse el partido. Y no estuvo por la labor de hacerlo.
No tuvo mucha historia el partido porque el conjunto franjivino no quiso y buscó cerrar el partido cuanto antes. Tras unos minutos de digestión lenta en los que no se veía todavía a qué se iba a jugar el partido, los de Miguel Ángel Velasco rompieron a sudar y a subir pulsaciones.
Jorge Pérez detuvo un penalti a los malagueños con el marcador en tres iguales y ese fue el toque de corneta para lanzarse por el triunfo sin contemplaciones. Funcionó la defensa, funcionó la portería y los franjivino comenzaron a correr. Y, para seguir sumando, en estático los cañonazos de Rivero encontraban las redes rivales sin remisión, pese a los tímidos intentos defensivos visitantes por ajustar su defensa y prestar especial atención con un adelantado pendiente del cubano. Apenas habían pasado 20 minutos y el 12-5 se acercaba a definitivo por la diferencia en el luminoso y, sobre todo, por la superioridad mostrada por el Ciudad de Logroño sobre la pista. Además, Jorge Pérez les quitaba a los verdes las pocas ilusiones que podían mantener después de la trayectoria en la liga y en el propio encuentro.
Los de Lorenzo Ruiz acumulaban pérdidas, lanzamientos errados, escasa fluidez y nula velocidad. Solo algunos fallos en tiros sencillos de los locales evitaron que la distancia fuera mayor que el margen de ocho goles del concluyente 16-8 del descanso.
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Poco más se podía esperar de la segunda mitad, más allá de adivinar la diferencia final a favor del cuadro anfitrión.
Los de Miguel Ángel Velasco, por si acaso, borraron de la mente andaluza cualquier pensamiento de meterse en el partido y estiraron de salida la distancia a los diez goles (19-9).
Los minutos fueron cayendo, el técnico franjivino los repartió entre sus pupilos de cara a reservar fuerzas para causas mayores, como el próximo partido europeo. Y el partido se escapó poco a poco, con un Jorge Pérez que se mantuvo infranqueable y ante una afición extremadamente tranquila por la placidez con la que estaba llegando la victoria, con cierto sabor insípido, y satisfecha porque vio el regreso del 'Comandante' Casado tras su plata con España. Cero emoción. Si el Ciudad de Logroño hubiera necesitado poner una marcha más lo podría haber hecho. Pero el Antequera no lo exigió en ningún momento.
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